LA PATRIA | MANIZALES

Los hechos que rodean la quema de ocho trapiches en Riosucio y Supía en los últimos tres años (dos en marzo), siguen siendo una incógnita para las autoridades, pero tras un consejo de seguridad realizado el pasado viernes, el compromiso es la unión para hallar a los culpables.

Jorge William Ruiz, secretario de Gobierno de Caldas, sostuvo que en la reunión estuvieron presentes los representantes de las alcaldías de Supía y Riosucio, de la Policía y del resguardo indígena Cañamomo Lomaprieta, quienes esperarán que se adelanten las investigaciones para tener indicios más claros sobre estos incendios.

“También se pidió más colaboración a las autoridades del Resguardo que controla este espacio, porque ellos tienen una jurisdicción especial y una guardia indígena que está al cuidado de estos espacios”, indicó Ruiz.

Sobre los móviles de los ocho casos, añadió que existen indicios claros, pero en el consejo de seguridad departamental que se efectúa semanalmente, se dialogará con comandantes de Policía y con la dirección de la Fiscalía para profundizar en este aspecto.

Ruiz puntualizó que existen distintas líneas de investigación sobre las causas y reconoció que una situación tan repetitiva genera alarma, además de la grave afectación a una actividad agrícola importante para Cañamomo - Lomaprieta.

El jueves pasado, una conflagración acabó con el trapiche La Esperanza, ubicado en la vereda Cameguadua de Supía. La anterior ocurrió el 12 de marzo en la vereda San Juan, ambos ubicado en este Resguardo. Anteriormente se reportó la destrucción del complejo El Pedregal, también en Cameguadua, el 30 de mayo del 2022.