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Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda.
LA PATRIA | MANIZALES
Después de evaluar las proyecciones de ingresos y recursos de capital de este año, el Ministerio de Hacienda por fin reconoció que el bolsillo no le alcanza para tanto. Muchos proyectos e inversión y poca plata. Por lo menos esto fue lo que planteó, palabras más o menos, en el decreto 0766 que expidió el 20 de junio.
Allí dice claramente en sus consideraciones que "los recaudos que se esperan percibir no son suficientes para financiar los gastos autorizados en la Ley anual del presupuesto para la vigencia fiscal de 2024".
Por ello, resalta la decisión de aplazar el presupuesto de gastos por un monto total de $20 billones, con una lista completa de planes y proyectos que quedarán congelados por ahora, y que van desde sus planes bandera, como los programas especiales de paz, conflicto armado y reintegración social.
Además, confirma recortes en los planes de restitución de tierras, fortalecimiento del agro, infraestructura, proyectos viales regionales, el famoso fortalecimiento y expansión de las TIC, en los recursos para actualización catastral, menor inversión en la Policía nacional, Ejército, entidades descentralizadas y hasta para las mismas "ías" (Contraloría y Fiscalía nacional).
La justificación es que el Gobierno Nacional puede tomar esta decisión, cuando el Ministerio estime que los recaudos del año, definitivamente van a ser inferiores al total de gastos y obligaciones que contrajo.
Bien, pero preocupa
Aunque algunos expertos consultados por LA PATRIA coinciden en que fue una decisión responsable, las preocupaciones rondan. Más cuando no se sabe qué tanto será el aplazamiento o si finalmente son recursos que se dejarán de invertir, por aquello de que no hay nada más fijo que las decisiones que se toman de manera temporal.
Si bien el Gobierno juró que las transferencias corrientes de las regiones sí están garantizadas, también ronda el freno de varios proyectos regionales y recursos para planes viales. Es lo que pasará en todo el Eje Cafetero, y en el caso puntual de Caldas, donde ya se anunció el aplazamiento de varias obras que suman unos mil millones de pesos.
Eso sin contar el impacto en planes de formación en el Sena, y programas como Innpulsa y Colombia Productiva, entre otras estrategias de transformación productiva y reindustrialización que no van a llegar o tendrán que esperar.
Los presupuestos
Con respecto a los presupuestos de los que habla el decreto a lo largo de sus 61 páginas, también hay riesgos. Según algunos expertos económicos como Juan Felipe Jaramillo Salazar, las entidades que dependen de estos recursos, casi que solo podrán ejecutar lo que hoy tienen activo y establecido en sus Certificados de Disponibilidad Presupuestal (CDP).
Sin embargo, si no logran alguna contratación pronta, ya no la podrán hacer, teniendo en cuenta que después de cerrarles la llave de recursos es casi imposible ejecutar nuevos planes y programas que proyectaron.
Riesgo con Aerocafé
Para Caldas también preocupa lo que podría suceder con el proyecto del Aeropuerto del Café. Esto teniendo en cuenta que si los recursos de vigencias estaban amparados en un contrato vigente podrían ser respetados. Aquellos que no, claramente se podrían parar, bajo la excusa de que no es un recorte sino un aplazamiento más.
Hoy se plantea que Aerocafé tiene recursos por un total de $603 mil 662 millones y, de esa partida, el Gobierno comprometió de vigencias futuras, en la administración de Iván Duque, un total de $518 mil 449 millones.
Sin embargo, en un informe que publicó LA PATRIA el año pasado, el 5 de agosto del 2023, bajo el título "Plata comprometida de Aerocafé, ¿dónde está?", se demostró que, de ese total, la nación solo había transferido $60 mil 518 millones al Patrimonio Autónomo de Aerocafé, cuenta especial que se creó para manejar los recursos. Es decir, el 11,67% de ese total. "No lo dude, aunque muchas entidades territoriales están esperanzadas en una cofinanciación de algún Ministerio, puede pasar que cuando vayan los alcaldes o gobernadores, les salgan con la noticia de que esa plata se congeló", estimó Jaramillo Salazar.
Efecto dominó
Para los expertos esto será un efecto dominó que viene desde el nivel central y pasará por departamentos y municipios. Además, impactará el empleo, ante los recortes y frenos en infraestructura y construcción, lo que se complementará con el bajo crecimiento económico que hoy vive en el país (1,7% se podría crecer este año según Minhacienda).
Para el caso de las "ías" el problema es que también se frenará su funcionamiento, puesto que realizan, bajo la modalidad de prestación de servicios, varios contratos de estudios económicos y demás que ya no podrán licitar. Por eso, algunos analistas consultados aseguran que hay una especie de freno y desquite del Gobierno contra los organismos que mantienen los pesos y contrapesos del país o el equilibrio de poderes para garantizar el cumplimiento de los deberes constitucionales.
El temor es que el recorte incluso sea mayor. El Director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, insiste en el riesgo ya que el déficit real que tiene el país no es de $20 billones sino de $31 billones en total. De ahí que la reflexión de los expertos es la necesidad de que el Gobierno haga un mayor control del gasto público y frene sus continuas promesas de ayudas, como quiera que la mala planificación de ingresos hizo que se terminara con un presupuesto de papel.
Es un riesgo
Para Juan Felipe Jaramillo Salazar, analista económico y exsecretario de Planeación de Caldas, esta es una decisión delicada para la inversión pública, más cuando se está a la espera de que los departamentos ejecuten presupuestos. "Congelar gastos es grave, justo en un momento en que las entidades territoriales terminaron sus planes de desarrollo y van a ejecutar". La razón es clara, entre más se aplacen, más se demorarán para contratar los proyectos que las comunidades esperan disfrutar.
Pero ¿por qué estos congelamientos?. Según Jaramillo Salazar, esto simplemente demuestra que los recaudos tributarios están caídos. "Qué hace un Gobierno, presupuesta unos ingresos, y con base en ellos distribuye los gastos de funcionamiento, el servicio de la deuda y la inversión. Sin embargo, en este caso lo que más se tocará son los recursos de inversión, por lo que muchas obras que tenían disponibilidades prespuestales ya no se podrán llevar a cabo". Ahí, dice, es donde el impacto en las regiones va a ser complejo, porque afectará todos los sectores. "Para nadie es un secreto que todos los proyectos de emprendimiento, de clúster (encadenamientos) y logísticos de transporte necesitan inversiones. Con eso se termina con un presupuesto de papel, ya que el ingreso y el gasto termina congelado", lamentó".
De papel
En el caso del campo la situación es más compleja, ante la necesidad de inversión para mantenimiento de vías, placas huella y demás planes productivos. "Hoy que el Gobierno mira cómo tapar los huecos fiscales, llama poderosamente la atención algunas obras como las que ha mencionado continuamente LA PATRIA de las Vías del Hermanamiento y todas estas vigencias futuras, pues aunque ahora tienen respaldo, esos dineros podrían ser tomados por el Gobierno Nacional".
De aplazamiento a recorte
De acuerdo con Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, el recorte que planteó el Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, era absolutamente necesario, pues este aplazamiento del gasto guarda la expectativa de que, eventualmente, con mejoras en el gasto se pueda revertir dicho aplazamiento. "Pero la verdad con el tamaño del hueco fiscal que se publicó el pasado 14 de junio, estamos hablando de una cifra de $31 billones de faltante en el recaudo que va a ser muy difícil revertir, así que lo que realmente es un aplazamiento, en la práctica se volverá un recorte", estimó.
Por ello, el director consideró necesario que se tocara a todos los sectores, ya que un recorte tan grande es imposible hacerlo solo en uno o dos no más. "Finalmente esto afectará a todos planes, programas y proyectos a lo largo de las diferentes entidades de la rama ejecutiva del orden nacional".
La inquietud
Otro aspecto que genera inquietud para Fedesarrollo es el faltante real del recorte, ya que como lo dijo el Ministerio de Hacienda ante esa necesidad de unos $31 billones en impuestos, eso obligará a un freno de la misma cantidad en el gasto primario, por lo que con base en el primer ajuste de $20 billones, quedarían pendientes $11 billones más. "Eventualmente podrían acomodarse dentro de lo que podría ser una subejecución del presupuesto, pero de todos modos hay que aclarar que es una cifra bastante alta y que posiblemente podría requerir una segunda ronda de recortes hacia mediados de este año. Esa es la especial preocupación que tenemos en este momento", insistió.
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