Fotos | Cortesía Federacafé | LAPATRIA
El laboratorio está ubicado en Almacafé Soacha y comenzaría a operar en 2023.
LAPATRIA | MANIZALES
El sector cafetero ya tiene su propio laboratorio de control de agroquímicos.
Aunque en el país ya cuenta con varios centros privados que prestan sus servicios particulares, los Almacenes del Café (Almacafé) presentaron durante el 90 Congreso Cafetero este primer laboratorio del sector, que tiene como objetivo hacer un control minucioso para que el café que se exporten no vaya a tener trazas de químicos que excedan los límites permitidos.
El proyecto que tuvo una inversión cercana a los $2 mil 500 millones, tiene como fin cumplir con las nuevas normas que se están exigiendo en varios países del mundo, incluyendo la Unión Europea que ya anunció el freno de importaciones ante cualquier exceso de químicos y moléculas, con la amenaza incluso de cerrar las exportaciones.
Los productos
José Felipe Jaramillo Mejía, subgerente general de Almacafé, recordó que hoy en día no solo el mercado de cafés, sino de cualquier tipo de productos alimenticios tiene cada vez mayores controles, tanto por regulaciones, como por tendencias del mercado y exigencias de los consumidores ante la necesidad de una mayor inocuidad y seguridad alimentaria.
En el caso de Japón hace unos 10 años realizan este tipo de restricciones, con límites específicos para que los productos que importan cumplan con esos mínimos y tengan un certificado.
Sin embargo, aunque el país ya tiene esta experiencia y ha cumplido, las nuevas normas son más exigentes que las japonesas, por lo que esta ya se convirtió en una necesidad más latente.
Bajo estas condiciones, el nuevo proyecto tuvo como fin estructurar este servicio tanto para la Federación como para cualquier otro exportador de café. "Incluso la idea es que no solo sea café, sino que hacia adelante podamos trabajar con otro tipo de productos agrícolas, como frutas, cacao y demás alimentos que tengan esa necesidad y podamos prestar este servicio", sostuvo.
Controles
El proyecto se planteó hace unos 4 años, pero desde al pasado se empezó a aterrizar, por lo que la meta es tener listo el laboratorio para el 2023. "Estamos en proceso de acreditación finales, pero desde ya se hacen análisis y la meta es que para princpios del 2023 ya podamos iniciar controles para químicos como clorpirifox, que tanto se utilizan en las fincas cafeteras, y análisis de hongos (ocratoxinas) que se buscan controlar, por la seguridad alimentaria, sobre todo para cafés procesados, tostados, liofilizados, que algunos mercados también exigen", sostuvo.
Jaramillo explicó que el objetivo es entregarle al usuario un reporte en la que se le indique si cumple o no, los niveles de tolerencia y si está por encima o por debajo.
"Es un tema de mercados, de tendencias que hay que cumplir y una necesidad latente de cualquier exportador en Colombia, además en inocuidad y seguridad alimentaria no teníamos esta fortaleza y este laboratorio nos comienza a dar este valor agregado en Colombia", destacó.
Un centro de distribución
Octavio Castilla Gutiérrez, gerente general de Almacafé, destacó que la entidad tiene en Soacha un lote con una extensión de 10 hectáreas en las que cuentan con dos bodegas, una de 10 mil metros cuadrados y una más de 4 mil 400.
En la primera se hace el recibo, la calificación y la clasificación del café que se les compra directamente a los caficultores o a las cooperativas de caficultores.
Destacó que la importancia es que se trata de una bodega de conservación, sumada a la que tienen en Pamplona (en Norte de Santander) y una más en el páramo de Letras.
Adicionalmente se reciben todos los lotes de cafés de concursos, sumado a dos trilladoras para lotes de café convencionales y otra más pequeña para microlotes y cafés naturales. Ahora la meta es tener otra para nanolotes o pequeños lotes de café, ante la oferta de la venta de pequeñas cantidades.
El gerente destacó que además cuentan con una planta torrefactora donde le tuestan el café a las tiendas Juan Valdez, a la Federacafé y a Buencafé Liofilizado para su café tostado y molido, con una capacidad total de 280 mil kilos por mes.
Ahora la meta es montar otra torrefactora, aunque más pequeña, que espera montarse en unos meses, con una inversión de unos mil millones de pesos.
Además se cuenta con otra planta en Bogotá, el barrio Perdomo, recibida de la antigua dirección de estupefacientes, planta que se está explotando desde el 2004.
En la planta de 4 mil 400 metros tienen un centro de distribución de todos los productos de Juan Valdez, con el objetivo de alistarlos para cada tienda. "Por eso decimos que Almacafé es mucho más que almacenar café", destacó el gerente.
De ahí el planteamiento de que Soacha es un complejo logístico de café que abarca toda la cadena, desde la compra, hasta su almacenamiento, conservación, trilla, la torrefactora y la distribución.
El gerente destacó que para el 2023 se vienen además dos nuevas bodegas, para guardar mercancía de Procafecol y para café. "Con todo esto le estamos agregando valor al café"