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Todo profesional del marketing sabe que para crear un servicio o producto de éxito hay que asegurarse de que satisface las necesidades del público destinatario. Como los estudiantes son los consumidores directos de la educación, sus experiencias y puntos de vista son muy valiosos para identificar áreas de mejora. Mientras que los profesionales del marketing utilizan grupos de discusión para conocer mejor las necesidades de los clientes, el sistema educativo puede utilizar las opiniones de los estudiantes para crear un entorno de aprendizaje más atractivo y eficaz.
Los profesores que conocen las preferencias de los alumnos pueden adaptar su enfoque, lo que mejora la participación y la retención de conocimientos. Si los alumnos dicen: «No entiendo cómo escribir mi ensayo», los profesores pueden analizar su enfoque a la hora de explicar los requisitos de las tareas de redacción para que sus instrucciones sean más completas.
Cómo pueden beneficiarse los estudiantes
He aquí algunas formas en que los estudiantes pueden beneficiarse de participar activamente en la mejora del proceso educativo.
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Habilidades valiosas. A través de la participación en iniciativas de mejora, los estudiantes pueden aprender comunicación, defensa, resolución de problemas y liderazgo mientras proponen cambios, dan su opinión y trabajan con otros.
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Mayor apropiación. Cuando los alumnos tienen voz y voto en su educación, se sienten más dueños de su aprendizaje. Puede aumentar la motivación, mejorar el rendimiento académico y fomentar una actitud positiva hacia la escuela.
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Alumnos comprometidos. Cuando los estudiantes sienten que se les escucha, es más probable que se impliquen en su educación. Por consiguiente, esta participación les permite tomar las riendas de su aprendizaje.
Qué pueden hacer los estudiantes
Consideremos algunas formas en que los estudiantes pueden mejorar y actualizar el sistema educativo.
Hazte oír en clase
Se trata de un método sencillo para dar retroalimentación. Los alumnos pueden participar activamente en los debates, hacer preguntas reflexivas y aportar comentarios constructivos sobre los métodos de enseñanza. Esta comunicación bidireccional ayuda a los profesores a comprender lo que les interesa a los alumnos. Así pueden adaptar su enfoque a las necesidades específicas de los alumnos.
Sé sincero
Es fundamental que los estudiantes se tomen en serio las encuestas y los grupos de discusión. Proporcionar información sincera sobre su experiencia de aprendizaje, el contenido del curso y el entorno del aula conduce a cambios positivos en el proceso de estudio. Estos datos son valiosos para educadores y administradores, ya que no necesitan hacer conjeturas ni confiar en su comprensión del proceso de aprendizaje efectivo.
Abogar por el cambio
Supongamos que eres estudiante y ves un área susceptible de mejora, como el plan de estudios o las actividades extraescolares. No te quedes callado. Habla con los profesores, los directores o los representantes del consejo de alumnos. Incluso puedes escribir una propuesta de cambio bien razonada. Esperar que los educadores se den cuenta de todo por sí solos no es una estrategia eficaz. Asumir la responsabilidad y la iniciativa es algo que todo estudiante puede hacer.
Aceptar los diferentes estilos de aprendizaje
Todos aprendemos de forma diferente. A menudo, los alumnos se muestran contrarios a integrar nuevos enfoques y tecnologías en el proceso de aprendizaje. Estar abierto a probar nuevos métodos como el aprendizaje basado en proyectos o la integración de la tecnología es clave para mejorar todo el sistema educativo. Este comportamiento demuestra a los profesores que los alumnos son adaptables y están dispuestos a explorar diferentes vías para captar los conceptos.
Tutoría y tutoría entre iguales
Otra forma de hacer más eficaz el proceso de aprendizaje es que los alumnos se ayuden entre sí. Pueden ofrecerse como tutores de alumnos más jóvenes o como mentores de los que tienen dificultades en una asignatura concreta. Compartir sus conocimientos refuerza la comprensión de la materia y fomenta un entorno de aprendizaje propicio.
Utilizar la tecnología para aprender
Muchas aplicaciones educativas y recursos en línea pueden mejorar el aprendizaje. Los estudiantes pueden utilizar herramientas digitales para realizar investigaciones relacionadas con sus estudios o crear presentaciones. Esto demuestra iniciativa y aprovecha el poder de la tecnología para obtener beneficios académicos. Al fin y al cabo, ignorar los avances tecnológicos no ayudará a avanzar en el proceso de estudio.
Crear un club o una iniciativa
Los estudiantes pueden sentir pasión por muchos temas y disciplinas fuera de la escuela. Pueden plantearse crear un club o una iniciativa para explorarlos con compañeros de ideas afines. De este modo, pueden perseguir sus intereses y enriquecer la experiencia escolar de los demás. Quizá algunas de estas iniciativas acaben ocupando el lugar que les corresponde en el plan de estudios ordinario.
Aprendizaje basado en proyectos
Los estudiantes pueden conectar su aprendizaje con problemas del mundo real. Pueden colaborar como voluntarios con organizaciones comunitarias o proponer actividades de aprendizaje basadas en proyectos que aborden necesidades locales. Este enfoque fomenta la responsabilidad social y aplica los conocimientos del aula a situaciones prácticas. Saber utilizar los conocimientos teóricos fuera del aula siempre es beneficioso. Habrá menos frustración cuando los estudiantes se gradúen y empiecen a experimentar los retos del mundo real.
Participación del gobierno estudiantil
Formar parte de un gobierno estudiantil es una forma directa de expresar tu opinión sobre cuestiones como cambios en el plan de estudios, servicios de apoyo a los estudiantes y actividades extraescolares. Los estudiantes pueden aprovechar esta oportunidad para comunicar eficazmente los puntos más significativos a los educadores.
Celebrar los logros
Los alumnos pueden reconocer y celebrar los logros de sus compañeros y profesores que están teniendo un impacto positivo. Hacerlo crea una cultura de aprecio por el aprendizaje y motiva a los demás a contribuir a la mejora.
Participar activamente en el desarrollo del sistema educativo beneficia a los estudiantes de muchas maneras. Es una situación en la que todos salen ganando y que rara vez se da en el mundo real. Por eso, aprovechar cualquier oportunidad para mejorar el proceso de aprendizaje es siempre una buena idea.
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