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Las tropas israelíes insisten en invadir Rafah
Sara Gómez Armas
EFE | LA PATRIA | Jerusalén
El ultimátum a Israel del presidente estadounidense, Joe Biden, que amenazó con dejar de suministrarle armamento ofensivo si invaden la ciudad gazatí de Rafah, ha aflorado las profundas divisiones políticas en el país y dentro del gobierno de Benjamín Netanyahu, quien ha respondido de forma indirecta.
En vez de replicar de forma directa, Netanyahu ha optado por publicar en su cuenta de X un fragmento de su discurso el pasado 5 de mayo, en la conmemoración en Israel del Día en Recuerdo del Holocausto, donde afirmó que Israel puede valerse por si mismo.
“Les digo a los líderes del mundo: ninguna presión, ninguna decisión de ningún foro internacional impedirá que Israel se defienda”. Si Israel se ve obligado a valerse solo, lo hará solo", ha sido la parte de su discurso que ayer publicó en un mensaje desafiante hacia la administración estadounidense de Biden.
En una entrevista con CNN, Biden detalló que si las tropas israelíes invaden Rafah, EE.UU. dejará de enviar armamento ofensivo como artillería y bombas para cazas, pero que continuará suministrando material defensivo para el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, en línea con su compromiso con la defensa de Israel.
"El fracaso de que esto se haya convertido en un desacuerdo público durante tiempos de guerra responde enteramente al Gobierno de Netanyahu", afirmó ayer el ex primer ministro y líder de la oposición en Israel, el centrista Yair Lapid.
Según Lapid, el mandatario estadounidense está molesto por las palabras de Netanyahu el domingo en el Museo del Holocausto, las mismas que tuiteó ayer.
El líder opositor recriminó al primer ministro haber dicho eso "un minuto después de que los estadounidenses nos dieran la semana pasada 14.000 millones de dólares", por lo que "los estadounidenses se sintieron ofendidos".
Más hostil con EE.UU. ha sido el ministro extremista y colono Itamar Ben Gvir, al frente de la cartera de Seguridad Nacional, quien escribió en su perfil de X "Hamás" y "Biden" junto al emoji de un corazón entre ambos, en reacción al anuncio de Biden.
El ministro de Finanzas israelí, el también colono y ultranacionalista Bezalel Smotrich, desoyó la amenaza de Biden e instó a "conquistar" Rafah inmediata y completamente.
Hasta ahora, Biden se había resistido a amenazar con la suspensión del envío de armas a Israel, su mayor baza para presionar a Netanyahu, con quien ha expresado públicamente su desacuerdo sobre la estrategia para Rafah, donde se hacinan 1,4 millones de palestinos que han huido de otras partes del enclave debido a la ofensiva israelí.
En otro gesto sin precedentes, Biden reconoció que armamento estadounidense había sido utilizado por Israel para matar a civiles en la Franja de Gaza, donde 34.900 personas ya han muerto desde que comenzó la guerra en octubre, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad gazatí de Hamás.
Según el diario israelí Yedioth Ahronoth, las amenazas de Biden son más que nada un gesto simbólico para "apaciguar a los votantes demócratas, particularmente a los progresistas, de cara a las elecciones presidenciales" de noviembre.
Frente a la hostilidad del ala dura del gobierno, el presidente israelí, Isaac Herzog, reiteró ayer que Biden es "un gran amigo" del país hebreo y que es responsabilidad de todos "evitar declaraciones y tuits sin fundamento, irresponsables e insultantes que perjudican la seguridad nacional y los intereses del Estado de Israel”.
EE.UU., el mayor apoyo de Israel
Estados Unidos es el principal proveedor de armas a Israel y uno de sus más firmes aliados en el mundo. Entre 2016 y 2023, un 69% de las armas importadas por Israel procedió del país norteamericano, según datos del Stockholm International Peace Research Institute..