Fotos/Julián García/LA PATRIA
La ama de casa Mónica Duque lleva 14 años con su famiempresa de lencería, empezó confeccionando en una máquina Singer, hoy maquila para almacenes de la región.
LA PATRIA | CHINCHINÁ
Mónica Duque tomó unos cursos de lencería y vestidos baño en la extinta Casa Campesina de Chinchiná (Caldas) en el 2008. La empresaria lo comenzó como un hobby, pero motivada por el aprendizaje tomó la decisión de montar su propio emprendimiento Mónica Duque Sensual, una pequeña empresa de confecciones, que hoy funciona en Villamaría La motivación no fue otra que obtener ganancias para brindarle un mejor futuro a su hijo menor Juan Esteban Marulanda, quien en ese entonces solo contaba con 8 meses de vida.
Sus primera puntadas
“Las primeras costuras no me quedaron bien confeccionadas, no eran las mejores, seguí insistiendo y con el tiempo fui perfeccionando el arte y aprendiendo cómo pegar encajes y hacer bordes bonitos”, relató la emprendedora.
Al principio no fue fácil. Duque contó que la microempresa empezó a funcionar en una vivienda del sector Chispazo de Chinchiná, donde estuvo por 13 años. Ahora la trasladó en inmediaciones de las instalaciones de los Bomberos de Villamaría.
Recordó que las primeras costuras fueron en una máquina Sínger, que le obsequió su amiga Alexandra Gallego y fue Tatiana Ospina, otra amiga, quien le hizo el primer pedido, que fue de tres conjuntos de ropa interior.
Para hacer realidad su sueño, solo bastaron $20 mil que tenía en el bolsillo, con dinero adquirió el material para arrancar con las costuras: hilos, encajes, sesgos y telas y las recomendaciones le abrieron mercado en la región. Con las utilidades del primer año compró una fileteadora casera que le hacía falta. Con el apoyo económico de su esposo Germán Alonso Marulanda, quien es taxista, adquirió maquinaria más moderna.
Agrega que también fabrica sobre pedido pantalonetas y vestidos de baño para caballeros. “ La pandemia no me afectó, antes dupliqué pedidos, en la actualidad coso maquilas", señaló.
Paso a paso
Poco a poco Mónica fue mejorando sus puntadas, reconoce que nunca ha tenido un trabajador porque en su concepto es difícil encontrar gente comprometida y que conozca coser bien. Sin embargo Esefanía Madrid, su nuera, le echa una mano con el pulido de las prendas y con las ventas.
La emprendedora manifiesta que no le afecta en nada la competencia nacional, ni la extranjera, pues su clientela busca productos de buena calidad. Confiesa que la actual conyuntura económica le golpeo el bolsillo, pues muchas materias primas imprecindibles para su actividad aumentaron de precio, por lo que que se vio en la obligación de aumentar el precio de sus productos para equilibrar costos. "A los compradores no les importa pagar un dinero extra por un producto de buena calidad", dijo.
Proyección
Mónica Duque solo desea que su microempresa continúe creciendo. Para lograr ese objetivo proyecto montar un alamacén y ampliar su taller, así como la línea de producción, todo esto a mediano plazo mientra ahorra y gestiona las recursos.
Su jornada laboral empieza a las 7:00 a.m. y cuando tiene que entregar grandes pedidos la extiende hasta el otro día. A la feria de emprendimiento del sábado pasado en el Parque de Bolívar de Chinchiná, comercializó 40 conjuntos.
* 150 prendas femeninas fábrica al mes.
* Usa materiales de lycra y franela, acetatos, encajes, varillas, contornos.
* $20 mil vale un conjunto de tanga y brasier .
* $1 millón 200 mil vende en promedio cuando participa en una feria comercial.
Mónica Duque participa de ferias empresariales.