Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA
La meta para este año de la fundación Lola Montez es que al menos 10 de las señoras que trabajan en bares y cantinas se retiren y puedan vivir dignamente de la elaboración de estos productos.
LA PATRIA | Manizales
Sandra Milena Bedoya es la directora de la fundación Lola Montez, que nace del programa Camino de Vida, que beneficiaba y protegía a los niños de las trabajadoras sexuales de Chinchiná y que se suspendió por la pandemia de la covid-19.
Hoy día Lola Montez es una alternativa para las señoras que trabajan en los bares y cantinas del municipio, brindándoles una opción de trabajo digno para cambiar su forma de vida. Ellas se convierten en la materia prima de la transformación de su futuro. Hoy son 27 mujeres las que se capacitan y su comentario es que el dinero que obtienen en las cantinas no rinde, "es un dinero maldito", y el que se ganan en la fundación, aunque es poco, sí rinde.
Ellas trabajan bolsos y carteras en sus casas y transfieren el conocimiento a sus familias, que se involucran en la producción.
La fundación está siendo asesorada por Artesanías de Colombia y por las universidades Autónoma y de Manizales. Todos estos esfuerzos son con el fin de ir a la vanguardia de la moda y brindar un artículo que satisfaga el mercado. Estas artesanías han estado en Francia y en las mejores ferias de moda de Colombia.
La institución protege el medioambiente al usar el zuncho, un producto que proviene de las botellas de plástico que no van a las cuencas de los ríos. Estas son recicladas, molidas y se les añade color para luego convertirse en la materia prima de la fabricación de bolsos, carteras y muebles.
Hoy en día, Manisol le regala una lona con características del cuero, que sirve para hacer otro tipo de productos, entonces hace que ellas se puedan capacitar en tejido plano.
*Nombres cambiados por solicitud de las fuentes de información.
En Instagram: @artesaniaslolamontez
Johana* tiene 32 años y vive con sus dos hijos. Entró a la fundación Lola Montez hace dos años. Allí aprendió a tejer con zunchos bolsos y carteras. Hoy está capacitándose en diseño de las figuras que van en otro producto como mesas y sillas. "El trabajo que hago en la institución es bueno y con eso me ayudo económicamente", dice.
Sofía* tiene 36 años, vive con sus cuatro hijos y es la cabeza de su familia. Lleva en la fundación tres años. "Fuera de hacer bolsos y canastos he aprendido muchas otras cosas, como liderazgo, y estoy aprendiendo tejido plano. Hoy tengo muchas amistades. Doña Sandra ha sido una parte muy importante en mi vida y me ha apoyado mucho", comenta.
Sandra Milena Bedoya es egresada de Mercadeo Nacional e Internacional de la Universidad de Manizales y tiene una especialización en Psicología de familia. Es directora de la fundación Camino de Vida desde hace 20 años y cree en las segundas oportunidades, así como que es meritorio dárselas a otros.
El zuncho viene en rollos de mil metros y de variados colores. Este material es reciclado de las botellas desechables que no van a los ríos y dan nueva vida a otros objetos. El valor de un bolso es en promedio de $90 mil y un mueble puede costar $180 mil.
Luis Alberto Orozco Giraldo es el esposo de Sandra Milena y también trabaja en la fundación como ebanista e instructor de tejido. Aquí le explica a Johana* cómo se elabora el entramado de la figura decorativa.