Foto | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA
Jorge Dubatti, profesor de la Historia del Teatro en la Universidad de Buenos Aires. Crítico e investigador de teatro.
LA PATRIA | MANIZALES
A la par con el Festival Internacional de Teatro de Manizales (FITM) se realizó el sexto Congreso Iberoamericano que contó entre sus ponentes invitados con Jorge Dubatti, experto en teatro de origen argentino.
Dubatti trabaja como profesor de la cátedra de Historia del Teatro dos en la Universidad de Buenos Aires. Además dirige el Instituto de investigación Artes del Espectáculo que manejan temas de danza, música, cine, performance, entre otros. Hace parte de la Academia Argentina de Letras y miembro correspondiente de la Real Academia Española en la parte de teatro. Es crítico e investigador.
LA PATRIA conversó con él para conocer más sobre la actualidad del teatro en el mundo y su opinión sobre el FITM.
¿Qué perspectiva tiene sobre la actualidad del teatro?
El teatro después de la pandemia volvió recargado porque contra todos los dictámenes de que el teatro había muerto, recuperamos el valor del convivio que es algo fundamental del teatro, se refiere a la reunión de los cuerpos presentes en un territorio. En ese sentido la pandemia restringió el convivio y cuando pudimos salir de la pandemia nos dimos cuenta de todo lo que lo necesitamos. Una de las ratificaciones de la importancia del convivio es teatro, porque brinda un tipo de experiencia que no la puedes vivir de otra manera. La única forma de acceder a esto que llamamos la experiencia teatral es a través de esa experiencia no es que se puede sustituir leyendo un libro, viendo una película, mirando por televisión o metiéndote en la web. El teatro está cada vez más fuerte y en parte se debe a que la cultura convivial volvió recargada.
¿Cuál es su opinión sobre las nuevas tendencias en el teatro?
Estamos ante, a mí me gusta llamarlo canon de multiplicidad, es este fenómeno del cada loco con su tema. Es un auge de las micropoéticas y las micropolíticas. Podemos armar tendencias, pero son tantas y tan diversas, que ya no podemos volver a los viejos sistemas binarios, de por ejemplo estás con el teatro oficial o estás en contra de este, ese tipo de estructura se generó una suerte de estallido de pluralismo por el cual entender a cada artista implica meterse en el propio mundo de ese artista y ver su forma de relacionarse con el mundo, con la política, con la sexualidad, con el género, con la sociedad, con la historia del teatro, esto implica un nuevo espectador, porque el espectador ahora lo que hace es ir a descubrir mundos y a conectarse con con esos sujetos desde una ética de la alteridad.
¿Qué no se pueden perder de esas narrativas del teatro tradicional?
El teatro tradicional sigue existiendo y tiene una fuerza impresionante, si uno identifica lo que podríamos llamar lo nuevo como el teatro post dramático, por ejemplo, hay muy poco teatro post dramáticos por lo menos en Buenos Aires, que yo más conozco de teatro, este tipo de obras se cuentan con los dedos de la mano, es decir que no tenemos que seguir una lógica evolucionista, porque el pluralismo lo que dice que las cosas conviven entonces se puede disfrutar tanto de una exposición de pintura de caballete, como de pintura digital, como de ver una buena serie en Netflix, como de ir a ver una obra de teatro, son experiencias diferentes y no hay competencia. Eso es lo importante. Cada uno elige por sus intereses, por el deseo, por el tipo de conexión con esa experiencias. Me imagino un espectador pluralista que está rodeado por una cantidad posible de posibilidades y que elige de acuerdo a aquello que más lo conmueve.
¿Cuál cree que es el papel de la crítica hoy?
La crítica tiene como función hoy una redefinición porque el lugar del crítico lo ha tomado el espectador. Podemos decir que las y los espectadores empoderados en la web fundamentalmente, han tomado el lugar de la crítica. Nosotros vemos los invariantes de la crítica a lo largo de la historia. La crítica fundamentalmente hace tres cosas, sobre los espectáculos es brindar información descriptiva, interpretarlos y valorarlos. Los críticos profesionales viendo que todo el mundo hace críticas tenemos que hacer otra cosa, le llamo a esto el pasaje del crítico a secas al crítico filósofo en el sentido de un filósofo de la propia praxis, alguien que toma conciencia de su función, toma conciencia de que el espectador ha tomado su lugar y sale a construir otra cosa. Los críticos de hoy tienen que hacer lo mismo y algo más.
¿Qué piensa que cada vez se reduzcan más los espacios y presupuestos para un arte que es tan viva, pero a la vez va cayendo poco a poco en alguno casos?
Ahí está la lucha nuestra, el poder generar todo el tiempo trabajo. Nosotros en Argentina nos distinguimos por el teatro independiente que es un teatro que se hace con muy bajos presupuesto, es el mejor, pero hecho con mucho menos dinero que aquel que se usa en el empresarial o en el oficial. En todo caso hacer de esa carencia, condiciones de producción positivas como vemos en el teatro independiente de Argentina, pero también la lucha política tanto pelea con el Estado, pelea con los distintos organismos que son los que sostienen los apoyos de trabajo.
¿Cuál es su opinión sobre el Festival Internacional de Teatro de Manizales?
Para mí un festival histórico, importantísimo, que es un placer venir al festival o seguirlo a la distancia. Es un evento que se ha sostenido en el tiempo, que le da mucha prioridad a lo iberoamericano que además ahora tiene un congreso desde hace ya seis años y que cumple una función maravillosa de poder ver espectáculos de otros lugares, pero si te fijas es una gran vidriera para el teatro colombiano, argentino, chileno, puertorriqueño y eso es invalorable porque Latinoamérica e Iberoamérica es tan amplia, que no tenemos un mirador único desde el que ver toda esa diversidad.
¿Qué le parece el público de Manizales?
Noto que las salas se llenan, que hay un gran acompañamiento, que el festival cumple con su función festiva de ahí viene su nombre es es una especie de fiesta de asistencia al teatro, se ve a la gente muy complementaria con la excelencia de los espectáculos que se están eligiendo, generalmente terminan con una ovación de pie, con un gran aullido de felicidad del público y además se hicieron los espacios que le llamamos las conversaciones, después de las obras y se quedaba muchísima gente a escuchar la palabra de los artistas y espectadores.
¿Qué mensaje le da a los manizaleños para que asistan más a teatro?
El secreto está en decirles que van a descubrir otro tipo de experiencia. Una cosa es ir a ver una exposición, una serie de Netflix, otra es meterse en el universo de la experiencia teatral, que es un acontecimiento en vivo con los cuerpos presentes, un momento único que no se va a repetir de la misma manera.
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