Aguardiente Amarillo de Manzanares

Foto | Cortesía | LA PATRIA

Para este 2024 se esperan nuevas batallas y el resultado final de esta cruzada que se inició contra el Amarillo.

LA PATRIA | MANIZALES

Un producto estrella: el Aguardiente Amarillo de Manzanares; dos batallas legales y tres grandes licoreras se enfrentaron en el 2023. La Industria Licorera de Caldas (ILC), la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) y la empresa Licores de Cundinamarca.

Aunque las primeras decisiones favorecieron a la ILC, ahora se espera el resultado final de esta guerra jurídica que depende de la decisión de fondo que emita la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).

La esperanza de la ILC es que terminen pronto esta pelea legal para seguir adelante con la principal cruzada, llevar productos de la mejor calidad a las estanterías y seguir adelante con un producto que hizo resurgir el regionalismo local, ante la defensa de una marca y de una innovación que es propia de la destilería local.

La copia de la FLA

A través de una decisión de la Superintendencia se le ordenó a la FLA retirar del mercado su Aguardiente Real, idéntico al Amarillo de Manzanares, luego de las acciones que inició la ILC por lo que calificó como una copia de marca. Luego de esta acción, finalmente el 6 de diciembre se conoció la decisión de la Súper de decretar una medida cautelar contra la FLA. Le ordenó "abstenerse inmediatamente de promocionar y comercializar en el mercado colombiano el Aguardiente Real que reproduzca o se asemeje a la presentación utilizada en la actualidad" por la ILC. También debía modificar la presentación para que se aleje o diste del Amarillo, para proteger el derecho presuntamente vulnerado, valiéndose de su reputación y obteniendo un beneficio indebido al margen de la leal competencia. Aunque la FLA solicitó la cesación de la medida cautelar, argumentando que la SIC “equivocó su decisión por falta de información y mala interpretación de los hechos expuestos”, la SIC se ratificó en la decisión: la FLA debe retirar este licor del mercado.

El cierre de fronteras de Cundinamarca

Desde el 6 de junio la Gobernación de Cundinamarca prohibió en su región la comercialización del Amarillo de Manzanares, aunque el crecimiento era evidente y se pasó de vender unas 400 mil unidades en 2020 a un estimado este año de 7 millones de botellas. Ante ello, la ILC inició acciones legales contra Cundinamarca por limitar la libertad de consumo. Eso provocó la decisión de Cundinamarca de demandar a la ILC, esgrimiendo falsa publicidad, induciendo al error y engañando a los consumidores respecto del origen del Aguardiente Amarillo de 24° sin azúcar, su creador, composición y fórmula. Alegaron que el creador fue Juan de Dios Echeverry y no Camilo Jiménez y que si bien se dice que se creó en 1885, el licor fue lanzado al mercado en el 2019. También se quejaron de no tener las mismas características de elaboración. Pese a ello, la Súper negó las medidas cautelares solicitadas, al no encontrar en su etapa preliminar actos desleales. Dijo que ninguna de las publicaciones en redes sociales busca inducir al error. Defendió que el inevitable transcurso del tiempo conlleva a una evolución y ajuste de las exigencias del mercado. "No se puede pretender que la sociedad que existía hace 130 años y las regulaciones sanitarias y fitosanitarias, así como las de fabricación de productos, sean las mismas; entonces, para el despacho esto no parece corresponder a una actividad engañosa frente al consumidor”.

Otro round legal

  • El gerente de Mercadeo y Ventas de la ILC hasta el pasado 31 de diciembre, Mauricio Vélez Maldonado, reconoció que efectivamente hoy se está en medio de una guerra de acciones jurídicas, pero insistió en que la tarea y la guerra de la ILC se centra en llevar productos de la mejor calidad a las estanterías y al comercio en general. "Desafortunadamente algunas licoreras lo que hacen es buscar medidas cautelares y revocar permisos, que es otra forma de impedir que nuestros productos lleguen al consumidor". Por ello recalcó que defenderán todas sus marcas con las acciones y recursos necesarios. Con respecto a la historia del Amarillo de Manzanares, dijo que no es un referente de Wikipedia, sino una historia real que parte de la investigaciones documentadas y de historiadores. También resaltó que la misma SIC afirmó que se trata de un aguardiente pionero, solo que su fórmula se ha actualizado para ajustarse a los estándares actuales del mercado y, sobre todo, a las normas sanitarias actuales.
  • El presidente nacional del Sindicato de Bebidas Alcohólicas (Sintrabecólicas), Víctor Bustacara Velandia, sostuvo que, con este enfrentamiento entre las 3 licoreras más grandes del país, los que realmente pierden son los departamentos y los consumidores, y que quienes hacen su feria son los contrabandistas e importadores de licores. Consideró vital buscar puntos de acuerdo a través de las nuevas directivas de la Asociación Colombiana de Empresas Licoreras (Acil).

Las ventas

El 2022 la ILC vendió cerca de 3 millones de botellas Amarillo y el 2023 terminó con unos 7 millones de botellas, un crecimiento del 133%. Esto sin contar el mercado de Cundinamarca. En el 2023 la ILC terminó con el 70% del mercado de rones y 14% de participación en aguardientes. Las utilidades bordearon los $60 mil millones, similares a los $60 mil 700 millones del 2022, en medio de una contracción económica, alta inflación, desempleo, menor poder adquisitivo y precios altos. Las ventas bordearon los 36 millones 400 mil de botellas, contra 41,8 millones del año anterior, calificados de históricos.

Algo de historia

El Aguardiente Amarillo es considerado de las bebidas alcohólicas más icónicas en Colombia, por su color y sabor característico. La historia de este producto insignia de la Industria Licorera de Caldas se remonta a 1885, año en el que la empresa le compró la fórmula secreta a Camilo Jiménez, campesino de Manzanares, quien se dio a conocer por vender una bebida llamativa, la cual distribuía por las calles del lugar y en las poblaciones aledañas a través de barriles que eran transportados por una mula. La receta de este producto combina la caña gorobeta, el anís sembrado en el cerro Guadalupe y el agua pura del nacimiento del río Santo Domingo. Todo eso para darle un sabor fresco y aromático al que es considerado como ‘el pionero de los aguardientes’. Detrás del color amarillo también hay una explicación. Al producirse de forma artesanal, la bebida no alcanzaba un 100% de pureza a lo largo del proceso, y no quedaba transparente.