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Ira e indignación tras la incursión israelí en Yenín.
JOAN MAS AUTONELL
EFE | LA PATRIA | JERUSALÉN
Cisjordania ocupada vivió ayer uno de sus días más mortíferos en años después de que fuerzas israelíes mataran a nueve palestinos durante una redada en Yenín, lo que provocó más enfrentamientos y llevó a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) a suspender su cooperación en seguridad con Israel.
Tras calificar a la incursión israelí de "masacre", la ANP anunció que su "coordinación en seguridad con el gobierno de la ocupación ya no existe a partir de ahora".
El presidente palestino, Mahmud Abás, llamó a todas las fuerzas palestinas a una "reunión de emergencia" para "unir las filas para enfrentar la agresión israelí", mientras el Ejército de Israel se declaró en alerta.
Tropas del Ejército, agentes de inteligencia y policías israelíes irrumpieron por la mañana en el campo de refugiados de Yenín, foco de la resistencia armada palestina en Cisjordania ocupada, para realizar una operación de arrestos de un escuadrón de Yihad Islámica que derivó en violentos enfrentamientos.
La incursión se saldó con tres horas de combates e intercambio de fuego entre tropas israelíes y milicianos locales, que dejaron nueve muertos entre los residentes del densificado campo.
También hay 20 heridos, cuatro de ellos graves, según el Ministerio de Sanidad palestino, que denunció que "la mayoría de heridas que registraron ayer los hospitales desde el campo de Yenín fueron en la cabeza y el pecho, lo que significa que los disparos tenían la intención de matar".
Servicios sanitarios palestinos denunciaron también que las fuerzas israelíes impidieron el acceso de ambulancias para recoger a heridos durante los choques, así como el lanzamiento de gases lacrimógenos dentro del departamento de pediatría de un hospital.
Abás declaró tres días de luto nacional por los muertos y se convocó una huelga general. Comercios, centros educativos e instituciones en localidades de los territorios palestinos cerraron en señal de duelo.
Al mismo tiempo, estallaban enfrentamientos entre los palestinos y las fuerzas de Israel en varias latitudes de Cisjordania en protesta por los sucesos en Yenín, que se saldaron con un muerto y al menos siete heridos.
Desde Gaza
Los grupos islamistas Hamás y Yihad Islámica advirtieron desde Gaza con una acción de represalia rápida ante lo ocurrido en Yenín.
La mayor preocupación de Israel ahora es que las milicias del enclave costero lancen proyectiles contra su territorio como represalia, por lo que el Ejército israelí se ha puesto en alerta y reforzado sus defensas en torno a Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mantuvo una reunión de urgencia con su gabinete de seguridad y ordenó al Ejército prepararse para "cualquier escenario en los diversos frentes" con los palestinos.
Mediación
En tanto, Egipto, Catar y Naciones Unidas -habituales mediadores entre Israel y los grupos armados palestinos- se pusieron de nuevo manos a la obra para evitar que la actual escalada de violencia aumente aún más su dimensión.
Un líder de Yihad Islámica en Gaza reconoció que "Egipto y otros actores" buscan "restaurar la calma", pero alertó de que Israel "tiene toda la responsabilidad de lo que le sucederá". Hamás, a su vez, dijo que el Estado judío "pagará el precio por la masacre" de Yenín.
El nuevo Gobierno de Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel, está integrado por extremistas antiárabes como el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, o Bezalel Smotrich -con cartera propia en el Ministerio de Defensa para dictar políticas civiles en territorio ocupado-, quienes han abogado por aplicar medios represivos más contundentes contra los palestinos.
La ANP anunció que presentará denuncias sobre lo ocurrido ante el Consejo de Seguridad de la ONU y a la Corte Penal Internacional, donde ya presentaron querellas sobre crímenes de guerra y lesa humanidad bajo la ocupación israelí de los territorios palestinos.
Alarma internacional
La situación preocupa a la comunidad internacional, con peticiones a la calma tras lo ocurrido de la Liga Árabe, la Unión Europea o la ONU. El enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, se mostró "profundamente alarmado y entristecido por el continuo ciclo de violencia en Cisjordania" y expresó su compromiso "para aplacar tensiones, restaurar la calma y evitar más conflictos".