Fotos | Cortesía Federacafé | LAPATRIA
Firma del Pacto en Bogotá. En la foto de izq. a der. el gerente de la Federación de Cafeteros, Roberto Vélez, Vallejo; el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo e Iván Romero-Martínez, presidente del Consejo Internacional del Café.
El viernes 7 de octubre se suscribió en Colombia el llamado Acuerdo Internacional del Café de Bogotá 2022.
El anuncio se hizo en nombre del país y de las cerca de 540 mil familias caficultoras, con la presencia de Iván Romero-Martínez, presidente del Consejo Internacional del Café, máxima autoridad del organismo; la directora de la Organización Internacional del Café (OIC), Vanusia Nogueira y el gerente de la Federación de Cafeteros, Roberto Vélez. También estuvo
Eugenio Vélez Uribe, dirigente por Caldas, como uno de los delegados del Comité Directivo de la 134 sesión, y el Ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, como testigo, del pacto. Todos celebraron, pero ¿qué es?.
Qué es el acuerdo
Según el acuerdo, el objetivo principal es fortalecer el sector cafetero mundial y promover su desarrollo sostenible en el aspecto económico, social y ambiental, en un entorno de mercado para el beneficio de todos los participantes de la cadena. De acuerdo con Iván Romero-Martínez, la meta es encontrar nuevas maneras para que las condiciones del sector cafetero mejoren en el mundo y proporcionarles a los cultivadores un mejor medio de vida.
También planteó que la meta es que, sin perder su carácter intergubernamental, los actores privados tengan un papel más activo en ese grupo operativo público-privado para trabajar en favor de la sostenibilidad de la industria, con los caficultores como primer eslabón.
¿Quiénes entrarían al pacto?
El sector privado, incluyendo comerciantes, tostadores, y fabricantes de café privados más grandes del mundo, junto con los caficultores y sus gobiernos. Así nace una junta de miembros afiliados bajo un nuevo marco institucional, en el que se integrarán socios no gubernamentales por primera vez desde 1963, cuando se creó la OIC, con el auspicio de la ONU.
Según la directora de la OIC, Vanusia Nogueira, aunque hay mucho por hacer de parte de los gobiernos, también se depende del sector privado y de las ONG, por lo que el acuerdo que se firmó en Bogotá, incluyó el compromiso de naciones como Colombia, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Perú y Togo y Venezuela. La meta es tener más del 70% de aprobación tanto de miembros exportadores e importadores, con el fin de lograr una calidad de vida más justa para los productores.
Beneficio para el caficultor
De acuerdo con la OIC este es parte de un trabajo que se adelanta desde hace unos tres años con el sector privado, con el fin de manejar aspectos como la crisis de precios en medio un mercado libre y lograr mejores márgenes de ganancias para al productor con un ingreso de prosperidad, que les permita que las nuevas generaciones de caficultores vivan mejor que las actuales. "El interés es que haya un nivel de renta más razonable para los cultivadores, sin tener ninguna vergüenza de su prosperidad. ¿Por qué el productor tiene que ser el pobrecito de la cadena?, esto no puede ser así, y todos, incluyendo los consumidores deben entender que hay que trabajar en mejorar su calidad de vida", destacó Nogueira.
Fuerza de los privados
Aunque Nogueira destacó que los privados no van a tener el mismo nivel de los gobiernos, y la OIC va a seguir siendo una organización intergubernamental, el objetivo es que hagan parte del acuerdo, tengan una junta propia y además propongan alternativas y cambios que podrán llevar ante los comités y consejos de gobiernos, con una participación activa. "Entonces sería la primera organización internacional para commodities (materias primas) que logra la aceptación del sector privado como miembro, figura que ya opera en otras organizaciones como en la del turismo y algunos otros órganos de la ONU".
Aprobación del Congreso
Con el acuerdo que se hizo en Bogotá ya quedó abierto el escenario para que firmen el resto de países productores y consumidores hasta abril del 2023. Sin embargo, el reto es tener todo listo hacia mediados de año, considerando que aunque la firma quedó suscrita en un tratado internacional, el pacto no es suficiente para las leyes que se adoptan en cada nación. Por eso, en el caso de Colombia tendría que pasar por el Congreso, en busca de tener una ratificación de dicho acuerdo. La meta es tener todo confirmado hacia mediados del 2023, de tal forma que se puede definir el presupuesto que va a ser aprobado en septiembre para el año cafetero que empieza en octubre y así comenzar a adoptar el nuevo acuerdo. Si no se logra en estos tiempos, mientras tanto se podría continuar trabajando con el sector privado, pero de una manera informal.
Apoyo mundial
Según la OIC ya existe el interés de naciones como Mozambique (país del sureste de África), además de Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Australia y Canadá, entre otras naciones.
Cambios en la votación
Según lo previsto, el acuerdo de Bogotá 2022 también redefinirá el sistema interno de cálculo de votos y las contribuciones de los países miembros para responder mejor a las transformaciones de la cadena mundial de café en los 30 últimos años.
Volver a la OIC
La directora de la OIC sostuvo que ya se trabaja en una estrategia para buscar que Estados Unidos, el mayor consumidor de café, reconsidere la decisión que tomó en el 2018 de retirarse de la OIC.
La cifra
25 millones, el número de familias productoras de café en el mundo
La brasileña Vanusia Nogueira es la primera mujer en liderar la OIC. La dirigente sucedió a su compatriota José Sette.