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Radicación de la reforma laboral en el Congreso.
LA PATRIA | MANIZALES
El pasado 20 de junio se archivó la reforma laboral del Gobierno nacional. El hecho se dio porque en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes no se completó el quórum requerido para comenzar el debate.
Aún así, el presidente, Gustavo Petro, advirtió que la volvería a presentar. De hecho, la ministra de Trabajo confirmó en medios de comunicación que en la próximas semanas lo hará nuevamente ante el Congreso. El viceministro de Relaciones Laborales e Inspección, Edwin Palma, también reveló que el proyecto esta puliéndose conforme a los compromisos internacionales adquiridos con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
1. ¿Considera pertinente que se vuelva a presentar la reforma laboral?
2. ¿Cuáles puntos de la reforma cree que hay que concertar para que el proyecto avance en el Congreso?
3. ¿Cree que la reforma impulsa o destruye puestos de trabajo? ¿Por qué?
Santiago Osorio, representante a la Cámara por Caldas del Partido Verde y Pacto Histórico
1. Desde un punto de vista técnico del mercado laboral, es pertinente volver a presentarla. Hay diversos retos, como los cambios tecnológicos, el envejecimiento de la población y la brecha de género en términos de ocupación. La informalidad también tiene un impacto significativo en la tasa de ocupación, lo que lleva a que veamos cifras como que solo el 52% de los ocupados están afiliados a una Administradora de Riesgos Laborales (ARL).
El primer borrador abordaba algunos de estos retos, al proponer la regulación de plataformas digitales, medida para reducir la brecha de género, fortalecer la estabilidad laboral y abordar la precarización. Retomar la reforma podría ser una manera de enfrentar estos desafíos y buscar soluciones para mejorar el mercado laboral. Sin embargo, para que tenga éxito es necesario avanzar en nueva coalición.
2. Hay que concertar medidas para enfrentar la informalidad, la regulación de las plataformas digitales y la modulación de los nuevos costos y recargos laborales frente a las Mipymes. Con relación a los informales es crucial que se amplíe el alcance de uno de los objetivos de la reforma y la inclusión en el mercado laboral de poblaciones históricamente excluidas, como los jornaleros, los jóvenes aprendices, las trabajadoras del servicio doméstico.
En las plataformas digitales hay que lograr una regulación que satisfaga las expectativas de todas las partes y no obstaculice el desarrollo económico que este sector aporta. En cuanto a los costos para las Mipymes es necesario que el Congreso realice debates sobre la modulación de la entrada en vigencia. Es importante precisar que los costos que se han publicado en medios de comunicación han sido calculados con variables sesgadas, como el incremento del salario mínimo, que fue producto de la mesa de concertación y la reducción de la jornada laboral, que fue una ley aprobada en el Gobierno anterior.
3. Hay desinformación sobre su impacto en la creación de empleo. Se debe aclarar que la reforma laboral no es una medida aislada dentro de las acciones del Gobierno. El Mincit presentó anteriormente la política de reindustrialización del país, cuyo objetivo es mejorar la industria nacional y, como consecuencia, generar nuevos puestos de trabajo.
Es relevante recordar que en el Plan Nacional de Desarrollo se incluyó la extensión de incentivos para fomentar la creación de empleos formales. Estos incentivos consisten en aportes estatales para cubrir costos laborales adicionales de contratar a jóvenes entre 18 y 28 años de edad.
La reforma también persigue la formalización de sectores que históricamente quedaron excluidos del trabajo formal, como los jornaleros y el servicio doméstico. La reforma requiere una amplia concertación para garantizar que sus efectos sean positivos. La bancada de gobierno está dispuesta a debatir y mejorar la propuesta en el trámite.
Jorge García, economista de la Cámara de Comercio de Manizales
1. Sí, la reforma es una deuda que se debe saldar tanto con los empresarios como con los trabajadores. Hay que comprender que el empleo es el mejor termómetro de la economía dado que es la herramienta más directa que tenemos para sacar a las personas de la pobreza, para abrir mercados externos y para consolidar una clase media capaz de satisfacer necesidades básicas, pero esta reforma debe ser pertinente, teniendo presente las dinámicas económicas y laborales actuales. Atacando el principal problema que tiene el país que se llama informalidad laboral y pensando en los diversos sectores y las dinámicas propias de los mismos. Con esto, creemos que la Reforma debe ser integral en la lógica de atender necesidades de los actores y, también, reconociendo la heterogeneidad de sectores, de la formación del capital humano y de las dinámicas de cada ciudad.
2. La pandemia nos mostró una nueva realidad del mercado de trabajo. Nos obligó a flexibilizar labores, horarios y personal. Por ende, uno de los puntos más importantes que se debe concertar en la reforma laboral es lo relacionado con que la mayoría de los contratos deben ser a término indefinido. Este artículo, lejos de promover o incentivar la generación de nuevo empleo, genera inamovilidad y desequilibrio, alejándonos del propósito de formalización. Es importante traer al debate la sentencia C-588 del 1995 proferida por la Corte Constitucional, que aclara que el principio de estabilidad en el empleo no se opone a la celebración de contratos con una duración definida. Al contrario, se reconoce que las relaciones no son perennes, puesto que el trabajador y la empresa tienen libertad de finalizarla. Es ahí donde los empresarios, en el ejercicio de la libertad, toman decisiones para ejercer su actividad económica de forma más eficiente. La reforma debe reconocer el nuevo panorama mundial del empleo.
3. En estos casos lo que debemos observar son los incentivos que se generan para la contratación. Lo que vemos de la reforma que se presentó es que canaliza más costos para las empresas y, por esa vía, es lógico que desestimule el mercado laboral. Como es natural, la reforma busca generar por decreto empleos con contrato laboral. Si bien es un propósito loable, es un mal incentivo, considerando que aumenta el costo laboral para las empresas, generando inflexibilidad, donde brilla la ausencia de incentivos para generar nuevos empleos, justo en un país permeado por la informalidad. Como he mencionado, la Reforma debe contemplar un mundo globalizado, la flexibilidad del teletrabajo y la reasignación de tareas.