Foto | EFE | LA PATRIA El humo se eleva tras un ataque aéreo israelí en el norte de la ciudad de Gaza, este jueves 12 de octubre del 2023. Alrededor de 1.400 palestinos han muerto y 6.000 han resultado heridos, según el Ministerio de Salud palestino, después de que Israel comenzara a bombardear el enclave palestino en respuesta a los ataques llevados a cabo por el movimiento islamista Hamás contra Israel desde la Franja de Gaza el 7 de octubre.
Ilya U. Topper
EFE | LA PATRIA | Jerusalén
¿Está Israel preparando una intervención terrestre a gran escala en Gaza? Es algo difícil de saber, porque una invasión significaría casi con certeza la muerte de los 130 rehenes en manos de la milicia islamista, pero solo con bombardeos aéreos es imposible acabar con Hamás, indicaron ayer analistas.
“Estoy feliz de no ser el primer ministro en estos momentos”, dice en conversación telefónica Eyal Pinko, politólogo de la Universidad Bar-Ilan. “Es un enorme dilema”.
“Sin una operación terrestre, el objetivo de destruir a Hamás no se puede cumplir. Porque hay una enorme infraestructura de Hamás bajo tierra. Pero luego están los rehenes; si hay una incursión, los ejecutarán, los masacrarán”, resume Pinko.
Tras el choque emocional que ha vivido Israel por la masacre cometido por Hamás el sábado pasado durante su asalto a unas 30 localidades en las cercanías de la Franja de Gaza, con un saldo provisional de 1300 muertos, la gran mayoría civiles, todos los políticos han prometido erradicar la milicia para siempre.
“Vamos a destruir completamente a Hamás, el ISIS (Estado Islámico) de Gaza. Se esfumarán de la Tierra, ya no existirán. Cada miembro de Hamás es hombre muerto”, prometió el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Eso es fácil decirlo, pero “hay un gran trecho entre este objetivo y las maneras de alcanzarlo”, observa Giora Eiland, general retirado con experiencia en las guerras de Líbano y exjefe del Consejo Nacional de Seguridad. “Es algo que en los últimos 17 años hemos evitado intentar”, comenta.
Una operación terrestre necesariamente sería larga y compleja y mantendría Israel enmarañado en el sur, lo que aumentaría el riesgo de un ataque desde el norte por parte de la milicia libanesa Hizbulá, que hasta ahora solo ha lanzado algún ataque menor, pero podría pasar a la ofensiva, si ve a Israel vulnerable, analiza.
Este riesgo es menor, opina el coronel retirado Eran Lerman, politólogo de la Universidad de Tel Aviv, ya que Hizbulá es demasiado importante para su gran aliado, Irán, como para sacrificarlo en una guerra contra Israel solo para salvar a Hamás, y además, los 300.000 reservistas que han acudido voluntariosamente a la primera llamada serían suficientes para ambos frentes.
“Las cosas no se pueden hacer con prisa. Pero deberá haber y habrá una operación terrestre. Prácticamente todo el espectro político, incluida la izquierda laborista, está de acuerdo en que se debe destruir a Hamás. Y eso no se puede hacer desde el aire”, esgrime Lerman.
El analista se muestra convencido de que “aparte la retórica contundente”, el Gobierno entiende la necesidad de acabar con la milicia islamista, algo que también esperan, asegura, los socios estratégicos de Israel en la región, especialmente Arabia Saudí, que no tiene interés en que Hamás salga fortalecido el conflicto.
También el académico Yehuda Weinraub, teniente coronel retirado, da por hecho que “tras unos fuertes bombardeos habrá una intervención terrestre”, porque “si la intención es eliminar a Hamás como fuerza de combate, no basta con una campaña aérea” y “todo el país está a favor de una operación para desmantelar Hamás por completo”.
“Es inconcebible que Hamás siga ahí, amenazando... Con los años ha acumulado un arsenal de decenas de miles de misiles que usan contra nosotros. Ya se les ha infligido un considerable daño, pero con la campaña aérea no basta. Al final habrá que entrar”, indica Weinraub.
¿Y qué ocurre con los rehenes? “El Ejército está totalmente decidido a sacarlos, pero no tengo ni idea de cómo se podría hacer. No tenemos nada de información sobre ellos. No sé si se puede hacer por la fuerza”, admite Weinraub.
Petro recibe críricas de EE.UU. e Israel
El portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, Lior Haiat, calificó ayer de “lamentables” y de “una falta de respeto” las declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien ha comparado la situación de la Franja de Gaza con el campo de concentración de Auschwitz en la Segunda Guerra Mundial.
“Son mensajes muy lamentables, demuestra más que nada una falta de conocimiento por no decir de ignorancia y una falta de respeto después de las atrocidades que hemos visto, las imágenes de ese ataque tan bárbaro que ni siquiera animales lo hacen”, dijo Haiat en una rueda de prensa virtual dirigida a medios de información en español.
La enviada especial de Estados Unidos para el Monitoreo y Combate del Antisemitismo, Deborah Lipstadt, condenó ayer también las palabras de Petro y le pidió que “condene a Hamás, una organización designada como terrorista, por su bárbaro asesinato de hombres, mujeres y niños israelíes”.
“Nos sorprendió ver al presidente colombiano, Gustavo Petro, comparando al gobierno israelí con el régimen genocida de Hitler”, apuntó la funcionaria del Departamento de Estado en un mensaje en la red social X (antes Twitter).