LA PATRIA I Manizales

Sergio Prudant Vilchez respira educación. Nació en Valparaíso (Chile) donde estudió primaria y secundaria en los tiempos de la dictadura. En 1973 tenía 10 años cuando se dio el golpe militar que derrocó al presidente socialista Salvador Allende.

"Era una enseñanza autoritaria y vertical, el centro era el docente", recuerda. En Santiago adelantó la universidad. Lo que llama una revolución en sus procesos educativos la empezó a experimentar con su maestría en pedagogía social en España, Estonia, Inglaterra y sobre todo en Finlandia, donde vive y forma a maestros.

Prudant Vilchez participó con la charla Visión Sistemática de la Educación, dictada en la capital caldense como parte de la maestría en Diseños de ambientes de aprendizaje innovadores, de la Universidad Autónoma de Manizales (UAM).

Diferencias

“Hay una diferencia entre la forma en que se entiende la educación entre el mundo latinoamericano y llamémosle Finlandia. Hay muchas instituciones, por ejemplo esta Universidad Autónoma de Manizales y otras América Latina que ya han cambiado su manera de ver la educación y el rol del profesor o de la profesora. Así es que es un poco asimétrico el desarrollo. No es que en Latinoamérica no haya cambios, pero falta mucho a mi juicio.

Lo que sabemos

¿Qué es lo que lo que está cambiando de lo que podemos ver y para dónde van las cosas no? es difícil predecir hacia dónde van las cosas. ¿Qué sabemos? Por ejemplo que la inteligencia artificial lo está revolucionando todo, que las tecnologías están poniendo a la gente en una situación difícil para controlar lo que el propio ser humano ha creado, que el sistema educacional en cierta medida ha envejecido y no ha sido capaz de adaptarse a esa rapidez del cambio tecnológico. Sabemos que tenemos una crisis ecológica global profunda y que tenemos desigualdades terribles. Todo eso, inevitablemente, tiene un efecto en la educación y exige de ella una respuesta.

Papel del docente

En el profesor recae una responsabilidad enorme. Hay algo inevitable, es que la formación de ellos tiene que ser cada vez más profunda, con más experticia. No se puede ser profesor tocando de oído, tiene que haber un profundo saber pedagógico. Un profundo compromiso ético y una gran comprensión de qué significa aprender. Yo, por ejemplo, en esta entrevista para LA PATRIA, ante una persona y un entorno que no conozco, estoy arpendiendo cosas nuevas, que me podré llevar y comparar con otras que me hagan. De eso aprendo cosas nuevas y tener la experiencia para otras.

Aprender

Es fundamental. Hay tres pilares para mi juicio que la educación tiene que seguir en el mundo actual. Ya mencioné lo ético, ya que la educación tiene que hacerse cargo de lo que significa la crisis global ecológica, no podemos hacer las cosas como las estábamos haciendo antes, mientras perdemos biodiversidad y le exigimos al planeta lo que no puede dar. Tampoco podemos olvidar el hecho de las desigualdades y que hay una parte de la población en el mundo que todavía no sabe leer ni escribir.

Creatividad

La creatividad, si nos ponemos más precisos las capacidades de innovación, es lo que puede tener un sujeto en cualquier actividad, está relacionada con la libertad, con la confianza y con la autonomía. No puedo pretender que haya innovación, si no confío en alguien, si no le doy la libertad suficiente y si esa persona no tiene la autonomía suficiente. De manera, que exigir innovación sin esas condiciones es un contrasentido.

Clave, autonomía docente

Los buenos resultados de Finlandia en educación en el fondo no son un secreto. Allí tenemos una buena formación de profesores. Por ejemplo, tienen que hacer una maestría para poder trabajar como profesores o profesoras, se preparan en la universidad, tienen un prestigio social muy alto, con condiciones económicas mucho mejores que las que hay en Latinoamérica y por supuesto tienen mucha autonomía. Hay muy poco control sobre ellos porque son los reyes en el aula, en el mejor sentido de la palabra. Tienen posibilidades de tomar decisiones porque se confía en ellos. Esos elementos son importantes en la capacidad que tiene el sistema de alcanzar buenos niveles de educación.

Otros puntos

En Finlandia hay otras cosas que también son importantes, tenemos buenas bibliotecas, que trabajan en conjunto con los colegios. Hay una buena televisión pública. Cuando uno habla de los sistemas educativos a veces olvida que no son una isla, que son parte de una sociedad. La televisión pública finlandesa es muy buena en sus contenidos, cumple un rol educativo.

Papel del estudiante

Cuando digo que el profesor es el rey en el aula, no lo digo en un sentido de autoridad porque ahí se puede interpretar mal. Lo que quiero decir es que la profesora o el profesor tiene libertad, confianza de la institución y autonomía para hacer cosas. Obviamente si hay un rey o una reina son los estudiantes, ellos son el centro del proceso. Se les tiene que entender, darles libertad para que exploren el mundo. No puede ser un sistema en el que la base está en la autoridad del que sabe y de alguien que no sabe que es como un vaso al que hay que llenar. La idea es ir a un proceso, en el que los profesores son constructores de espacios para aprender, diseñadores que facilitan el aprendizaje de los estudiantes.

Diseño

Estamos utilizando una metáfora. Por ejemplo, puedo decir que la sala de clases es como una selva, como una cárcel o como un batallón, pero también puedo pensar que puede ser como un espacio arquitectónico. Por lo tanto, el profesor es el arquitecto en ese espacio. Tiene que diseñar la arquitectura del aprendizaje, cuáles serían las mejores condiciones para que los niños, por ejemplo, aprendan matemáticas sin miedo, que sean vistas de la misma manera como se entienden idiomas, ciencias sociales o biología. La idea del diseño tiene que ver con la metáfora de la arquitectura, en la que hay alguien que piensa en cuáles son las mejores condiciones para que alguien habite un determinado lugar poniéndose empáticamente en la cabeza del que va a estar allí, no en la cabeza del que va a estar sentado.

Enseñar

Cuando empecé a trabajar en educación hace 40 años, pensaba mucho en enseñar. No usaba mucho la palabra aprender. Estaba muy centrado, en qué es lo que tiene que hacer el profesor y yo pensaba: un buen profesor es el que sabe mucho de algo. Con el paso del tiempo he ido cambiando mi manera de entender esto. Cuando pienso en enseñar, pienso en una moneda con sus dos caras. El que enseña tiene una responsabilidad diferente del que aprende. Tengo que hacerme cargo al final de un curso para decidir si el proceso de aprendizaje se dio. Es importante saber qué ocurrió con el estudiante, cuál es su retroalimentación.