Foto I Cortesía Jaime Castañeda I LA PATRIA
Al colegio Francisco José de Caldas, en la vereda Betania de Risaralda (Caldas), volvieron ayer sus 104 alumnos. Las clases se reactivaron luego de las reparaciones, tras los daños por el vendaval del 26 de abril. A primera hora el vigilante Carlos Gil abrió las puertas. También siguen obras en la escuela de Gallinazo (Villamaría).
Juan José Tobón, Cristian Mauricio Buitrago, Sebastián Pulgarín y Erik Arango estaban cansados de recibir clases de manera virtual.
La felicidad les volvió al cuerpo y al alma cuando en la mañana de ayer el vigilante Carlos Mario Gil reabrió las puertas del colegio rural Francisco José de Caldas en Risaralda (Caldas).
El 26 de abril un vendaval arrasó parte de los techos del plantel. Además, afectó cultivos y casas en la hacienda La Pradera, de la vereda Betania, donde funciona la Institución Educativa.
Desde ese día quedó cerrada la sede principal y los alumnos pasaron a estudiar en casa por medio del computador o del celular, lo que recordó los tiempos de emergencia con la covid-19.
El rector, Ricardo Aparicio, anunció a principios de esta semana: "Una vez realizadas las intervenciones mínimas necesarias en los techos y la infraestructura que garantizan el regreso seguro de nuestros estudiantes a las aulas físicas, se convoca a inicio de actividades a partir del jueves 6 de junio".
Cierre y apertura
La Unidad Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres ordenó evacuar la sede, el mismo día del vendaval. Por eso, el "Peligro no pase", escrito en las cintas de fondo amarillo, acompañó la soledad del lugar durante 42 días. Ayer volvió la alegría, después de las obras de reparación.
Jesús Antonio Valencia, jefe de Planeacion de la Secretaría de Educación de Caldas, dijo que por disposición del gobernador y del secretario de Educación se inspeccionó de inmediato el lugar.
“Se tomaron unas medidas mediáticas con el acompañamiento del alcalde de Risaralda y su equipo. Allí la inversión Alcaldía-Gobernación es de $25 millones”.
Juan José Tobón, de la vereda Alto Bonito, arribó también a primera hora. "Estoy muy contento de estar otra vez en mi colegio con mis amigos y profesores", expresó. Cristian Mauricio Buitrago llegó de Las Margaritas. "Es lo mejor, retomar clases en las aulas", manifestó
El colegio atiende a 104 alumnos de los caseríos como El Palo, Calle Larga, Las Margaritas, La Trinidad, Guamito, La Esmeralda, Cambia y La India.
Lo que viene
El rector dijo que seguirán con las gestiones e intervenciones destinadas a tener las condiciones físicas y de seguridad con las que contaba la sede antes de que ocurriera el desastre natural.
Valencia, el de Planeación de la Secretaría de Educación departamental, afirmó que el avance de los trabajos está en cerca del 100%.
Por eso, el personal ya está de nuevo en el establecimiento. “Faltan unas obras menores, pero ya hay la posibilidad de que las condiciones que se tenían antes fueran mitigadas por la intervención de manera mediática”.
Ingrid Meneses, madre de Cristian Mauricio, complementó que el retorno de los niños y adolescentes a la enseñanza presencial es un respiro para los padres de familia.
"Los papás y las mamás no tenemos la capacidad ni las herramientas para que los niños entendieran temas, a pesar de que los profesores nos colaboraron mucho", agregó el ama de casa.
Eric Sebastián Arango, alumno que vive en la vereda El Palo, concluyó: “Estoy muy feliz de volver al colegio porque no es lo mismo estudiar virtual que en el colegio, ya que puedo resolver todas mis dudas con los docentes".
Avanzan en Gallinazo
El vendaval de la tarde del 14 de abril levantó techos y arrancó 22 árboles en la vereda Gallinazo, de Villamaría, en un límite con Manizales. Tejas de la escuela Nazario Restrepo volaron, por lo cual quedó al descubierto el salón que alberga transición, primero y segundo.
Los niños pasaron a recibir clases en un corredor. Cuando arrecían el frío y la lluvia se trasladan a un aula vecina, donde comparten con los 12 alumnos de tercero, cuarto y quinto. Comunidad, consultada por este diario el 9 de mayo, consideró que las autoridades se demoraron para comenzar las obras (arrancaron el 8 de mayo).
Camilo Ándica consideró que más allá de recuperar el techo y los cielos, es necesaria una inversión mayor. "Esta es una escuela muy antigua, puede tener 60, 70 años, y en realidad la Alcaldía la ha tenido muy olvidada".
¿Cómo van?
Jesús Antonio Valencia, jefe de Planeación de la Secretaría de Educación de Caldas, reportó:
- “Para la escuela en la vereda Gallinazo se invirtieron más de $120 millones. Esta inversión se dio por la Alcaldía de Villamaría y la Gobernación, toda vez que quedó un compromiso desde el Departamento para cofinanciar parte de las obras que se van a realizar en colegios de este municipio”.
- “Ya se lleva un porcentaje de avance entre el 65% y el 70%, gracias también a la intervención de la Alcaldía y la Administración departamental”.
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