El señalado
LA PATRIA| MANIZALES
El gesto que hizo Juan Camilo, de 36 años, al final de la audiencia de control de garantías, demostró que tomó como un triunfo la determinación del juez de dejarlo libre. El sujeto, natural de Bogotá, encogió sus dos puños y echó los brazos hacia atrás, para luego sonreír.
A él lo detuvieron en la carrera 30 con calle 30, del barrio Campoamor, por tentativa de hurto calificado y agravado. Al parecer, intentó robarle a una mujer, dentro de una tienda, pero se le fue el tiro por la culata, pues no logró su objetivo y terminó golpeado por los vecinos.
Todo ocurrió sobre las 3:00 de la tarde, cuando entró a la miscelánea, pidió durante su estadía 3 cervezas y dos cigarrillos. Cuando quedó a solas con la propietaria, sacó un cuchillo, la amenazó y le exigió entregarle el dinero de la caja registradora. "No se haga dañar", le expresó. La mujer pidió ayuda y el sujeto, asustado, corrió. Cuando llevaba una cuadra ya estaba rodeado por unas 15 personas que empezaron a golpearlo. La Policía acudió al lugar y tuvo que salvaguardar al presunto ladrón. De entre la multitud salió la ofendida y les explicó a los uniformados lo ocurrido. Aclaró que se salvó de que se le llevaran $900 mil que tenía dentro de la registradora. Al aprehendido le hallaron el arma blanca.
Pena
Ya en la audiencia el fiscal le habló de una pena de cinco años si aceptaba los cargos. No lo hizo. Luego solicitó medida de aseguramiento, negada por el juez, quien le aclaró al ente fiscal que la rebaja debería ser mayor y quedar en una posible condena de 3 años. Esto porque el procesado no tiene antecedentes y porque de lo que posiblemente se iba a apropiar era menor a un salario mínimo mensual.
El fiscal no quiso cambiar las condiciones, siguió con su solicitud de medida, pese a que el juez le advirtió que podría incurrir en un prevaricato por omisión. "No sé si sea por ignorancia o perversidad, ojalá sea por lo primero", anotó el juzgador. Finalmente ordenó la libertad de Juan Camilo, pues como la pena sería de 3 años, no amerita una medida de aseguramiento.
El hombre queda vinculado al proceso.