Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA David Galván con la oreja cortada al toro Saqueador de 446 kg.
PREGONERO | LA PATRIA
Dos apuestas diferentes con resultado similar. Al final, David Galván y Juan Sebastián Hernández se llevaron una oreja por cabeza, arropados por un público que les dijo, antes que adiós, hasta pronto.
Pero ya en la historia misma de la tarde, hay tres capítulos que la encabezan. Dos de ellos escritos por David Galván, este torero gaditano que no sólo se come todo lo que le ponen en la mesa, sin preguntar de dónde proviene, sino que además siempre deja ganas de volverlo a ver, más allá del resultado.
Y eso volvió a pasar en esta primera corrida del abono. Que se engulló los dos de Dosgutiérrez que le tocaron en suerte como si fuesen un manjar. Eso, cuando evidentemente no eran nada apetitosos, como no lo fue el encierro en general. Y no solo se los devoró sino que también, y como si fuese poco, nos hizo disfrutar, para convertir por breves momentos el agua en vino. Sobre todo en ese segundo de la tarde donde hubo asomos de toreo caro digno quizás de otro tipo de enemigo. Aunque ahí está el mérito, ese de edificar en el desierto.
Si algo dejó huella Galván, de esas huellas que duran, fue en la lidia de mando y poder, sin perder las formas, del quinto, al que le cortó la oreja. Porque se plantó en la arena sin regalarse nada, incluso en terrenos minados. No resulta extraño entonces que la gente haya esperado ese tiempo largo para ver doblar al animal y cubrir enseguida los tendidos del manto blanco de la petición.
Digamos que David Galván vino ayer a Manizales para quedarse en primera fila de la sensibilidad de esta afición que premia y no olvida.
El otro capítulo fue el de Juan Sebastián Hernández en ese sexto que terminó sirviendo, en medio de la escasez casi absoluta de entrega. El aprovechamiento de la movilidad fue parte de la clave para que el de Sogamoso tuviera con quién dar esta batalla en la que su apuesta le valió la oreja. La misma que ahora cuelga en esas estadísticas suyas que enseñan enorme regularidad. Oreja justa para la voluntad y para la afortunada elección de los terrenos y a esa decisión de apurar a un toro que necesitaba que así lo hicieran. Y revancha si se quiere del otro, en el que le sonaron los tres avisos, cuando había hecho hasta lo imposible por tapar sus defectos.
El resto fue poco y nada. Los dos de Rubén Pinar no valieron. Peor el cuarto que sacó malas ideas al inane primero, del que nadie se acuerda.
Ficha del festejo
Primera corrida de abono 69 Feria de Manizales. Seis toros de Dosgutiérrez, desiguales de presentación y desrrazados. Con peligro excesivo el cuarto. Pitados casi todos en el arrastre, a excepción del segundo.
Rubén Pinar : Azul rey y oro. Pitos tras dos avisos y división tras aviso.
David Galván: Blanco y oro. Palmas y oreja tras aviso.
Juan Sebastián Hernández : Blanco y oro. Silencio tras tres avisos y oreja.
Detalles: Más de tres cuartos de entrada.