Foto | AFP | LA PATRIA | PEREIRA La risaraldense Marcela Restrepo celebra su gol
La risaraldense Marcela Restrepo anotó uno de los dos goles que le dieron la victoria a la selección Colombia Femenina sobre Nueva Zelanda, logrando así la primera victoria del equipo en este torneo. El equipo buscará asegurar su clasificación en el próximo encuentro contra la selección de Canadá.
La historia de Marcela Restrepo, la primera risaraldense en anotar un gol en los Juegos Olímpicos, es una historia de determinación, talento y valentía. Cada paso que ha dado ha sido un testimonio de éxito y desafíos que la han hecho detenerse momentáneamente. Pero, al igual que en la cancha, levanta la cabeza, avanza, elude rivales y busca anotar o dar el pase decisivo a sus compañeras.
Al minuto 26, la mediocampista calculó la trayectoria de un balón rechazado por una defensora neozelandesa y lo impactó de volea con su pierna derecha. El balón describió una parábola imposible para la arquera rival, quien, a pesar de su esfuerzo por desviar el remate, solo pudo contemplar cómo la red se inflaba con el gol. La dosquebradense celebró apasionadamente en la esquina con sus compañeras. Este gesto técnico perfecto refleja sus inicios en el fútbol de salón.
Desde muy joven, Marcela inició su amor por el fútbol en la cancha del barrio Santa Isabel, en Dosquebradas, Risaralda. Al principio, compartió esta pasión con su hermana, enfrentándose juntas al fútbol sala y a los regaños de su madre, quien creía que "el fútbol no era un deporte para mujeres".
Marcela se destacó en todas las posiciones en las que jugaba: portera, volante o defensora. Su talento siempre fue proporcional a su esfuerzo. Comenzó a eludir rivales en los torneos intercolegiados y a superar las restricciones de su madre.
A los 15 años, viajó a Cali y cambió las canchas de cemento por las de pasto. Aunque al principio no comprendía completamente las funciones y el orden táctico de cada posición, su pasión por el juego facilitó su adaptación. Pronto se destacó en el medio campo y fue convocada por las selecciones juveniles, participando en el Sudamericano Sub-17 y clasificando al mundial. Esta trayectoria ascendente la llevó a su primera experiencia internacional en el club Vitória das Tabocas de Brasil, donde jugó un año.
Al regresar a Colombia, volvió al fútbol de salón con Generaciones Palmiranas para disputar el Sudamericano de esa modalidad, donde sufrió una lesión de ligamentos, su primer gran revés en el deporte. Sin embargo, mantuvo la frente en alto y aprovechó el tiempo de recuperación para estudiar.
Después de superar la lesión brilló nuevamente. Fue goleadora de su equipo, campeona y clasificó a la Copa Libertadores de fútbol de salón. Ese mismo año, inició la Liga Femenina y su club firmó un convenio con el Cortuluá, retomando así el fútbol 11.
Su calidad la llevó a grandes escenarios. Jugó en Atlético Huila, uno de los mejores equipos femeninos del país, y dio el salto al fútbol español, donde estuvo tres temporadas. En España, vistió los colores de CD Collerense, Real Sporting de Gijón y Dux Logroño.
Tras su experiencia en España, regresó a Colombia para jugar con Atlético Nacional, su equipo actual.
Durante su carrera en la selección Colombia, ha disputado Copas América, participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos 2019, y estuvo en el Mundial de Fútbol 2023. Ahora, es una de las mejores jugadoras de la selección en los Juegos Olímpicos.
El próximo encuentro será contra Canadá el 31 de julio a las 2 de la tarde, hora colombiana. El resultado de este partido decidirá quién clasifica a la siguiente ronda.
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