Tatiana Rentería, oriunda del Valle del Cauca, levantó los brazos en señal de victoria tras derrotar a la ecuatoriana Génesis Valdéz en un reñido combate por la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024.

La lucha, que terminó 2-1, estuvo llena de emoción, con un desenlace que mantuvo al público en vilo hasta los últimos segundos.

Desde el inicio del encuentro, Rentería dominó, controlando el marcador y evitando que su rival tomara ventaja. Al final, saludó al público mientras la jueza la declaraba ganadora, y celebró abrazando a su entrenador, quien la alentó durante todo el combate.

Aunque no pudo festejar sobre la lona, Rentería levantó la bandera de Colombia y, con un trote ligero, la exhibió orgullosa al mundo.

Esta victoria marca la tercera medalla para Colombia en esta exigente disciplina olímpica y convierte a Rentería en la segunda luchadora colombiana en subir al podio en unos Juegos Olímpicos.

La carrera deportiva de Rentería, de 23 años, no comenzó en la lucha. Inicialmente se inclinó por el fútbol y el levantamiento de pesas, pero al no encontrar entrenador en esta última disciplina, se decidió por la lucha, un deporte donde pudo canalizar toda su energía.

Su talento y dedicación la llevaron a ser campeona mundial sub-23 en Pontevedra, España, y a obtener un bronce en el Campeonato Mundial de 2023 en Belgrado, Serbia.

En su recorrido olímpico, también ganó oro en los Juegos Bolivarianos de 2022 en Valledupar, bronce en los Juegos Suramericanos de Asunción, Paraguay, y plata en los Juegos Panamericanos de Chile en 2023.

En París 2024, Rentería superó a la tunecina Zaineb Sghaier en los octavos de final y a la mongola Davaanasan Enkh Amar en cuartos. Aunque perdió en semifinales contra la japonesa Yuka Kagami, se recuperó para vencer a Génesis Valdéz y asegurar su lugar en el podio.

Rentería se perfila como la nueva imagen de la lucha en Colombia, siguiendo los pasos de Jackeline Rentería, quien ganó medallas en Beijing 2008 y Londres 2012.

Sin embargo, Tatiana ya apunta a un futuro aún más brillante: “Estoy feliz con mi primera medalla, pero en Los Ángeles 2028 voy por un oro para mi hija”, afirmó con determinación.

Mientras celebraba, con su rostro golpeado por la intensa lucha, dibujó una sonrisa que mostraba la felicidad, el esfuerzo y las ganas de romperse en llanto. 

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