Financiación, reforma estatutaria, contratación, además de obras para la sede Tumaco son las razones por las que todavía se sostiene el cese de actividades en la Universidad Nacional de Colombia. “El paro no se inició únicamente por la sesión a Rectoría”, menciona Juan Sebastián Aristizábal Henao, representante estudiantil de la sede Manizales. 

Así las cosas, los alumnos elaboran un conjunto de garantías académicas para el retorno a clase. Ellos esperan negociar tanto a nivel local como nacional. 

La representación nacional es el profesor Leopoldo Múnera, designado el 6 de junio pasado como el nuevo rector de la U. Nacional. Sin embargo, la dirección de la sede Manizales espera por un nombre. 

“Es muy probable que apenas los vicerrectores estén nombrados haya retorno académico”, apunta el docente Jorge Hernán Arbeláez. 

Asimismo Arbeláez expresa que “si bien la discusión sobre quién era el rector no es el único punto de las demandas de los estudiantes, sí es el más importante”. 

Por lo tanto, con la llegada de Leopoldo Múnera, “es cuestión de semanas, mientras se organizan las cosas, para que los estudiantes levanten los paros de las sedes”. 

Juan Sebastián Aristizábal Henao apunta que por el momento se tienen mesas de negociación para empezar a hablar con la administración sobre cómo proseguir.

Autonomía universitaria 

Múnera fue designado por el Consejo Superior Universitario (CSU) luego de que la elección de José Ismel Peña, el pasado 21 de mayo, causó descontento en la comunidad académica e impulsó el paro que cumple 11 semanas y media.

La anulación de la designación de Peña también genera indignación. Algunos docentes, ciudadanos y políticos lo definen como una violación a la autonomía universitaria. 

No obstante, Jorge Hernan recuerda que la decisión no la tomó el Gobierno, sino el Consejo Superior Universitario, como se ha hecho desde 1993 con igual número de representantes del Gobierno. “Esa decisión correspondió al deseo explícito (expresado en la consulta previa) de las mayorías de los estamentos”, afirma el docente.

Finalmente, asegura que la autonomía universitaria no solo puede ser vulnerada por entidades externas, particularmente el gobierno, sino también por la apropiación o la captura de grupos de poder internos. 

“La Universidad tiene una experiencia y una fortaleza interna de 150 años. Siempre está atenta, es fuerte. Tiene una unidad de cuerpo frente a cualquier intento de intromisión externa”, concluye Arbeláez. 

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