El español Carlos Sainz (Ferrari)

Foto | EFE | LA PATRIA El español Carlos Sainz (Ferrari) celebra su victoria en México.

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El español Carlos Sainz (Ferrari) reinó este domingo en el Gran Premio de México y sumó su cuarta victoria en la Formula Uno con una plácida carrera en la que el británico Lando Norris (McLaren), segundo, recortó diez puntos la distancia en el Mundial respecto al neerlandés Max Verstappen (Red Bull), sexto tras una penalización de veinte segundos por sacar al inglés de la pista.

La sonrisa de Sainz, sin embargo, contrastó con la 'celebración' de los cuatrocientos grandes premios del español Fernando Alonso (Aston Martin), que hubo de retirar el monoplaza en la vuelta dieciséis, mientras que el ídolo local, el mexicano 'Checo' Pérez (Red Bull), acabó decimoquinto a pesar de una gran salida, y el argentino Franco Colapinto (Williams) fue duodécimo.

Sainz, que perdió el liderato en la salida ante un Verstappen que traccionó de manera brillante, le devolvió el adelantamiento en la novena vuelta y desde entonces tuvo un camino tranquilo hasta cruzar la línea de meta 62 vueltas después, con Norris frustrando un nuevo doblete de Ferrari tras su adelantamiento al monegasco Charles Leclerc, que acabó tercero, a falta de ocho vueltas para el final.

Con el segundo puesto de Norris, el británico recorta once puntos y se queda a 47 puntos de distancia del neerlandés, líder, que acabó sexto ante su exceso de 'juego sucio' ante el segundo clasificado del Mundial.

Una despedida a lo grande

Todavía quedan cuatro circuitos por delante en este 2024, pero Sainz no quería irse sin sumar una victoria más con Ferrari. Ya la había conseguido en Australia, cuando aún no sabía si seguiría o no en la escudería italiana, pero con el anuncio de la llegada de Lewis Hamilton, el madrileño quería desquitarse de ese sabor amargo de las despedidas.

Sainz conocía, además, que sus dos principales adversarios, Verstappen y Norris, estaban mucho más preocupados del otro que del propio madrileño y que, si hacía bien las cosas, tenía la victoria en su mano. Pero la carrera se puso complicada. Verstappen traccionó de manera perfecta en la salida, se puso en paralelo a Sainz y le superó ganándole el interior de la curva.

El 'safety car' por el accidente el tailandés Alexander Albon (Williams) y el japonés Yuki Tsunoda (Visa Cash App RB), que tuvieron que abandonar, aumentaba las dudas sobre si cuando volviera la acción, tendría más ritmo que el neerlandés o si, por contra, el neerlandés se escaparía.

Pero si el ‘safety’ abandonó el autódromo de los Hermanos Rodríguez en la vuelta siete, Sainz ya era una prolongación de Verstappen en la vuelta ocho. El madrileño se echó con absolutamente todo frenando muy tarde en la curva uno. Aprovechó el DRS, el conformismo de Verstappen con la segunda posición y también la ambición propia para pasar al neerlandés y colocarse, de nuevo, como líder de carrera.

La vuelta al juego sucio siete días después

Y ahora era Norris quien se echaba a por ‘Mad Max’. El británico era consciente de que podía ocurrir como en Austin, pero necesitaba sumar puntos e intentar acechar a Sainz si quería seguir con opciones por el Mundial, y el inglés lo hizo y, como la semana pasada, se volvió a encontrar con el juego sucio del neerlandés.

Verstappen echó fuera de la pista al británico cuando ya le había pasado en el vértice de la curva y, aun así, Norris terminó por delante. Pero por si había alguna duda, el británico ralentizó el ritmo para dejarle pasar y el neerlandés se volvió a ensañar con el de McLaren, al que empujó de nuevo por fuera aun sabiendo que Leclerc, muy hábil, estaba pasando a ambos para colocarse segundo y facilitar el doblete para Ferrari.

Por detrás las noticias no eran buenas. Fernando Alonso tenía que abandonar, cuando apenas habían pasado quince vueltas, mientras que la grandísima salida con el neumático duro de Pérez, que adelantó cinco posiciones -dos de ellas por el accidente de Albon y Tsunoda, apenas sirvió de mucho, pues fue penalizado con cinco segundos por colocarse unos centímetros por delante de lo permitido.

Una lucha con el neozelandés Liam Lawson (Visa Cash App RB) le hizo a Pérez perder muchos segundos, pero también parte del monoplaza, lo que le hizo no tener opciones para exhibir el ritmo que sí tenía Verstappen. Colapinto, mientras tanto, seguía ganando posiciones y se mostraba muy consistente en su conducción.

Con la penalización, Verstappen cayó al undécimo lugar, pero desde ahí empezó a tirar para ir superando a rivales y terminar por encima de los Haas, en sexta posición, a pesar de que a final de carrera su ritmo cayó y el danés Kevin Magnussen (Haas) se le acercó peligrosamente, aunque no llegó a la altura del neerlandés.

También pugnaban los dos Mercedes. Con George Russell por delante en cuarta posición, su compatriota y compañero, Lewis Hamilton era más rápido que el joven británico, que tenía daños en el fondo plano. El heptacampeón terminó superando con facilidad a Russell y la última cuenta pendiente que quedaba era la de Norris y Leclerc.

El británico fue con todo en las últimas veinte vueltas a por Leclerc, que había soñado con el doblete que ya lideró en Austin, aunque ahora intercambiando los papeles con Sainz. Norris tenía que recuperar ocho segundos respecto a Leclerc, cuyo ritmo, a priori, era mayor, pero la consistencia del británico pudo con todo.

Norris presionó tanto a Leclerc que en la salida a la recta principal en la vuelta 63 el monegasco pisó el acelerador antes de tiempo, el coche le pegó un trallazo y el británico se hizo con la segunda plaza, recortando todavía más la distancia con Verstappen, dejándola en 47 puntos a falta de cuatro carreras por delante. 


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