Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA
Desde el aire se dimensiona la cercanía de la escuela de la vereda El Porvenir con la quebrada Las Mercedes. Son unos 50 metros de distancia. La comunidad habla de obras de contención del cauce, la Alcaldía propone reubicación.
LA PATRIA | Pueblo Nuevo (Pensilvania)
La quebrada Las Mercedes es un encanto de aguas transparentes, delineada por piedras pequeñas y gigantes, en su descenso hacia el río Samaná. Sin embargo, tiene otra cara, sobre todo en invierno, cuando se transforma en una fiera armada de piedras, palos y troncos. En su viaje desmadrado arrasa vías y puentes y amenaza viviendas. Suele dejar como víctima a un tesoro de la vereda: la escuela de El Porvenir, con 100 años cumplidos.
Diana María Martínez es una madre. Conoce de cerca la furia del cauce y el clamor de sus vecinos. De una noche del 2017, recuerda que la corriente bajó enfurecida. Ella y su familia salieron despavoridas porque era como el fin del mundo. Eso por un lado. Por el otro, ella coincide con otras mamás y líderes en que el centro educativo debe ser reabierto, pues los niños de primaria requieren que las aulas estén cerca de sus casas. En verano o en temporada de lluvias fuertes, la polémica está en el voz a voz, que termina por llegar con requerimientos a las autoridades sobre la escuela que pertenece al corregimiento de Pueblo Nuevo (Pensilvania).
¿Reabrir?, ¿construir una nueva en otra parte? o ¿que los niños sigan yendo al colegio en la zona urbana, como ocurre en la actualidad?
El lodo cuarteado, producto de las inundaciones, dibuja mapas en los salones de la escuela.
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Diana María indica que el promedio de alumnos para la escuela es de unos 10 por año, que llegan de esta vereda y de otras como La Popa y La Ceiba. “Desde hace como cinco años los mandan al colegio en transporte escolar, pero las mamás prefieren que la escuela les quede a la mano porque son niños muy pequeños, son de transición y primaria”, dice.
Gildardo Granada es el presidente de la Junta de Acción Comunal. Refuerza los argumentos de los padres. Lo primero que dice es que la escuela no debe desaparecer. “Que la estructura está en riesgo por la quebrada es solo un pretexto. La escuela está intacta, lo que pasa es que cuando se crece la quebrada le echa agua. La solución es que la Alcaldía construya unos gaviones para contener el cauce”, expone Granada, que también ha sido corregidor.
Un acercamiento en primer plano a la escuelita muestra que la manigua poco a poco la borra de unas partes del paisaje, que falta pintura y está en deterioro. En los salones el lodo cuarteado, producto de inundaciones, dibuja mapas en los cuales ya crece la maleza, al frente de un tablero verde donde desde hace años nadie escribe algo.
Sin embargo, la estructura de concreto, como tal, pareciera no estar sentida. Granada insiste en que se necesita una escuela, que sea el alma de la vereda El Porvenir, como ocurrió durante casi un siglo, pues también la considera como un patrimonio histórico y cultural por haber nacido antes de la creación del corregimiento de Pueblo Nuevo.
La maleza gana terreno con respecto a la sede educativa.
Por lotes
El vocero comunal continúa: “En una ocasión hablamos con el alcalde. Respondió que había que reubicarla. Vemos que no es posible porque ese lote es de la familia Escobar y la Alcaldía no tiene allí predios. Él nos agregó que entonces compraba un terreno para hacerla, si hace eso, pues ahí sí”.
El alcalde de Pensilvania es Jorge Orlando García, quien indica que la reapertura es una solicitud constante de los padres, pero que el río genera mucho riesgo. Añade: “El año pasado se logró con la Gobernación de Caldas hacer un trabajo para mitigar un poco el peligro, construir una especie de barrera. Sin embargo, es insuficiente frente a cómo se pone el río en muchas ocasiones. Estamos tratando de una reubicación”.
La vegetación toca las puertas del centro educativo.
Por ahora
En Caldas el fenómeno de cierre y abre escuelas se mantiene desde comienzos de los 2000 por cuenta de la baja en matrículas, atribuida a menos nacimientos y desplazamientos por condiciones económicas o el conflicto armado, zonas de terrenos inestables, entre otros.
El año pasado, la Secretaría de Educación departamental emitió 17 resoluciones de cierres, entre ellas 16 parciales y una definitiva, además de siete resoluciones de reapertura.
La secretaria de Educación de Caldas, Diana María Cardona, explica que las sedes con bajas matrículas presentan cierres temporales. “En el momento que aparezcan niños por atender se dan reaperturas, por eso se dejan temporales. Cuando ya han transcurrido varios años sin estudiantes se procede a cierres definitivos”, expone.
Un ejemplo es la escuela de Las Mercedes, vecina de la de El Porvenir. “La comunidad hizo la solicitud y entendemos que está a punto de ser reabierta, con cinco niños. Y a nosotros que tenemos siete u ocho no nos la abren”, manifiesta el líder comunal.
Por su parte, el mandatario de los pensilvanenses concluye para aterrizar la situación al presente: “Por ahora, que los estudiantes tengan la opción en Pueblo Nuevo con transporte desde el primer día, que siempre estén escolarizados. Lo anterior, mientras no la podamos tener en óptimas condiciones”.
El restaurante escolar, con vegetación a la mesa.