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Los palestinos asisten a la oración Tarawih en el recinto de la Mezquita de al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén durante el primer día del mes sagrado de ayuno del Ramadán.
EFE | LA PATRIA | JERUSALÉN | GAZA
El inicio del Ramadán en plena guerra en la Franja de Gaza preocupa a la comunidad internacional, en medio de unas conversaciones estancadas para lograr el alto al fuego, y con el temor de que el mes sagrado para los musulmanes pueda derivar en episodios violentos.
La primera jornada del Ramadán, se desarrolló ayer sin graves incidentes en Jerusalén donde hasta 35.000 personas han acudido a la Explanada de las Mezquitas a rezar, pese a que el domingo por la tarde la policía israelí impidió la entrada de grupos de jóvenes musulmanes en el que es considerado el tercer lugar sagrado del Islam.
Son precisamente esas restricciones las que preocupan a las autoridades palestinas conocedoras de que en anteriores años la policía ha arremetido contra los musulmanes que acuden a rezar allí.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu garantizó la semana pasada el acceso libre a los fieles a la mezquita de Al Aqsa pese a las insistencias de algunos de los sectores más radicales de su gobierno de no permitirlo.
A la espera de retomar las negociaciones
El gabinete de guerra, encabezado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, se reunió la noche del domingo y acordaron, según filtraciones a medios hebreos, esperar a que tanto Egipto como Catar presionen a Hamás para que acepte su última propuesta: seis semanas de alto el fuego y la liberación de los rehenes priorizando a las mujeres, niños y enfermos.
El líder del buró político Hamás, Ismail Haniye, dijo el domingo que la milicia sigue abierta a seguir negociando un acuerdo de intercambio de rehenes a cambio de un alto al fuego con Israel, aunque ha rechazado la devolución de los secuestrados sin una garantía de que Israel no continuará con su ofensiva sobre la Franja de Gaza.
Un Ramadán en Gaza bajo bombas
El inicio del Ramadán en Gaza, sin embargo, se ha vivido con tristeza en otra jornada de ataques israelíes y escasez de alimentos y medicamentos. Los muertos por desnutrición ascendieron ayer a 27 tras confirmarse la muerte de dos bebés en el hospital Kamal Adwan en Beit Lahia, en el norte del enclave palestino, donde las necesidades humanitarias son más acuciantes.
La situación en el sur del enclave, donde hay millones de personas hacinadas, también sigue empeorando: "La ayuda alimentaria y médica que ingresa cubre sólo el 3% de nuestras necesidades" aseguró ayer Marwan Al-Hams, director del Hospital Abu Yousef Al-Najjar en Rafah.
El Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, elevó ayer la cifra total de muertos a 31.112, el 72% de ellos niños y mujeres, desde el inicio de la ofensiva israelí el 7 de octubre.
Además, hay otras 72.760 personas heridas y se estima que 8.000 cuerpos siguen bajo los escombros.
El Ejército israelí informó ayer que está tratando de verificar la muerte de Marwan Issa, "número dos" de las Brigadas al Qasam, el brazo armado de Hamás, y "número tres" del grupo dentro del enclave, en un ataque israelí en el centro de la Franja de Gaza la madrugada del domingo.
En la jerarquía de Hamás dentro de la Franja, Marwan Issa es el "número 3", ya que el líder es Yahya Sinwar, jefe del grupo islamista en el enclave, aunando la rama política y la militar; seguido de Mohamed Deif, comandante en jefe de las Brigadas al Qasam.
Israel considera a estos, con Sinwar a la cabeza, los cerebros de los ataques de Hamás el 7 de octubre en suelo israelí, que dejó 1.200 muertos y 253 rehenes, y que desencadenó la actual guerra.
Netanyahu insiste en "la victoria total"
"Estamos en camino a la victoria total. En el camino hacia esta victoria, ya eliminamos al número cuatro de Hamás. Tres, dos y uno están en camino. Son todos hombres muertos, llegaremos a todos ellos”, aseveró, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu ayer, ante los rumores de la muerte de Issa. El primer ministro insistió de nuevo en la "victoria total" como objetivo de la guerra en Gaza, que como ha dicho en numerosas ocasiones, incluye una ofensiva terrestre en Rafah, extremo sur del enclave fronterizo con Egipto, donde hay 1,4 millones de desplazados e Israel asegura que quedan cuatro batallones de Hamás.
Sobre la anunciada operación en Rafah, el presidente de EEUU, Joe Biden, se mantiene firme en su postura y reafirmó el domingo que "llegar a Rafah es una línea roja".