Foto I Luis Trejos I LA PATRIA
El estadio Palogrande, deteriorado por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, ahora no encuentra la mejor manera para su administración.
El estadio Palogrande aparenta el doble de la edad que tiene. Fue inaugurado el 30 de julio de 1994. Tiene 29 años. No obstante, hoy parece más viejo, por mal tenido y abandonado.
A pesar de ser la casa de las grandes gestas del Once Caldas y hasta del seleccionado Nacional Sub-20, no ha sido cuidado con esmero por sus administradores y sus propietarios.
Mañana se vence el comodato por medio del cual, el Once Caldas administra el escenario. Y todo indica que habrá una prórroga del mismo por seis meses.
Al parecer, no hay acuerdo de las partes para la renovación. Mientras el Club quiere otras condiciones o alquilarlo por partido jugado, el Municipio aún no ve clara la figura jurídica para hacerlo.
Lo que plantea el Once Caldas, que el año pasado dio utilidades por $26 mil millones, es algo similar a lo que hacen la mayoría de los equipos del país: pagar por juego disputado. Lo anterior implicaría abandonar los dos niveles que ocupa en el Palogrande con cientos de metros cuadrados utilizados en camerinos, oficinas, consultorios, bodegas, lavandería, utilería y otros.
La Alcaldía, por su parte, como las demás del país, deberá buscar la mejor opción para administrarlo y fijar una cifra con el Blanco para que continúe allí. Estadios como el Atanasio Girardot, de Medellín; Techo y El Campín, de Bogotá; Pascual Guerrero, de Cali; Centenario, de Armenia, y Hernán Ramírez Villegas, de Pereira, habilitados para competencias internacionales, no son administrados por los clubes.
En un alto porcentaje, pagan una cifra fija por cada partido y, a partir de allí, les cobran un porcentaje por la boletería vendida en cada partido o tribunas abiertas. El valor sube en algunas plazas con los juegos nocturnos.
A diferencia de los demás equipos consultados, el Once Caldas es el único exonerado del pago del impuesto Municipal. Siempre ha sido así, desde que era corporación sin ánimo de lucro y ahora como sociedad anónima, pero con la condición de reinvertir ese dinero en los niños de las comunas. El último año, en promedio, dejó de pagar $28 millones de pesos del impuesto municipal por cada compromiso.
En otras palabras, con sus oficinas al interior del Estadio y exonerado del pago del impuesto municipal, el Blanco parece favorecido con el comodato. Además de la boletería, cobra por todo: alquiler de puestos, vallas publicitarias y otros.
Sin embargo, sus dirigentes se quejan porque consideran que deben desembolsar más plata lo que vale la exoneración (ver recuadro Esto dijo el Once Caldas).
La indiferencia con el Palogrande no es nueva. Ya en el 2009, el periódico contó cómo la Contraloría detectó incumplimientos del Club y lo comprometió con las mejoras.
Desde entonces son frecuentes las denuncias por el abandono del escenario que fue remodelado para la Copa América del 2005 y el Mundial Sub-20 del 2011. Pero el tiempo, la falta de mantenimiento adecuado lo tienen hoy feo y obsoleto ante la mirada pasiva de los entes de control.
Las pantallas no sirven hace cuatro años; el techo debe ser cambiado, incluso, por norma; las gradas y las sillas se ven sucias y manchadas. En el 2016 el Club dejó dañar la máquina con la que le hacían mantenimiento a la cancha y les cogió ventaja.
Lo anterior contrasta con el trino publicado por el Alcalde Carlos Mario Marín el 28 de julio del 2021, en el que prometió un escenario para competencias internacionales: "Estadio Palogrande. Con el contratista estuvimos verificando los adelantos en las obras de este importante escenario deportivo. Estamos invirtiendo $574 millones en adecuaciones y $86 millones para suministros deportivos. Cumpliremos con los requisitos de @conmebol".
Hoy, incluso vetado por la Conmebol, como lo dijo Álvaro González Alzate, vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, el estadio no llena los mínimos para albergar certámenes internacionales.
Más que ser complacientes o convenientes, el Palogrande necesita de una mano que lo ponga al día para certámenes internacionales y de un cuidado permanente tanto del dueño como de su administrador de turno.
Deportes Quindío
Impuesto: lo pagan.
Uso del estadio: $10 millones por partido (la cifra por estar en la B).
Datos: El Indera le paga a la empresa Zonas Verdes para que le haga manteamiento a la cancha y con personal propio administra el escenario, apto para competencias internacionales. Calculan que el manteamiento mensual puede estar sobre los $32 millones.
La Equidad
Impuesto: lo pagan.
Uso del estadio: Paga por partido, pero dependiendo de la cantidad de tribunas que necesite. Si el partido es tipo A y debe abrir una Occidental y Oriental, le vale $20 millones. Si son las dos de Occidental y la de Oriental, el costo es de $30 millones.
Deportivo Pereira
Impuesto: lo pagan
Uso del estadio: Debe pagar su uso para los partidos o los entrenamientos. Los juegos diurnos valen $9 millones y los nocturnos $16 millones. Por cada compromiso de la Copa Libertadores debieron desembolsar $32 millones. El escenario lo administra Cordep y hoy es considerado como de los mejores del país para competencias internacionales.
Fortaleza
Impuesto: Lo pagan.
Uso del estadio: En promedio pagan $10 millones por partido, pero el precio puede aumentar si es nocturno y si hay servicio de cafetería. El onceno bogotano juega en el estadio de Techo, en donde también actúa La Equidad Seguros.
Millonarios y Santa Fe
Impuesto: Lo pagan.
Uso del estadio: Los oncenos capitalinos juega en El Campín y deben pagar el 12,48% sobre el valor bruto de la taquilla.
Medellín y Nacional
Impuesto: Lo pagan.
Uso del estadio: Paga entre $13 millones y $16 millones, más el 4% por del valor del total de la taquilla.
Cúcuta Deportivo
Impuesto: Lo paga.
Uso del estadio: Paga $10 millones por cada juego disputado y entrena gratis.
Deportivo Pasto
Impuesto: Lo paga.
Uso del estadio: Paga $15 millones al mes por el alquiler del estadio. El pago se lo hace a la Gobernación que le descuenta ese dinero por la publicidad que le da por Aguardiente Nariño.
Cómo operan los demás
En el estadio Palogrande hay otros deportes que tienen su asiento allí y comparten el escenario con el Once Caldas. Mientras para el servicio de energía eléctrica hay un contador para cada local, el agua solo tiene un conducto y es el que le facturan al Once.
Por eso, Coyotes y los Senior Máster (atletismo), Gladiadores (boxeo), el club de la Pelea, yudo, taekwondo, pesas, boxeo y hapkido pagan la luz y les pagan el agua. A la oficina de escenarios de la Alcaldía, recién acomodada en el estadio, le pagan los dos servicios.
Por su parte, la Liga Caldense de Fútbol paga los dos servicios.
Las cuentas del Once Caldas
El 13 de julio pasado, en el Concejo Municipal, Tulio Mario Castrillón, presidente del Once Caldas, dio su versión sobre el estadio Palogrande.
Sobre el escenario: "Es un estadio viejo al que no se le ha invertido. Le hemos metido más de $3 mil millones a la cancha, que está podrida. Todos los circuitos de riego están desactualizados. Fue hecha en 1993 y reformada para el 2011".
Agregó: "Nosotros ponemos la cancha, vale $2 mil millones, pero hay que parar, no se puede jugar en 8 meses. Los sistemas de riego son arcaicos. Preocupa el servicio de luz, el techo es de asbesto y no cumple ya los requisitos de ley. Y los tableros, montados en 1993, cada tableta costaba 50 millones, la poníamos, se quemaba y esa tecnología no existe".
Planteó la opción de que les cobren por partido: "Les dijimos que nos cobraran por partido y pasaron una cotización entre $47 millones y $95 millones por juego. Hablamos con los colegas y encontramos muchas diferencias. Jugamos, en promedio, 20 partidos y pagaríamos $400 millones".
Y contó lo que paga: 7 empleados le valen $160 millones al año. $6 millones que le cuesta el guardián que le exige el comodato, no un portero, que le podría valer $2 millones. $154 millones de servicios públicos, $160 millones de aseo, $100 millones de pólizas y seguros, $800 millones de las escuelas, $800 millones del mantenimiento del estadio y las 600 boletas que debe dar por partido, según el comodato. Habla de $2.170 millones en total, sin contar los $1.000 millones que le da a la Alcaldía en entradas (600 por partido). Dijo que son de Occidental y cada una vale $90 mil.
Finalmente cuestionó, además, por qué solo se debatía el comodato del Once Caldas y no el de los otros deportes que tienen allí su sede. Reconoció parte de las fallas en el manteamiento, pero aclaró que no es el único responsable.
La renta de las comidas y bebidas
Un paquete de pandeyucas vale $7 mil pesos en el Palogrande. Cuando se le pregunta al vendedor por qué tan caro responde que a él le toca pagarle $85 mil de arriendo al Once Caldas por el puesto que ocupa en cada partido. En el escenario abren 28 puestos para vender comida, sin contar los de paquetería y tinto que deben cancelar, cada uno, $50 mil.
"Llegue o no llegue gente, hay que pagar lo mismo", dijo el vendedor.
En cuanto a la gaseosa o los chococonos, el modelo de negocio es distinto: el producto es del Club y les paga un porcentaje a los vendedores, tanto estáticos como móviles.
La barra cobra $2 mil más por boleta
Un vendedor de comidas del estadio Palogrande se quejó porque la barra Holocausto Norte controla la boletería de la tribuna de norte de barras y cobra $2 mil más por cada tiquete.
"Mire esto lo injusto, mientras nosotros nos debemos partir acá para vender, pagar $85 mil de arriendo y ganar unos pesitos, los señores de la barra facturan gratis, sin pagar un solo peso por el uso del espacio", indicó el señor.
Un líder de la barra, que pidió reserva de su nombre, indicó que cobran el excedente para pagar el arriendo del local en donde funciona la Fundación de la Barra. Incluso, también se quejó porque el Club le cambia los valores de los precios: Santa Fe ($30.000), Nacional ($34.000), Cali ($17.000), Pereira ($30.000), Bucaramanga ($25.000) y Huila ($22.000).
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