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Adriana Lizcano, directora de la Asociación de Fomento y Desarrollo Inmobiliario (Afydi).
Adriana Lizcano, directora de la Asociación de Fomento y Desarrollo Inmobiliario (Afydi), dialogó con LA PATRIA Radio sobre el impacto del sector inmobiliario en la economía de Colombia con una contribución del 8,5% al PIB nacional y sus repercusiones en las decisiones de vivienda propia o arrendada de los colombianos.
¿De qué se trata Afydi?
En la Asociación porque todo el sector se profesionalice, porque tengamos buenas prácticas, por unirnos y trabajar en equipo para dar el mejor servicio a los usuarios de las inmobiliarias que nosotros reunimos.
Nuestra asociación es nacional y busca dar soporte a las inmobiliarias de manera unida y transversal para todos. Entonces la idea es que nosotros podamos tener una plataforma digital que usen todas las inmobiliarias, cursos que le sirvan a ellas y poder estandarizar o dar un sello de calidad para que el servicio al cliente final sea el mejor y el más rápido.
Tenemos una bolsa de inmuebles compartida en la cual entra un inmueble de una inmobiliaria que lo capta y lo comercializan todas. Entonces se hace mucho más rápido, mucho más eficaz y lo mismo para los clientes que están buscando.
Tienen una bolsa de inmuebles compartida entre todas. Tenemos en este momento 18.500 inmuebles que sirven para hacer búsquedas para los clientes.
¿Cuál es la diferencia entre el sector construcción e inmobiliario? y ¿cómo se contrastan? Teniendo en cuenta que la cifras del sector construcción no han sido alentadoras, mientras que para las del sector inmobiliario sí.
La gente tiene que vivir en algún lugar, las inmobiliarias son las que proporcionan eso, ya sea un lugar nuevo de la mano con las constructoras o usado.
Hemos venido utilizando todo ese mobiliario que es usado para trasladarlo al arriendo o a la venta. Se han venido creciendo las transacciones de arriendos y ventas de usados. ocupando el lugar de lo que debería estar ofreciendo el sector con esta labor.
Todo se ha trasladado, lo que antes proporcionaba el sector constructor, ahora ya lo tenemos nosotros como sector inmobiliario, porque la gente obviamente en estos días tiene que tener dónde vivir.
Entonces venimos cubriendo con las ventas y arriendos de usados. Las tasas estuvieron muy altas, ya han venido bajando, pero reactivar el sector es complicado.
Entonces, eso ha beneficiado a nuestro sector, que ha movilizado muchas más unidades en arriendo que en venta.
¿Qué impacto tiene ese cambio?
Los hogares se han ido reorganizando, al igual que las familias. Lo que está pasando es que si alguien tenía planes de comprar vivienda tiene que comprar menos metros cuadrados y como los arriendos también han subido por la alta demanda, se va a menos espacio y sin las exigencias que tenía.
Eso claramente afecta al ciudadano que quiere adquirir un inmueble, ya sea en venta o en arriendo, porque si las tasas están muy altas y pensaba comprar un inmueble a sus 20, 25 años, ya le queda mucho más difícil, entonces se tiene que ir en arriendo y empieza a cambiar toda esa estructura de crecimiento y reorganización de las familias.
Hemos visto que a veces es más fácil reorganizarse en un núcleo familiar grande, incluidos padres, abuelos, hijos para que puedan pagar un lugar más amplio si se juntan todos. Se empiezan a ver ese tipo de fenómenos sociales que cambian un poco la dinámica familiar. Eso hemos notado.
Pero también hemos notado que buscan espacios pequeños porque ya hay más familias pequeñas de máximo un hijo.
Las construcciones nuevas que se están entregando son áreas de una sola alcoba y las que están ya construidas, muchas veces las convierten en apartamentos o en espacios más pequeños.
Pero en general, la gente se está acomodando en menos espacio para pagar menos.
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