Los señalados.
LA PATRIA| MANIZALES
Continúan los diálogos entre el abogado de los tres jugadores del Once Caldas Guy Esteban García Jiménez, Devinson Fernando Mateus Luengas y Santiago Mera Orejuela, señalados de extorsión tentada y la defensa de la víctima. Se pretende llegar a un acuerdo para la indemnización integral de perjuicios.
Ya se reunieron, acudieron la semana pasada ante el juez de conocimiento que lleva el caso y le plantearon que sea un perito el que tase los perjuicios sufridos por la afectada, antes de seguir con la audiencia de acusación.
Se le pidió al juzgado conseguir un evaluador, que sería pagado por partes iguales por acusados y parte afectada, para garantizar imparcialidad en el dictamen.
Sin embargo, el juez programó otra audiencia para el 18 de diciembre y solicitó que cada uno lleve su dictamen pericial.
"Si veo que no se acopla o está muy por debajo de las expectativas se tomará otra decisión", expresó.
Según el abogado de los futbolistas, se pretende la terminación anticipada del proceso mediante una aceptación de cargos. Como se recordará, para ello deben primero garantizar la indemnización de la afectada y así establecer la pena a imponer.
A los deportistas los aprehendió el Gaula, en posible flagrancia, el 9 de abril pasado, sobre las 9:25 de la noche, en el sector de El Cable, cuando se aprestaban, al parecer, a recibir un dinero, producto de una supuesta extorsión a una mujer, para devolverle el celular IPhone 11 Pro Max que los jugadores se encontraron en una discoteca de la Estación Uribe. La víctima, según el ente acusador, valoró sus daños en $6 millones.
Del caso
-Según el relato del ente acusador, la afectada recibió una llamada, luego la devolvió y un hombre le respondió y le preguntó que cuánto iba a dar por el celular.
-Ella contestó que $100 mil, el sujeto le manifestó que era muy poco dinero. La mujer contrapropuso que $200 mil, pero otro sujeto, en la misma línea, contestó que en otro lugar les daban $500 mil si vendían el celular por partes.
-Luego se bajaron a $400 mil, porque esa plata era para repartirla con los que se lo encontró. Reiteró la idea de entonces venderlo como repuesto. La mujer acudió al Gaula.