Fotos | Cortesía | LA PATRIA
Tres espacios culturales alternativos de Manizales.
Los manizaleños cuentan con diferentes espacios para disfrutar de las actividades culturales que tiene la programación local, algunos con más visitas que otros.
Hay sitios que no duran mucho tiempo por la falta de difusión en su programación o porque la gente no conoce su ubicación, según sus propietarios, quienes piden más apoyo de las entidades públicas.
LA PATRIA conversó con tres dueños de puntos culturales alternativos de la ciudad para conocer su posición sobre por qué en algunos casos no tienen una largar duración los lugares y cómo hacer para que las personas asistan a disfrutar de sus actividades.
"Falta de apoyo de la Administración"
Santiago Dussán López, socio fundador de La Jaus
- Lo que más afecta es la falta de apoyo de la Administración, estamos a la expectativa con esta nueva Alcaldía, porque a la anterior los espacios alternativos no le importaban, el tema de arte y cultura nunca estuvo dentro de su agenda. Adicional a la falta de presupuesto que tienen los espacios es un tema de falta de difusión y falta de público, ya que el público de Manizales tiende a decir que en la ciudad no hay nada que hacer, pero tampoco va a los eventos. Entonces a pesar de que todos estos espacios intentan trabajar con los presupuestos estrechos, o en algunos casos como es el nuestro, nosotros mismos pagamos los proyectos, entonces es falta de compromiso de la Administración, pero también del público general.
- Primero, se necesitaría un compromiso de la Administración actual, para que dentro de la agenda de presupuesto y política se incluya la cultura. Nadie está diciendo que los conciertos de música de cantina no son música, pero no son arte y no se incluyen las demás áreas. Acá hay demasiado teatro, música, conciertos, exposiciones artísticas, muchas cosas que en las últimas administraciones se han omitido de la agenda, por darles cabida a los conciertos populares, que están ligados al consumo del alcohol, entonces también abrir la oportunidad a las empresas locales para que apoyen estos eventos y que vean que a través del arte también el público consume.
"No hay un hábito de la cultura"
Manuel Vélez Arboleda, propietario de La Fábrica Terminal
- El reconocimiento del público en general e institucional, que apoyen directa o indirectamente con el sostenimiento a largo plazo de este tipo de espacios, propuestas aparte de las convocatorias como subsidio al predial o servicios públicos, alianzas y cooperaciones para la realización de eventos y actividades, además de articular programaciones culturales independientes e institucionales. Y fomentar con cátedras en escuelas y colegios de historia del arte local, regional y nacional.
- No hay un hábito de la cultura. Por ejemplo, las personas en la mayoría de los casos asisten a la inauguración de la exposición y los demás días la asistencia baja en gran medida, es quizás porque el evento se queda con gran parte de la atención. Apoyando procesos a largo plazo se puede crear público.
"Mirar desde ojos distintos la realidad que nos abate"
Federico Zapata, director creativo de Bestiario Galería Creativa
- Lo que falta en la ciudad es que el mundo de los otros, que está por fuera del proyecto mismo que tiene que ver con la empresa privada, la institucionalidad y la academia, entienda la necesidad vital de que existan espacios que planteen relaciones a partir de otros lenguajes, la necesidad de poetizar el tiempo, la cotidianidad, la necesidad de mirar desde ojos distintos la realidad que nos abate. Creo que los ecos creativos y poéticos de estos espacios deben empezar a resonar de maneras distintas como quien compone una nueva melodía, se deben componer en nuevos espacios para que siempre encontremos lugares distintos en los cuales sucedernos y en los cuales transformarnos.
- Lo primero es ser realmente consecuentes con el delirio. Honestos con ese concepto hay una especie de derecho al delirio, como decía Eduardo Galeano, y en esa amplitud de posibilidades, brindarle a la gente un lugar en el que se pongan en cuestión en el que la pregunta sea un gran determinante, entonces un espacio que pregunte desde la poética, desde la estética, desde la convergencia de lenguajes es supremamente importante para un espacio, que sea sobre todo palpitante y resonante, pero que pregunte permanentemente desde toda su arquitectura emocional y toda su arquitectura disruptiva que sea un espacio en el que se estén preguntando permanentemente.