LA PATRIA | MANIZALES

Hace siete años, Sebastián Carmona López dejó su natal Anserma para asumir el reto de llevar la batuta de los sueños musicales de estudiantes de la Institución Educativa Mariscal Robledo, del corregimiento de San Bartolomé.

Y hoy se puede decir que no le quedó grande. En este tiempo al frente de la banda estudiantil ha logrado posicionarla en el departamento y obtener triunfos que antes no se tuvieron.

Hoy la agrupación es motivo de orgullo y por eso reúne a sus habitante en el Parque de Robledo, cada que hay retreta. La más reciente fue el domingo pasado. Luego de ella, Sebas, como llaman cariñosamente al director, habló con LA PATRIA.

De dónde sale

Inició estudios musicales en el 2003, egresando de la Banda Sinfónica de Anserma en el 2005. Empezó Licenciatura en Música, en la Universidad de Caldas, en el 2008 y salió en el 2013.

Su llegada a San Bartolomé

Era tallerista permanente en la banda de Chinchiná. Carlos Eduardo Acevedo, para ese entonces coordinador de Bandas, le expresó al maestro Nelson Torres, director de la agrupación del municipio cafetero, que necesitaba un director para la Banda Sinfónica de San Bartolomé. "Me dijo: motívese, es una buena experiencia trabajar para la Gobernación y más en este proceso de bandas. Que sería una buena experiencia. Me animó".

Van siete años

En San Bartolomé está desde abril del 2016. Lo más difícil ha sido la cantidad de población, el corregimiento es pequeño, el colegio ha contado con pocos estudiantes, pero ha logrado mantener un número mínimo de integrantes de la banda, 35. Lo máximo, 45.

Satisfacción

"Varias. Un cuarto puesto en el primer concurso que tuvimos, en Pensilvania. El 2º lugar en Samaná, que nos permitió el paso a la categoría B. Y segundo puesto en Manzanares, en el 2018, que nos llevó a la categoría A. Nos destacó como una de las mejores en Caldas.

En el 2020 se vino la pandemia, paramos, y en el 2021 retomamos. En el 2022 volvimos a concursos zonales, no por categorías, con destacada participación en Filadelfia (3º entre 15 de la zona norte). Este año, en Salamina, quedamos entre las cinco destacadas".

Recuerdo

Manzanares 2018 fue, quizá, el de más alegría, pues no se esperaba ese logro. Fue un año con muchos tropiezos, Sebas tuvo un accidente de tránsito, no habían terminado de pulir la música, pero lograron salir adelante y obtener ese logro. "Cuando Carlos Arturo Marín (presentador), empezó a decir que se trataba de una población a la que se puede acceder por el occidente, pero también por el norte, me cogí la cabeza y pensé: hp, es San Bartolomé. Y así fue".

Apoyo de padres

La comunidad de San Bartolomé quiere a su banda, pero en especial ese cariño se refleja en los padres de los integrantes, que no dudan en hacer bazares, bingos, vender empanadas, arroz con leche, sancocho, entre otros, para recolectar fondos para este sueño colectivo.

"Ojalá en todo Caldas hubiese una familia bandística como la de acá. Muchas veces son los padres los que dicen profe hagamos, profe vendamos, profe qué tal esto. Muy movidos, animados, eso motiva mucho a seguir con moral el proceso".

Sueños

Sebastián dice que no hay sueño personal, sino común. Es estar en un evento nacional, para ello deben ocupar uno de los dos primeros lugares de la zonal norte, lo que da derecho para un concurso en el país. "Hay que trabajar duro, es una meta que me propuse para el 2024".

Batuta

"Es un reto llevar la batuta de los sueños de estos jóvenes. Ellos también quieren ir a demostrar en el país que la banda no es de un pueblito, que es una que puede dar la pelea nacional y destacarse. Llevamos siete años destacándonos".

Proceso

Ha podido sortear el inconveniente de la salida de integrantes de la banda, cuando se gradúan de 11. Eso se logra con los niños de la primaria. "El 95% son de 6 a 11. Inicio proceso de prebanda con los de 2, 3, 4 y 5, para que cuando se vayan algunos ya cuente con el repuesto inflado, como se dice. Necesitamos empezar a cambiar algunos instrumentos, ojalá el nuevo alcalde que se elija mañana nos colabore".

Manejo de niños

"La clave es la empatía, saber de la forma en que se les debe hablar. Cuando llegué a San Bartolomé tenía una edad muy cercana a la de los alumnos y eso facilitó el trabajo".

"Me gustaría que volviera la ronda privada al Festival de Bandas", director.

"Vale la pena tener a los hijos en programas de música porque es una manera de estimular la parte sensorial y la motriz, ayuda en el uso del tiempo libre".