Foto | EFE | LA PATRIA La iraní Nikoo Azad, una estudiante de psicología, realizó un protesta en Bangalore (India) por los recientes casos de envenenamiento en su país natal.
La Policía iraní aumentó este lunes la presencia de patrullas en los centros educativos femeninos para evitar nuevos envenenamientos de alumnas, lo que no ha evitado nuevos casos de estas misteriosas intoxicaciones con un supuesto gas.
“Hemos incrementado el número de patrullas fijas y móviles en los alrededores de los colegios y dormitorios para proteger a nuestros queridos estudiantes”, dijo el portavoz de la Policía, Montazer Mahdi, según recoge la agencia ISNA.
“Queremos asegurar a nuestros compatriotas, en especial a nuestras queridas hijas, que con la cooperación de las instituciones y la ayuda de dios pondremos fin a estos actos despreciables”, indicó Mahdi.
La oleada de envenenamientos con un supuesto gas en instituciones educativas femeninas comenzó en noviembre en la ciudad santa del chiísmo de Qom y se ha multiplicado en los últimos días, sin pistas de quién se encuentra tras estos ataques.
Más de mil alumnas han sido intoxicadas de forma leve en decenas de ciudades del país y han sufrido dolores de cabeza, palpitaciones, nauseas, mareos y en ocasiones la imposibilidad de mover las extremidades tras percibir un olor a naranja podrida y productos de limpieza.
A pesar del aumento de la presencia policial, las alumnas de un colegio de primaria fueron víctimas de un nuevo caso de envenenamiento en la ciudad occidental de Kuhdasht, y fueron trasladadas a un hospital, informó el diario reformista Shargh, que indicó que las jóvenes se encuentran bien.
En otro colegio de la ciudad de Lar, en el sur del país, se produjo otro incidente similar y algunas estudiantes permanecen bajo observación médica, según la agencia Fars.
Por su parte, el colectivo de activistas opositores 1500tasvir reportó en redes sociales docenas de nuevos casos a lo largo de la geografía del país persa y compartió imágenes de niñas en ambulancias, caos en los colegios y jóvenes que no se podían mantener de pie.
Crimen imperdonable
En medio de la oleada de casos y el descontento popular, el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, calificó hoy de "crimen imperdonable" estos ataques y afirmó que si se prueba que son deliberados los culpables deben “recibir el castigo máximo”, que en Irán es la pena de muerte.
El Ministerio de Interior y el Ministerio de Inteligencia investigan los ataques, pero hasta ahora no han informado de avances en las pesquisas.
Según los datos de Interior, se han producido ataques con gas en 52 colegios, un número indeterminado de alumnas resultaron intoxicadas y 28 han sido hospitalizadas, unas cifras muy lejos de las que proporcionan medios iraníes y grupos de activistas.
El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, ha culpado de los envenenamientos a "enemigos" del país, un término que se usa con frecuencia para referirse a Estados Unidos e Israel.
Lo ocurrido está alimentando el descontento popular, en especial entre los padres, ante la ineficacia de las autoridades a la hora de parar unos ataques que parecen destinados a paralizar la educación de las estudiantes.
En Irán no se ha puesto en duda la educación femenina en los 43 años de existencia de la República Islámica y algunos padres vinculan los envenenamientos con las protestas con marcado tono feminista de los últimos meses, que se habían calmado tras una fuerte represión estatal.
Las alumnas de colegios e institutos participaron en esas protestas, se quitaron los velos, gritaron "mujer, vida, libertad" e hicieron cortes de manga a retratos de Jameneí y el ayatolá Ruholá Jomeiní.
Producto de la ansiedad
Las autoridades de Irán atribuyeron hoy a la “ansiedad” la gran mayoría de los presuntos casos de envenenamiento con gas en centros educativos femeninos y culpó a “una sustancia irritante” de una pequeña parte de síntomas "reales" que mostraron "algunas" alumnas.
Irán sufre una oleada de supuestos envenenamientos en cientos de instituciones educativas femeninas de docenas de ciudades que comenzó hace tres meses, se ha multiplicado en los últimos días y ha afectado a miles de alumnas, muchas de las cuales han sido hospitalizadas.
“Menos del 10 % de los casos presentaban síntomas reales y la mayoría está relacionado con la ansiedad”, informó el viceministro de Sanidad iraní, Saeed Karimi, quien forma parte un equipo que investiga los envenenamientos.
“Algunas de las estudiantes fueron expuestas a una sustancia irritante que principalmente se inhala”, dijo el viceministro, que no explicó de qué producto se trata.
Esa sustancia sería la responsable de los síntomas de irritación de la garganta, tos, dificultades para respirar, debilidad, arritmias o la imposibilidad de mover las extremidades que han prsentado miles de alumnas en todo el del país, de acuerdo con el diario Shargh.
El resto de los casos se produjeron por una suerte de contagio psicológico y de ansiedad por lo que estaba sucediendo, según el viceministro.
“Estudiantes cercanos a los que estuvieron expuestos a la sustancia irritante se contagiaron de la ansiedad y la preocupación, y otros que no estaban en el colegio donde la sustancia irritó a las estudiantes, pero leyeron noticias sobre ello y sufrieron complicaciones causadas por efectos psicológicos”, manifestó.
Karimi afirmó que la gran mayoría de las niñas y jóvenes ingresadas fueron dadas de alta en menos de seis horas y solo quienes sufrían algún tipo de enfermedad como asma necesitaron más cuidados médicos.
Por su parte, el ministerio de Interior iraní indicó hoy que no han hallado sustancias “tóxicas o peligrosas” en los análisis realizados a las alumnas que fueron hospitalizadas y también atribuyó a la “ansiedad” más del 90 % de los casos.
Dicho departamento señaló que ha encontrado “estimulantes” en menos del 5 % de los casos que provocaron “malestar” y la aparición de “síntomas” leves en las niñas.
“Esto podría tratarse de un acto deliberado y criminal, que se está investigando por parte de las agencias de inteligencia y seguridad”, según el comunicado.