Bocatoma Chupaderos

Foto | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA Entre un 95% y 96% avanzan las nuevas obras en la bocatoma de Chupaderos, en Villamaría, con la meta de mejorar el sistema de captación de agua a unos 300 litros por segundo, casi el doble de lo actual. También se adelanta un nuevo proyecto para la conducción del agua. La esperanza es no volver al municipio sin agua por ninguna razón.

LA PATRIA | MANIZALES

Chupaderos y Chupaderitos o Agustín. Así se conocen las dos viejas bocatomas que aún operan en Villamaría, en honor a la quebrada y al administrador o bocatomero que estaba al frente de este sistema, que pronto se reforzará.

El objetivo ahora es mejorar estos sistemas de captación de agua, como quiera que Agustín, la bocatoma más pequeña, se montó en 1981 y después se construyó Chupaderos, la más grande, en 1986. Su meta era atender la necesidad de agua de unos 30 mil habitantes de este municipio. Sin embargo, la necesidad de un cambio y una modernización es evidente, después de 38 años, como quiera que hoy ya se cuenta con 69 mil 21 habitantes, según las proyecciones de población del DANE.

A esto se suma que Chupaderos, por ejemplo, tiene serias deficiencias, no solo por la menor capacidad para captar agua, sino porque muchas de sus partes operan de forma improvisada y con una represa hecha casi que de forma artesanal.

Los cambios

Esto explica las nuevas obras que se iniciaron hace 14 meses, desde febrero del 2023, adjudicadas al Consorcio G&G, de Manizales, por un total de $1.729 millones, con las adiciones que se hicieron. Aunque el proyecto enfrenta 6 meses de retraso, con la prórroga que se le dio hasta octubre del 2023, la obra ya tiene un avance de entre el 95% y el 96%. Adicionalmente ya comenzó a operar desde hace casi 20 días.

Con ello se empieza a transformar este sistema de recolección de agua que también tuvo que enfrentar varios problemas, luego de los deslizamientos que se presentaron hace dos años y que dejaron sin este servicio al casco urbano.

En un recorrido el pasado lunes con el gerente de Aquamaná, Santiago Marín Restrepo; el grupo técnico de esta empresa; el residente de obra del Consorcio GYG, Andrés Carrillo; concejales de Villamaría, y el diputado Luis Alberto Giraldo, del Partido Nuevo Liberalismo, se presentaron algunos de los avances del proyecto. Así va.

1. Bocatomas actuales

* Chupaderos es una bocatoma lateral, ya que su caudal de agua se capta por un lado de la quebrada para conducirla al pequeño desarenador o tanque que se tiene de 15 unos metros de largo por 3 ancho. La parte de abajo o la pared de la antigua bocatoma contiene las aguas casi que de forma artesanal a través de una presa armada con sacos de arena, piedras y hasta maderos, ya que las compuertas y muros fallaron luego de una avalancha que se presentó hace dos años. Esta bocatoma capta entre 170 y 180 litros por segundo. Inicialmente operaba para recibir 110 litros por segundo.

* Unida a esta presa, también se tiene la pequeña bocatoma llamada Chupaderitos o Agustín. Esa capta en invierno unos 80 litros por segundo y en verano unos 40 litros por segundo. Esa tubería tiene además varios problemas, ya que está construida en asbesto cemento, con tubos de 14, 12 y 10 pulgadas.

2. La nueva bocatoma

* La obra que se adelanta busca mejorar el sistema de captación de agua a unos 300 litros por segundo, casi el doble de la captación actual. Se conoce como bocatoma de fondo, ya que las aguas se toman desde el fondo de la quebrada y se conducen de forma directa a través de unas compuertas hacia al desarenador diseñado para retener la arena que traen las aguas que vienen de la quebrada.

* Entre los frentes se incluyen 17 obras de contención en forma de tenedor o columnas, soportadas en unos caissons o estructuras de concreto profundas. Están a unos 15 metros de distancia de la bocatoma. Su objetivo es sostener todo el material vegetal que se venga de la parte alta de la montaña. El objetivo es que quede allí retenido y la tarea consiste en removerlo periódicamente para que no se sature.

* También se construyeron dos represas, con casi un metro de profundidad, en las que llega el agua, más unos filtros y compuertas que conducen el líquido por una tubería de 20 pulgadas en PVC para llevarlo hasta el desarenador.

3. La conducción de agua

Con la nueva conducción que ya se puso a funcionar parcialmente con el desarenador existente ya están ingresando a la planta unos 190 litros de agua por segundo. El objetivo es dar amplitud y tranquilidad a Villamaría de que no se volverá a quedar sin agua por daños en su bocatoma.

4. Lo que falta

Por ahora se espera la instalación de una compuerta y una válvula que están en construcción. La meta de los ingenieros encargados del proyecto es que en 15 o 20 días se tengan en sitio para culminar los trabajos y estén listos un ciento por ciento. También se instalarán algunos pasamanos y últimos detalles.

5. Fase II

Unida a la nueva bocatoma, el Municipio espera avanzar en una segunda fase para la conducción y aducción del agua hacia un sector conocido como cámara de unión, donde llegan las aguas de Chupaderos y Chupaderitos. Está ubicada casi a la entrada del sector de La Florida. Es un trayecto de 3,2 kilómetros desde la bocatoma e incluye algunos viaductos para el paso de la tubería, la modernización de estas tuberías y la construcción de un nuevo desarenador. También se incluiría un tanque o piscina de 5 metros de profundidad, 20 metros de largo y 9 de ancho y la reposición de líneas de aducción, obras de estabilidad y tratamiento geotécnico. La inversión se estima en $10 mil 170 millones.

Este proyecto ya se formuló y radicó ante el Viceministerio de Agua Potable y Saneamiento Básico desde septiembre del 2023. Según el gerente de Aquamaná ya se han surtido varias mesas de trabajo y se está en la fase de revisión de unos componentes que incluyen la parte geotécnica, estructural, hidraúlica, institucional y documental. Está en fase 3.

Plan blindaje

El Municipio también habla de un plan blindaje y consiste en la ampliación de la actual planta de tratamiento de agua (PTA) que tiene en el sector de La Florida que recibe unos 180 litros por segundo. Adicionalmente, se espera construir una nueva PTA y otra bocatoma ante la concesión que ya tiene el Municipio para construir este proyecto en el río Molinos como una fuente alterna para el suministro de agua, con todo un acueducto nuevo desde la captación hasta la aducción a la planta y una conducción hasta el casco urbano. Esta se estima en $50 mil millones. Por ahora se está en la actualización de los estudios para radicar estos proyectos.

¿Y la PTAR?

Sobre la consulta al gerente de Aquamaná de su interés en participar en el proyecto de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Los Cámbulos, con Manizales, el funcionario aseguró que están en mesas técnicas con las alcaldías de Manizales y Villamaría, Aguas de Manizales y Aquamaná. Sin embargo, dijo que esperan saber cómo se resolverá la situación jurídica, pues sería irresponsable decir ahora que sí ante los problemas que enfrenta. Su apuesta sería ingresar o participar con el 25% o el 30% de sus aguas. De lo contrario, dijo, también les tocaría construir su propia PTAR.

Opinan

Luis Alberto Giraldo, diputado del partido Nuevo Liberalismo

Lo más valioso es que hay varios avances en un nuevo proyecto. Son obras más robustas de las que había y que a pesar de todo duraron mucho. Es una primera etapa, pero ya son unas inversiones positivas y maravillosas para esa región.

Jaime Alberto Giraldo, presidente del Concejo de Villamaría por el Partido Liberal

Es una obra muy importante, viéndola nos damos cuenta de su dimensión. Hay que aplaudir estos trabajos y que por fin se están sacando proyectos adelante.

Elkin Castillo, concejal de Villamaría por el partido Nuevo Liberalismo

Fue importante conocer claramente este proyecto, porque yo soy habitante de Villamaría y no conocía los avances que se estaban teniendo. Quedamos muy contentos con esto,

 

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