Ahora reprobar el año no es una sorpresa el niño, los padres y las instituciones educativas aunque no deja de ser uno de los temas que más preocupan a las familias por esta temporada.
Enterarse de que su hijo reprobó el año resulta angustiante, difícil de tramitar y, en algunos casos, frustra la relación como padres y las expectativas que tiene de su hijo.
Justo Andrés Mesa, coordinador de psicología del Gimnasio Moderno (Bogotá), indica las recomendaciones sobre qué hacer y qué no en caso de que su hijo sea uno de los que repetirá el año escolar:
¿Qué hacer?
1. Perder no siempre está mal
La primera clave es entender que el año no se perdió, en estricto sentido, lo que pasa es que el estudiante se va a retrasar con respecto a sus compañeros y si se hace este cambio en el lenguaje.
La idea es que comprendan que esta experiencia reforzará la resiliencia en los niños y en sus familias, que es la capacidad de recoger todo lo bueno de cualquier situación traumática y a su vez fortalecer la tolerancia a la frustración y a la crisis, que sin duda alguna será una herramienta para toda su vida.
2. Hablar con los niños
Tenga una conversación padre e hijo en la cual se indague sobre el proceso y las razones por las cuales no se alcanzaron los resultados esperados. Hablando con los niños y viendo el por qué no aprobó, se tiene la oportunidad de identificar qué aspecto pudo ser el debilitante: como la falta de disciplina, de autonomía para hacer las tareas. Después implemente estrategias como hábitos de estudio o diferentes métodos de enseñanza.
3. Hablar de manera prospectiva
La tercera recomendación es no quedarse en los reproches sino hablar de una manera prospectiva en la que definan como familia qué van a hacer, qué se puede implementar o qué se tiene que mejorar para que no vuelva a pasar eso. A veces en este punto se decide si lo mejor es cambiar de colegio ya que algunos estudiantes se dan cuenta de que no encajan en la institución en donde están.
¿Qué no hacer?
1. No haga comparaciones
No es recomendable que compare a sus hijos con el resto de sus familiares o compañeros. Estas acciones no construyen, lo único que hacen es sumir al estudiante en una situación de mayor tristeza, no solo por haber reprobado, sino también por decepcionar a sus padres.
2. No busque culpables
Ni el estudiante ni su familia pueden empezar a buscar culpables, muchas veces nos estancamos en que la culpa es del profesor, del colegio o de los amigos. Según el especialista, esto genera más heridas y ahonda en las frustraciones.
3. No exija con exceso
Si como padre exige desmedidamente como producto de la reprobación, esto no va a tener resultados positivos puesto que no se están generando oportunidades para mejorar sino todo lo contrario, momentos de imposición de autoridad, cuando lo importante es el diálogo y los mutuos acuerdos.