Las familias de los secuestrados y desaparecidos se han concentrado este martes, en el día en el que se cumple un mes del ataque de Hamas, frente al parlamento israelí en recuerdo de sus seres queridos y en protesta por la falta de acción del Gobierno.

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Las familias de los secuestrados y desaparecidos se han concentrado este martes, en el día en el que se cumple un mes del ataque de Hamas, frente al parlamento israelí en recuerdo de sus seres queridos y en protesta por la falta de acción del Gobierno.

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EFE | LA  PATRIA | Jerusalén

Con rezos, música o veladoras encendidas, Israel vivió ayer una jornada de luto al conmemorar el primer mes de guerra contra Hamás, que se originó tras un ataque del grupo islamista que ha dejado hasta el momento alrededor de 1.400 muertos, 5.400 heridos, y  239 rehenes del lado israelí.

A las 11:00  a.m., los israelíes guardaron un minuto de silencio en todos los rincones del país, un ritual similar al que se observa el Día de Conmemoración del Holocausto y el Día de los Soldados Caídos, solo que para esta ocasión no se hicieron sonar las sirenas antiaéreas, que desde que comenzó la guerra se activan diariamente en diferentes zonas de Israel para indicar el lanzamiento de cohetes desde Gaza.

En el Muro de las Lamentaciones de la Ciudad Vieja de Jerusalén, de los lugares más sagrados para el judaísmo, se llevó a cabo una oración masiva por el regreso de los rehenes, en la que se encendió una antorcha que a partir de hoy recorrerá varias capitales del mundo.

Además, las banderas israelíes fueron colocadas a media asta mientras los familiares de las víctimas cantaron el himno nacional para repudiar la masacre del 7 de octubre pasado.

A primera hora de aquel día, unos 3.000 milicianos de Hamás cruzaron la valla fronteriza de la Franja de Gaza e irrumpieron en las aldeas israelíes colindantes, donde masacraron a unas 1.400 personas, la mayoría civiles que se encontraban celebrando sabbat en sus casas o en un festival de música al aire libre que se llevaba a cabo en ese momento, y secuestraron a más de 240 personas, de las que 239 continúan en el enclave palestino.

Se trata del ataque más mortífero por parte de una milicia en Israel desde su fundación en 1948, que a su vez originó la ofensiva israelí más letal en la Franja de Gaza, donde los incesantes bombardeos y las incursiones terrestres han dejado al menos 10.328 palestinos muertos, 70% de los cuales son niños, mujeres y ancianos, así como casi 26.000 heridos, 1,5 millones de desplazados y 2.450 desaparecidos, entre ellos 1.350 niños que se encuentran bajo los escombros.

“Éxito extraordinario”

“Hace un mes, en una impactante masacre, Hamás nos atacó duramente. En ese terrible día, no cumplimos nuestra misión”, reconoció Yaron Finkelman, comandante en jefe del Comando Sur del Ejército de Israel, al anunciar que “por primera vez en décadas, las Fuerzas de Defensa israelíes están combatiendo en el corazón de Gaza”, principal urbe del enclave palestino.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo ayer que la ofensiva militar ha sido un “éxito extraordinario”.

“No pretendemos detenernos, pretendemos continuar hasta el final”, subrayó, en medio de una presión internacional para un cese el fuego humanitario en la Franja de Gaza, donde lo civiles viven entre el hacinamiento, el colapso de los hospitales y la escasez de agua potable, alimento, medicinas, electricidad y combustible.

Además, Netanyahu adelantó que el Ejército israelí se quedará en Gaza por tiempo indefinido, anuncio que ha sido rechazado hasta por EE.UU., su mayor aliado. 

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