Brasil es el tercer destino de las exportaciones de Colombia, por eso la importancia de la decisión que tomarán hoy los brasileños que se ven abocados a acudir a las urnas "tapándose la nariz", para votar al candidato que menos les desagrada, en unas elecciones a la Presidencia marcadas por la abstención y las altísimas tasas de rechazo que lastran tanto a Luiz Inácio Lula de Silva como a Jair Bolsonaro.
El voto separó a Brasil en mitades, entre los habitantes del industrializado sur del país y los del empobrecido noreste, entre evangélicos y católicos y hasta entre ricos y pobres.
"Tenemos un país dividido y no solo dividido entre izquierda y derecha. Tenemos que analizar dónde esa división es más profunda para entender las razones. Si es en el plano religioso, eso implica costumbres; si es en el plano de las políticas públicas, implica una posición de defensa de más o menos intervención del Estado", explica el analista político José Luiz Niemeyer, del centro universitario Ibmec.
El expresidente Lula (2003-2010) obtuvo el 48,4% de los votos en la primera vuelta, y el líder de la ultraderecha brasileña, el 43,20%.
Ambos acapararon casi el 92% de los votos en una primera vuelta con once candidatos, en las elecciones más polarizadas de la historia de Brasil.
"Esa polarización es consecuencia de posiciones políticas totalmente distintas y del perfil de sus Gobiernos; con diferencias que terminan reflejándose en otros asuntos, como religión y clase social", dice el analista Marco Antonio Carvalho Teixeira, profesor de la Fundación Getúlio Vargas (FGV).
De acuerdo con Niemeyer, en la clásica dicotomía izquierda-derecha, Lula favorece más la reducción de las desigualdades y Bolsonaro, la libertad.
Eso se reflejó en sus Gobiernos, uno mas favorable a la intervención del Estado y otro más liberal, lo que provocó una división del país principalmente por regiones.
Los más ricos y evangélicos con Bolsonaro
Los últimos sondeos muestran que Bolsonaro es el preferido en la rica e industrializada región sur de Brasil, en la que tiene el 58% de la intención de voto contra 39% de Lula, así como en el polo agropecuario del centro y oeste país, en donde cuenta con el 54% y su rival, con el 39%.
Lula, en cambio, es casi unanimidad en el noreste, la región más pobre del país y en la que está el 27% del electorado, con el 67% del favoritismo contra el 29% del mandatario.
En la rica región sureste, la más poblada, por incluir los estados de Sao Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro y que cuenta con el 43% del electorado, Bolsonaro tiene el 50% y Lula el 43%.
De acuerdo con Teixeira, Lula defiende una posición de mayor intervención del Estado en las políticas públicas y eso creó una aversión hacia el progresista, especialmente entre los sectores empresariales y en especial, en la agropecuaria, que ve con recelo las políticas ambientales del expresidente.
Por religiones, los sondeos de intención de voto muestran que el ultraderechista es el preferido de los evangélicos (25% del electorado), entre los que tiene un 66% del favoritismo frente al 28% de Lula, mientras que el socialista lidera entre los católicos (50% del electorado), con el 58% frente al 37% del presidente.
"Eso se explica porque el Gobierno de Lula estuvo históricamente vinculado a los movimientos feminista y LGBT; creó el Ministerio de la Mujer y siempre vio el aborto como un asunto de salud pública, entre otros temas que afectan la visión religiosa", aclara Teixeira.
Igualmente hay una división entre ricos y pobres, ya que Lula lidera, con un 57% frente al 37% de Bolsonaro, entre los que reciben hasta 2 salarios mínimos, y el ultraderechista es favorito entre los que ganan más de 10 salarios mínimos, con un 55% frente al 41% del socialista.
"El corte por clases sociales también es nítido. Lula tiene el respaldo entre los que fueron los grandes beneficiarios de sus programas de distribución de subsidios a los pobres y de ampliación de acceso a universidad y vivienda. Bolsonaro intentó compensar con otros subsidios pero no tuvo éxito", según el analista de la FGV.
Los sondeos también muestran otras divisiones con Bolsonaro favorito entre los blancos (50% frente a 44% de Lula) y el progresista entre los negros (58% frente al 38%) y con el expresidente preferido entre las mujeres (51% frente al 42%).
La balanza comercial con Brasil
La relación comercial entre Colombia y Brasil se rige por el Acuerdo de Complementación Económica (ACE-72). El acuerdo comercial gracias al Mercosur representa para Colombia una oportunidad para acceder a un mercado potencial cercano a 200 millones de consumidores y cerca del 97% del universo arancelario libre de tributo. Durante el periodo enero-julio 2021, la balanza comercial fue deficitaria con Brasil en US$593 millones (la agrícola en USD -186 millones y la industrial en USD -407 millones). Las exportaciones fueron de US$1.073 millones (55% más que el mismo periodo del 2020) y las importaciones fueron de US$1.666 millones (42% más que el mismo periodo del 2020).
En lo corrido del 2021 hasta agosto, Colombia exportó a Brasil un total de bienes por US$1.214 millones para un aumento del 54,5%. Se ubica como el tercer destino de las exportaciones totales (bienes) de Colombia. De eso, US$718 millones que representan el 59%, correspondió a bienes no minero energéticos. Tuvieron un aumento del 50%. Entre los productos no mineros que exporta Colombia a Brasil se encuentran: policloruro, polipropileno, aceite de palma, poliestireno, carbonato, poliacetales y aceites de coco entre otros.