Fotos | Cortesía Der Imker | LA PATRIA
Der Imker produce y comercializa mieles y subproductos para el cuidado de la piel. En la foto, en la feria en una feria de emprendimiento que realizaron en Villamaría.
LA PATRIA | VILLAMARÍA
Las mieles del apiario Der Imker han endulzado por cerca de 20 años los paladares de los caldenses y los Villada son los encargados de esparcir este producto natural.
La familia Villada asumió esta tarea de cosechar los productos y subproductos de la abeja Apis mellifera europea, que cultivan en la vereda La Cabaña, de Manizales.
Sin embargo, es en la finca Der Imker, de la vereda La Floresta, de Villamaría, donde hoy cuentan con la planta de procesamiento, en la que además de la miel, elaboran productos como el champú, acondicionadores, cremas, jabones, bálsamos y labiales, todo a base de la miel de abejas.
Tercera generación
Cindy Janeth Díaz y su esposo, Manuel Alejandro Villada, son la tercera generación, al frente de este negocio familiar, que surgió a raíz de una visita que hizo a Villamaría el alemán Uve Bunk.
En su recorrido por la ciudad, el amigo de los Villada bautizó el negocio como Der Imker, palabra alemana que en español significa el apicultor.
“Nuestra familia recuerda que Uve quiso comprar miel de abejas en esta región, pero no encontró un producto de miel de calidad y garantiozada, y por esta razón comenzó a crear el proyecto, negocio que después dejó en manos de los Villada”, recordó Cindy.
Eso motivó el impulso de este negocio que empezó a crecer poco a poco, hasta consolidarse como una empresa apícola consolidada, al punto que hoy está entre las cuatro empresas del sector más buscadas en Caldas, según registros y estudios de marketing digital.
Negocio
Cindy recuerda que Uve, dejó montado el apiario antes de regresar a Alemania y compró además una centrífuga. Sin embargo, fueron Inés, la abuela de Manuel, y su tía, que lleva el mismo nombre, quienes arrancaron con el emprendimiento (La abuela Inés, falleció este año).
Las colmenas las tuvieron por un tiempo ubicadas en la vereda La Floresta, pero debido al peligro para los habitantes del sector, decidieron trasladarlas para el municipio de Caicedonia, en el Valle del Cauca, en un espacio más natural.
Luego, volvieron a trastear sus enjambres y los trajeron de vuelta a Caldas, para instalarlos finalmente en la vereda La Cabaña, de Manizales, donde prácticamente tuvieron que reiniciar el trabajo, ante la mortandad de varias de sus colmenas, además de la operación logística.
Dulce amor
Cindy destaca que la miel también endulzó su amor. Ella conoció a su esposo, Manuel Alejandro, justo cuando él estaba distribuyendo miel de abejas, y así se fue consolidando esa relación. Esa unión les permitió fortalecer su negocio y prepararse para expandirlo y pensar en nuevos productos.
Por esta razón, decidieron capacitarse en el Sena, en extracción de aceites y en metodologías para fomentar el cuidado del medio ambiente y la producción limpia.
Hoy también tienen capacitaciones con Incubar Manizales y con Geoparques con el fin de que certificarse como geoproductos, o alimentos que se producen en el área de influencia del Parque Natural Nacional los Nevados.
En la Cabaña también tienen unos cultivos de café, sábila, jengibre y caléndula, con el fin de tener nueva oferta de mieles y además aumentar sus productos naturales. Además esto permite polinizar los cultivos del área y aumentar su producción hasta en un 25% dice Cindy.
La meta para este fin de año es sacar al mercado una línea de vinos a base de miel de abejas y unos productos con el hongo Ganoderma.
Hoy los Villada laboran con unos 20 apicultores de Manizales y Villamaría, con quienes se comparten productos, conocimientos y tecnología.
Datos
- Comercializan 12 subproductos de la miel.
- 60 colmenas tienen en promedio hoy en día en la vereda la Cabaña.
Producción
La empresa saca al año unos 500 kilos de miel, según el clima, la floración, el estado de la colmena y la cantidad de abejas. Después de una floración, una colmena produce entre 10 y 12 kilos. Cuando hace verano aumenta la cantidad. En invierno hay que dejarles más miel como reserva para ahorrar energía.