Foto | Cortesía | LA PATRIA
Esta es una imagen de Gildardo Aguirre Suárez, de 91 años, facilitada por sus familiares. La foto se tomó tras la amputación de su miembro inferior izquierdo.
LA PATRIA | Manizales
El tratamiento que le dieron a Gildardo Aguirre Suárez, de 91 años, en la Corporación Hogar Gerontogeriátrico Nuevo Despertar no fue el adecuado. Eso lo aseguró Jennifer Guzmán, nieta del adulto mayor. La mujer aseveró que los malos cuidados terminaron en que a su familiar le amputaran parte de su pierna izquierda.
Él estaba albergado en la entidad, con sede en el barrio Chipre de Manizales. Allí lo llevaron, según la denunciante, porque no sabían cómo lidiar con las secuelas de un Accidente Cerebrovascular (ACV) que sufrió su allegado hace 17 años.
"Hacemos la denuncia, como familia, porque lo ofrecido por ese hogar dista mucho de cómo lo trataron. Nos dijeron que tenían a disposición fisioterapeuta, nutricionista, médico y nada de eso era cierto. Cada vez las condiciones de él fueron empeorando. No lo cuidaron como debían", dijo Guzmán.
LA PATRIA conoció que, en la segunda semana de enero, Aguirre fue llevado a la Clínica Ospedale. A sus familiares les dijeron que el adulto mayor se había rascado tanto el dedo gordo del pie que terminó haciéndose una herida en la que se veía el hueso.
"Los médicos referenciaron que él tenía una fractura previa y que, por las úlceras de presión que ya eran muy grandes le había entrado una infección", mencionó Guzmán mientras hablaba de que a su abuelo le habían diagnosticado desnutrición.
En Manizales no pudieron hacer mucho por el paciente y, por su gravedad, lo remitieron a la Clínica San Rafael, de Pereira. Allá fue mutilado. Guzmán refiere que los médicos le dijeron a la familia que el cuadro del adulto mayor pudo haberse evitado.
Otros reproches
"Mi abuelo tuvo el brazo izquierdo con muchos morados. Se cayó de la cama y no nos informaron. Nos dimos cuenta porque otro abuelo de allá contó. Le informaron del accidente a la directora de Nuevo Despertar y, cuando quiso ir, ya otros residentes lo habían subido a la cama", subrayó Guzmán.
Ella calificó de nefasta la gestión del sitio para con los protegidos. Sostuvo que las visitas al lugar eran terribles, pues el olor a orina era tan fuerte que ni con dos tapabocas podía evitarse. Mencionó que en aseo eran "muy regulares".
"Dudo que las cuidadoras sean auxiliares de enfermería o que le hicieran a mi abuelo sus terapias. No tenía calidad de vida. La comida dejaba mucho que desear", agregó Guzmán, señalando que, tras el retiro del hogar, confirmaron que había 39 órdenes médicas de Gildardo vencidas, sin gestionar.
Respuesta
Jennifer Guzmán señaló a Sandra Liliana Muñoz como coordinadora de la Corporación Hogar Gerontogriátrico Nuevo Despertar. La directiva, que se mostró sorprendida, dijo que la atención no tuvo nada que ver con la amputación. Contestó sobre el caso del paciente:
- "El hogar asumió sus curaciones y le gestionó lo que requería ante la EPS (pañales, complemento nutricional y otras atenciones). Tenemos fotos de dichas curaciones. Le amputaron la pierna porque tenía secuelas de un ACV y muy mala circulación. Además sufría de constantes infecciones urinarias".
- "Tenía atención domiciliaria, con terapia física y fonoaudiología (eso por varias entidades). Cuando se acababan los contratos con las IPS, siempre se le gestionaba con la siguiente. Si pese a que se le hacen las curaciones a un paciente este empeora, ya no es culpa de la auxiliar o de la institución. Se le pagaba un servicio de atención médica de urgencia".
- "Son abuelos que, en su gran mayoría, son de cama y con discapacidad psiquiátrica. Por más aseo que se haga, que en eso se ha mejorado bastante, hay abuelos que se orinan en cualquier lado. Por ejemplo, detrás de las puertas. Ese deterioro cognitivo tan avanzado se sale de las manos".
- "Con algunos familiares de Gildardo siempre se tuvo mucho conflicto. No estuvieron de acuerdo con que estuviera allí, pero tampoco se hicieron cargo de él. La manutención se pagaba con su pensión, lo que completaban dos personas que aparecían como acudientes. ¿Dónde estaba el compromiso del resto de su entorno familiar?".
- "Tenemos personal graduado. Hay auxiliares de enfermería, este año hay una gerontóloga. Contamos con una trabajadora social, un psicólogo y educadores físicos voluntarios. No podemos tener muchos profesionales que quisiéramos por los costos. Aquí hay unos abuelos que pueden pagar, otros que son subsidiados. Los recursos son insuficientes para todo lo que requiere un adulto mayor. Que hayan voluntarios no quiere decir que se preste un mal servicio".