Foto | Cortesía | LA PATRIA
La Fundación Sin Fronteras opera en Manizales y ayudan a los migrantes, refugiados y desplazados de Venezuela y del mundo. Su directora es Anahí Breisse (superior centro con camiseta negra y corazón azul)
Anahí Breisse Cerramos, directora y representante legal de la Fundación Sin Fronteras, habló con LA PATRIA Radio sobre las elecciones del 28 de julio en Venezuela. Esto dijo:
¿De qué se trata la Fundación Sin Fronteras?
La Fundación nace en el 2018, basado en una necesidad de la población que llegaba y no tenía atención y rutas para su convivencia en la ciudad.
Nosotros nos encargamos específicamente de generar esas rutas de atención en alianzas con las entidades locales, regionales e internacionales como ACNUR, todos los organismos internacionales que han hecho presencia también en el departamento.
Nuestra misión y visión es también crear actividades que promuevan primero el impacto social, la integración, sobre todo de las familias aquí y que si recogemos recursos van dirigidos evidentemente al apoyo hacia la ciudadanía.
¿Cómo analiza estas elecciones? ¿Hay confianza? ¿Cuál es la percepción que tiene la comunidad venezolana con las elecciones de este fin de semana?
Nos estamos enfrentando. como decimos coloquialmente, a un monstruo de mil cabezas.
No es fácil, porque estamos hablando de un proceso de más de 25 años. Y lamentablemente hay mucha tensión. Lo que nos han dicho es que hay mucha tensión y expectativa en Venezuela.
Los que estamos en el otro lado sabemos que las tenemos que ganar. Sin embargo, es un proceso que está ya más que viciado. Pero bueno, el pueblo de Venezuela ha tomado un poco de conciencia.
Creo que el proceso que ha hecho María Corina Machado junto con el doctor Edmundo ha sido un trabajo titánico.
Me duele mi país. Los que tuvimos que salir por circunstancias y necesidad, y los que se han quedado porque no han tenido opciones de salir de allá.
Yo no podría decir lo que debería suceder.
¿Va a votar?
Mucha gente me ha preguntado porque quiere votar, pero para votar primero tienes que hacer un cambio dentro de la página del Consejo Supremo Electoral y muchos no pudieron hacerlo, incluyéndome.
Para votar en Colombia no se nos facilitó centros de votación por ejemplo en los municipios donde vivimos y el que pudo hacer cambiado tendrían que ir a los consulados.
Estamos hablando de ir hasta Bogotá, Medellín y creo que Cali o Bucaramanga. Un venezolano que gana un salario mínimo o que gana menos de un salario mínimo para trasladarse a cualquier ciudad representa un gasto alto.
Para nosotros es difícil esta situación de no poder quizás alzar esa voz con los votos para determinar algo porque también nosotros necesitamos aportar nuestro granito de arena para tomar decisiones como ciudadanos venezolanos. Y lamentablemente muchos no podremos.
En caso de que se acabe el régimen de Nicolás Maduro, de que en las elecciones se vea un cambio en la presidencia ¿considerarían más adelante la posibilidad de volver y retornar al país?
El proceso de Venezuela no va a estar fácil.
Si hay una transición y un cambio, el proceso se tardará un tiempo. Hay unos que de repente se irán inmediatamente, en mi caso no va a ser así.
El proceso de transformación de Venezuela es un proceso que durará tiempo y tendría que venir mucha inversión extranjera. Yo soy neófita en la parte de economía, pero uno más o menos ve cómo han destruido al país.
También me preocupa el hecho de que en caso que la oposición gane las elecciones cuál será el proceso de entrega. No es fácil.
La comunidad venezolana de Manizales ha construido una vida aquí. Después de estos años por fuera ¿sienten que les afecta de alguna manera las elecciones?
En cuanto a la Fundación no. Nuestra visión es apoyar a las poblaciones migrantes del mundo y generar actividades y proyectos para las personas que ya tienen una estabilidad, un proceso ya donde han hecho una vida aquí y que quizás no piensan en el retorno por ahora.
Quizás más adelante, cuando la estructura en Venezuela, si Dios nos lo permite, se vaya cambiando y vaya permitiendo que los que nos fuimos poder hacer vida en Venezuela, pero tampoco es fácil emprender otra vez.
El proceso de resiliencia, en el caso mío, ha sido impresionante y de muchos de los que me han acompañado también.
Nuestro objetivo es aportar ahora, si las cosas mejoran, miraremos. Pero por lo pronto todavía hay mucho por hacer.
¿Considera fácil reconstruir o unir a la comunidad venezolana en caso de que la oposición ganara las elecciones?
Este proceso, por lo menos en mi caso, ha sido de mucho aprendizaje.
Para unos han sido procesos muy duros. No ha sido fácil dejar la patria, dejarlo todo, no ha sido fácil desprenderse de tu núcleo familiar, no ha sido fácil comenzar de nuevo.
¿Cuál es la invitación que hacemos? Yo creo que alzando nuestra voz también aportamos ese granito de arena. Y espiritualmente hablando, no podemos seguir con resentimientos y odios.
La idea es reconstruir a Venezuela de nuevo, que todo este aprendizaje nos permita crecer como seres humanos.
¿Cómo los ha tratado o recibido la ciudad de Manizales?
Manizales ha sido, como lo dice la palabra, la ciudad de las puertas abiertas.
Mucha gente se ha venido porque tienen amigos, familiares o sencillamente le hablaron de Manizales como una ciudad acogedora y que te permite estar, quizás, con un poquito de tranquilidad en comparación a las ciudades más grandes.
Sin embargo, de vez en cuando han habido focos de xenofobia. Yo siempre digo que la narrativa con la cual nosotros manejemos la información, y más cuando son personas que tienen cargos importantes, va a determinar mucho cómo se maneja esa relación de la población que está entrando.
Pero en general, yo creo que he sido bendecida, de verdad. No puedo decir que todo ha sido maravilloso, pero he tenido la resiliencia de salir adelante.
Y si Venezuela, Dios mediante, nos da una bendición en las elecciones, la idea es que nosotros también, como lo hicimos antes, recibamos también a mucha gente con brazos abiertos.
Siempre diré que Manizales ha sido maravillosa y hemos tenido la apertura de las entidades locales, regionales, internacionales. Quizás algunos venezolanos se salen de control, pero es algo que se nos escapa a nosotros de las manos, pero el resto, estamos agradecidos.
¿Qué lecciones le deja su experiencia?
Primero, jamás en mi vida pensé que iba a tener esta actividad social. Estoy desde el 2018 y nunca pensé que podría ser capaz de llevar a cabo este liderazgo.
Jamás pensé que podía hacer lo que hoy he hecho: ayudar a mis compatriotas.
Es más, lo puedo decir, he ayudado más a los venezolanos en el exterior que hasta a mi propia familia en Venezuela. Es una cosa incongruente, pero, me he abocado tanto a esta labor, para mí ha sido de crecimiento como persona.
Para mí ha sido un aprendizaje y crecimiento en todos los aspectos.
He podido ver lo que otros quizás no ven y es el dolor humano.
El dolor de las personas y hay que ver más allá del dolor que hay en las familias, hay que ver por qué está suscitando ese proceso.
¿Qué me queda? Conocimiento y aprendizaje, la satisfacción de crear ideas que impactaron la ciudad, y sé que he dejado el nombre de mi país en alto. Y sobre todo me ha dado esa resiliencia de poder avanzar.
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