LA PATRIA | MANIZALES

Los ecuatorianos acuden hoy a las urnas para elegir presidente y legisladores en medio de una crisis de seguridad sin precedentes en la historia del país vecino. Experimentan lo que Colombia vivió hace cuatro décadas cuando caían asesinados desde políticos regionales hasta candiadatos a la Presidencia como Luis Carlos Galán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro.

La ola de violencia en Ecuador ya se cobró la vida de Fernando Villavicencio, candidato presidencial; Agustín Intriago, alcalde de Manta; Ryder Sánchez, aspirante a la Asamblea de Esmeraldas; Ómar Menéndez, candidato a la Alcaldía de Puerto López y la última víctima fue Pedro Briones, dirigente de Revolución Ciudadana en la provincia de Esmeraldas, ultimado el pasado martes.

Carlos Alberto Patiño Villa, doctor en Filosofía, profesor titular de la Universidad Nacional y analista político, explica que Ecuador entró en una dinámica de violencia política desconocida para el país como tal y que tiende a semejarse a la que se ha presentado en las últimas décadas, tanto en Colombia como en México e incluso en Perú.

"Parte de esta violencia política está enraizada fundamentalmente en los grupos de narcotráfico transnacionales que proceden tanto de Colombia como de México, Albania e incluso algunos procedentes de Brasil. En este caso, Ecuador se ha ido convirtiendo en una especie de punto central de operación de diversos grupos que obviamente exportan drogas ilícitas, pero que adicionalmente también operan a través de la extorsión y la movilización de mercancías a nivel internacional", aclara Patiño Villa.

Carolina Andrade, especialista en temas de seguridad, atribuye la situación a la ausencia de un Estado que ataque de manera frontal al auge del crimen. A su juicio, se ha permitido la aparición de una "gobernanza criminal", especialmente del sistema penitenciario, toda vez que las bandas delictivas tienen el control interno de las cárceles.

En este contexto, la violencia que se presenta en la coyuntura actual de Ecuador se ha convertido en el principal tema de la campaña política, pero también se ha vuelto la mayor preocupación de la opinión pública ecuatoriana.

"La actual ola de violencia política y social que está viviendo Ecuador, que es inédita, tiene mucha similitud con el periodo que vivió Colombia, tanto a finales de la década de 1980 y durante la de 1990, pero también se parece muchísimo a la violencia social y política que México ha venido experimentando desde la década de 1990", setencia el profesor Patiño Villa.

Todos contra el crimen

Los ocho candidatos presidenciales prometen una lucha frontal contra la inseguridad, desde aquellos que son apoyados por grupos de izquierdas, organizaciones indígenas, sindicatos, maestros y ecologistas como son Luisa González, del movimiento progresista Revolución Ciudadana, que lidera el expresidente Rafael Correa (2007-2017), y el izquierdista y ambientalista Yaku Pérez, de la coalición Claro hasta los otros aspirantes situados del centro a la derecha como son los empresarios Xavier Hervas (Reto) y Daniel Noboa (ADN), el exvicepresidente Otto Sonnenholzner (Actuemos), el experto en seguridad Jan Topic (País sin Miedo), el abogado independiente Bolívar Armijos (Amigo) y el periodista Christian Zurita (Construye), quien reemplazó al asesinado Villavicencio.

Andrade argumenta que son los ecuatorianos quienes deben definir con sabiduría quién de los ocho aspirantes tiene el liderazgo para lograr soluciones definitivas y encontrar la paz que anhela la población.

La experta sugiere que el próximo gobernante del país, que sustituirá a Guillermo Lasso este mismo año, tenga un liderazgo firme en la toma de decisiones, sobre todo dando prioridad al gasto en seguridad. Y es que el año pasado, de los 200 millones de dólares asignados a seguridad, sólo se ejecutó un 30%.

Una guerra de bandas

Según Human Rights Watch (HWR) la violencia desbordada de los últimos meses en Ecuador es consecuencia de la guerra entre dos bandas, Los Choneros y Los Lobos, "en alianza con narcotraficantes colombianos, mexicanos y albaneses" por el control territorial, lo que confirma el carácter trasnacional y la globalización de las mafias del narcotráfico.

El centro de pensamiento InSight Crime señaló que "la tasa de homicidios de Ecuador se disparó casi un 500% entre 2016 y 2022 -quizá el aumento más rápido en Suramérica-" y añadió que "gran parte de esta violencia está relacionada con el auge del comercio de cocaína y la conveniente ubicación de Ecuador como punto de partida de drogas hacia Europa".