Ilustración | Cortesía | LA PATRIA
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LA PATRIA | MANIZALES
El ciclo de conferencias Mujeres Escritoras Centenarias llega este miércoles a su séptimo encuentro con la presentación sobre María Eastman, a cargo de Carlos Augusto Jaramillo Parra. Se cumplirá a partir de las 3:00 p.m. en el auditorio del Banco de la República.
Eastman es oriunda de Supía. Aunque caldense de nacimiento solo unos pocos años vivió en este municipio, del que muy niña viajó a Medellín.
La entrada a la conferencia sobre la vida y obra de la escritora es gratuita y, según el Banco, es un ejercicio de memoria que invita a las nuevas generaciones a reconocer el importante rol que han tenido las mujeres en el campo de la cultura, particularmente en Caldas.
Sobre ella
María Eastman nació en Supía el 9 de diciembre de 1901. Su padre fue Tomás Oziel Eastman Lemus, abogado que llegó a ser ministro de Hacienda; y su madre fue Paulina Romero.
María se graduó como maestra de la Normal Antioqueña el 23 de noviembre de 1917. El 1 de febrero de 1918 fue nombrada como docente en la Escuela de Niñas de Sabaneta (Envigado); de allí pasó en 1919 al cargo de Seccional de Agrupación 3ª de Niñas de Medellín y esta labor docente la llevó a que en 1932 fuera promovida. En agosto de 1932 la designaron encargada de la Inspección de las Escuelas de Niñas de Medellín y al año siguiente fue nombrada en propiedad como Inspectora General de Escuelas Públicas. En diciembre de 1934 se casó con Gerardo Molina Ramírez, renunció y se radicó en Bogotá, en donde se vinculó a la Normal Superior Nacional como profesora.
Publicó cuentos y notas en periódicos de todo el país, entre ellos La Patria y la Voz de Caldas. En sus textos da voz y protagonismo a personajes desvalidos y oprimidos. Así mismo, varios de sus cuentos hablan de organizarse socialmente para rebelarse y enfrentarse al poder o al “amo”, ideas que también compartía su esposo, Gerardo Molina, un intelectual liberal con sólida formación socialista.
Empezó a escribir a los 11 años y desde entonces no paró. “He colaborado en casi todos los diarios de la República de Colombia. Tengo un libro en preparación, de cuentos, de género infantil, como a diario trato el alma de los niños, he podido adentrar y conocer el desenvolvimiento de los espíritus de que inician, cuando las pasiones son plantas que más tardes darán emanaciones saludables o mortíferas”.
Su libro no llegó a ser publicado en vida pues falleció a los 46 años, y fue su esposo, quien publicó de manera póstuma El conejo viajero, en 1949 en la editorial de la Universidad Nacional.