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Aunque Caldas creció en el 2022 al 6,1%, el reporte del DANE evidencia la dinámica que tuvo Risaralda con un incremento en 2,8 puntos porcentuales por encima de Caldas (8,9%). El Quindío superó a Caldas en 0,3 puntos porcentuales.
LA PATRIA | MANIZALES
La buena noticia es que Caldas volvió a crecer. Según el último reporte del DANE, el departamento tuvo un crecimiento en su Producto Interno Bruto (PIB) del 6,1%, según las proyecciones preliminares del Departamento Administrativo Nacional de Estadística al 2022.
La mala es que, pese a ese repunte, el Quindío, mucho más pequeño en población, ingresos y fuentes de exportación, creció por encima, a una tasa del 6,4%, y Risaralda, más grande aún, tuvo un crecimiento del 8,9%, convirtiéndose en la región líder en esta medición en el Eje Cafetero.
¿Qué pasó?
El análisis del DANE evidencia una serie de problemas y de alertas rojas en la región, teniendo en cuenta que este indicador no solo es efecto de una coyuntura especial o de una caída por efecto de la pandemia, sino que se convirtió en un problema constante o estructural, al punto que mientras el país ha venido creciendo a un índice promedio del 3,5% entre el 2005 y el 2022, Caldas lo viene haciendo a un ritmo del 2,5%, un punto por debajo del crecimiento nacional.
La situación es más compleja al revisar los comparativos regionales, pues en ese crecimiento medio de la economía, el DANE demostró que los vecinos lo están haciendo a un ritmo mayor y encontraron el secreto para un mejor dinamismo anual. Risaralda, por ejemplo, viene creciendo a una tasa anual del 2,9% y el Quindío, al 3,2% en ese lapso de 17 años.
Para analistas económicos consultados por LA PATRIA, el indicador es complejo, teniendo en cuenta que esto demuestra que la economía regional efectivamente se ha venido desacoplando del crecimiento nacional, perdiendo importancia en sectores que antes eran prósperos y por ende, se está generando menor bienestar para los habitantes de la región.
Desacople de la economía
El reporte del DANE evidencia, por ejemplo, que actividades de Caldas como la Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, vienen decreciendo (-3,57%), seguido por la Explotación de minas y canteras (-7,7%), contra sectores que fueron fuertes en su momento como la industria que esta vez creció, pero lo hizo por debajo del promedio departamental (4,4%).
Entre los que siguen creciendo, están la Construcción (16%), y el Comercio, reparación, transporte y alojamiento (10,3), pero no terminan de compensar el impacto negativo de los sectores que decrecieron.
Unido a ello, se tiene una economía más vulnerable, al perder participación en las exportaciones de sectores importantes y manteniendo la dependencia del café que representa cerca del 45% de los ingresos. "Es como si la economía se estuviera reprimarizando a nivel de exportaciones, y por eso es una situación que se tiene que revisar para volver a tener la dinámica industrial que por muchos años se logró", estimó Juan Felipe Jaramillo Salazar, exsecretario de Planeación de Caldas.
PIB en pesos
Si se traduce ese crecimiento en pesos, el informe del DANE da cuenta que a precios corrientes o a valores presentes, el promedio del PIB del Eje Cafetero fue de unos $59,7 billones. De ellos, Caldas, producto de su valor agregado reportó al año pasado una cifra cercana a los $24 billones, indicador nada despreciable, pues muestra de los mejores ingresos entre las regiones intermedias de Colombia por sus bienes y servicios producidos en un año. Esto, contra un PIB muy cercano de Risaralda de $23,8 billones y uno del Quindío de casi $12 billones.
Para Alejandro Barrera Escobar, economista y docente de la Universidad de Manizales, es vital advertir que a pesar de que Caldas aún representa el 40,1% de la economía regional, Risaralda con $23,8 billones y el 38,9% del PIB Eje Cafetero ya viene creciendo a mejores tasas, lo cual se explica por el desempeño particular de los sectores de generación de riqueza, con una menor contracción en algunos que son clave y una mayor expansión en la industria y por ende, mayor participación.
Valores constantes
Las dudas y críticas se aumentan, después de revisar ese PIB a precios constantes o incluyendo el costo de la inflación, con un valor base del 2015. Aquí las cosas cambian, y aunque el ingreso de Caldas sigue siendo positivo y logró un PIB de $15 billones 432 mil, el de Risaralda ya asciende a los $16 billones y el del Quindío de $7,8 billones.
Para los expertos esto demuestra que cuando se quita esa ilusión de los números, se evidencia que Risaralda viene ganando más peso, pues mientras en los años 80 Caldas era un 7% más grande que Risaralda, hoy equivale al 96% a pesos constantes. "Siempre ha existido esa competencia y en general creo que lo hacen todos los departamentos, pero resulta que más allá de esta, tenemos que mirar es en qué sectores debemos crecer y cómo impulsar la economía para que precisamente podamos producir mucho más bienestar entre los habitantes", estimó Jaramillo Salazar.
PIB por persona
En su informe, el DANE también hace una distribución de ese PIB o el valor agregado por habitante (PIB per cápita), como una forma de determinar cuánto le llegaría a cada persona de esa riqueza si se distribuyera igualitariamente. En este caso se evidencia que mientras en Caldas esa medición equivale a un valor agregado por persona que sería de $23,1 millones a pesos corrientes, en Risaralda cada persona recibiría $24,5 millones y en el Quindío de a $21,3 millones.
Con respecto a Colombia, lo que se distribuye en Caldas equivale al 82% del PIB per cápita del país, aunque en 1950 ese PIB por persona llegó a ser del 129% respecto al promedio nacional, según un estudio de Planeación Nacional sobre economía regional, realizado por Adolfo Meisel Roca en el 2008, bajo el nombre de "Albert O. Hirschman y los desequilibrios económicos regionales: de la economía a la política, pasando por la antropología y la historia".
A todo esto se suma que la pandemia golpeó duro la economía, y aunque las regiones se volvieron a recuperar, se aumentaron los niveles de pobreza y desempleo, generando un mayor fraccionamiento social. Sin embargo, en ese proceso, los reportes del DANE demuestran que los vecinos lo hicieron a un nivel mayor.
Las nuevas tareas
Entre algunas de las aproximaciones que hacen los expertos, es que muchas veces falta coordinación y diálogo entre las gobernaciones y sus municipios capitales, ya que si bien, muchas veces planea y diseñan proyectos para los 26 municipios, se les olvida que la capital es donde está el centro de los negocios, pues es casi la mitad del departamento.
Al 2021, el peso de Manizales en Caldas era del 46,2%, con un PIB de $8,4 billones a precios constantes. Aún así, no se trabaja de forma articulada y esto condujo a que en el PIB total de Caldas, Manizales también haya perdido participación.
El reporte al 2021 del DANE estimó que mientras el crecimiento de la capital caldense fue del 9,7%, el de Armenia fue del 10,1% y el de Pereira del 10,3%. "Entonces, si el gran hermano pierde importancia y no tenemos un municipio dinámico en empleo, algo se está haciendo de manera equivocada y por eso se tiene que pensar en dónde somos más productivos, dónde ganamos más eficiencia y cómo conectamos las economías municipales con la capital", estimó Jaramillo Salazar.
Piensan menos
Unido a ello, los consultados estiman que otras regiones como Risaralda y Quindío piensan menos y actúan más, motivo por el cual mientras en Caldas se sigue tratando de sacar adelante un nuevo aeropuerto, en Risaralda se mejoró el actual y ya cuentan con cable aéreo, mientras que en el Quindío hay mejores vías y la terminal aérea también es internacional.
Para Alejandro Barrera, esa mayor participación de Risaralda de la industria en el PIB, también envía un mensaje sobre la necesidad de acelerar acciones de productividad, sofisticación, innovación e internacionalización en la estructura empresarial del departamento caldense.
Además es importante que de cara a las nuevas elecciones, tanto alcaldes como el futuro gobernador tengan en cuenta esa agenda de competitividad y de importancia y desarrollo al sector empresarial, capital humano y productividad.
Perspectiva de los expertos
Juan Felipe Jaramillo Salazar, exsecretario de Planeación
He trabajado en los últimos meses en la necesidad de volver a la discusión del crecimiento económico de Caldas, porque creo que es un punto que hemos descuidado, ya que las acciones de política pública no se han dirigido a la generación de crecimiento y hay regiones que lo están haciendo mejor. El problema es que el crecimiento no se recupera en el corto plazo y hay que empezar a generar tasas mayores por varios años. Para ello, debemos priorizar en qué sectores debemos crecer, cómo impulsar e incentivar los empresarios, y en especial, cómo encadenar sectores (el secreto del desarrollo). No podemos dejar que la economía siga siendo vulnerable y que nuestras exportaciones en el siglo XXI se concentren en café verde. Hay muchas explicaciones a la pregunta de ¿qué nos pasó en estos 70 años?: dejamos de ser un paso obligado para la carga del país, se generó la pérdida de protagonismo del café, la desindustrialización se agravó iniciando el siglo XXI y no se ejecutaron proyectos importantes para la región, entre otros fenómenos relevantes. Pero, más allá de esos hechos históricos, no hemos dirigido acciones para equiparar y equilibrar esta situación. Por eso, no podemos descuidar las discusiones del Departamento en los próximos debates electorales, porque si una economía no crece lo suficiente y no distribuye, se aumentará la pobreza, la miseria, la informalidad, la inseguridad y muchos líos más que se empiezan a reflejar.
Luis Fernando Mejía Alzate, director de Fedesarrollo
Es evidente el menor crecimiento de Caldas el año pasado, puesto que mientras que Colombia lo hizo al 7,3%, el del departamento fue al 6,1%, debido al impacto en el menor crecimiento en industria, que es casi la mitad que el reporte nacional, mientras que en agricultura terminó con un descenso casi del doble que el nacional, afectado principalmente por el café. Sin embargo, de todos modos pienso que el crecimiento fue destacable, ya que no está muy por debajo. Soy optimista, considerando que Caldas sigue teniendo una base industrial interesante desde el punto regional y su participación nacional, lo que le puede dar cierta resiliencia ante lo que va a ser la desaceleración de la economía este año y que puede jugar a su favor para evitar que caiga tanto como el promedio nacional. Lo que sí es importante, es que la región siga avanzando en esa agenda de competitividad y eso tiene varias dimensiones, incluyendo todo lo que tiene que ver con infraestructura física, vías terciarias, repavimentación y obras civiles. Esto se suma a la infraestructura digital, teniendo en cuenta que Caldas tiene un capital humano más alto desde el punto de vista de educación que el promedio nacional, con una base importante de universidades e instituciones de educación superior. Además, se debería enfocar en poder ejecutar las obras de regalías, que pueden complementar esos planes locales para mejorar sus inversiones en el corto plazo.
Alejandro Barrera Escobar, economista y docente de la U. de Manizales
En el último año, Risaralda tuvo mejores variaciones que Caldas en los principales sectores de generación de riqueza, ya que logró una menor contracción en el sector agropecuario (-2,9% versus. -3,6%) y una mayor expansión en la industria (12,7% versus 4,4%), así como en comercio, transporte, hoteles y restaurantes (10,9% versus 10,3%) y sector público, educación y salud (1,8% versus 1,6%). En términos de participación, Risaralda muestra un mayor aumento en el periodo 2005-2022 en puntos porcentuales de representación de su sector de comercio, transporte, hoteles y restaurantes y sector público, educación y salud, comparado con Caldas, y la disminución de la industria (desindustrialización) ha sido menor en Risaralda (-2,3 pp versus -6,2pp). En este sector, es destacable que frente a 2005, actualmente Risaralda tiene mayor participación de la industria en el PIB, lo cual, es coherente con la diversificación reciente de su oferta exportable. En la óptica de las elecciones regionales, la nueva administración departamental y municipal de la capital, deberán poner atención en sus planes de gobierno y desarrollo para incentivar medidas de políticas de desarrollo y crecimiento empresarial, recordando el protagonismo del sector privado en el progreso económico y social del territorio. Acá, retomar la confianza en el trabajo institucional con empresas, gremios empresariales, academia y sindicatos tiene que ser una prioridad.
Lina María Álvarez Vélez, gerente Andi seccional Risaralda y Quindío
Estamos muy contentos con los resultados de los tres departamentos y con la participación del PIB industrial de Risaralda, debido a varios factores como el impulso del sector metalmecánico tanto en la diversificación como en la exportación de sus productos. Todo el material de transporte y de transformadores creció y ese impulso permite un mejor comportamiento local, con más mano de obra y procesos de encadenamiento. Adicionalmente Risaralda ha tenido una estrategia de atracción de inversión, lo que también ha fortalecido el crecimiento industrial y su canasta exportadora. El Quindío también ha hecho una tarea importante de atracción de inversión en el sector agroindustrial y de transporte que le ha permitido mejorar ese comportamiento industrial y exportador. Para nosotros lo importante es seguir teniendo empresas fortalecidas en todos los sectores, de manera que cuando se presente la caída de uno no se afecte todo el departamento, al no tener todos los huevos en una misma canasta. Creo que los tres departamentos han venido haciendo una tarea importante y aunque Caldas ha sido el líder y sigue teniendo esa representación empresarial en el sector industrial, lo positivo es que las otras dos regiones lo están alcanzando, pues en la medida en que los tres seamos fuertes será mucho mejor como región y como Eje Cafetero. Más que una competencia es buscar que los tres se fortalezcan y trabajen juntos entre el sector público y privado.
Los mejores
Para el 2022, el PIB nacional fue de $1.462 billones 522 mi millones, a precios corrientes. Los departamentos con mayor PIB fueron Bogotá D. C. y Antioquia. Por su parte, los departamentos con menor PIB fueron Guainía y Vaupés.
¿Qué es el PIB?
Es el valor total de los bienes y servicios finales producidos por el país durante un trimestre definido.