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El fotógrafo neerlandés Chas Gerretsen posa para una entrevista. Él cubrió el derrocamiento del presidente Salvador Allende (1970-1973) y la dictadura de Pinochet.
EFE | LA PATRIA | Santiago
Exprisioneros que sobrevivieron al encarcelamiento del Estadio Nacional, el mayor centro de detención y tortura que existió en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), volvieron a sentarse en los bancos de la gradería de la escotilla 8, donde hace 50 años vivieron los momentos más aterradores y siniestros de sus vidas.
Miguel Pizarro, de 71 años, pisó las históricas banquetas desde que el 1 de noviembre de 1973 fue trasladado a otro centro de detención, después de pasar un mes encerrado. Tenía 21 años y era militante comunista.
“Siempre evité volver porque hacia donde mire hay dolor: ahí llamaban a la gente para torturarla; ahí me encontré con unas niñas del Instituto Nacional de Estadística que habían sido violadas", recordó.
Sin saber que su marido también estaba en el recinto, Ruth Vuskovic ingresó al Estadio Nacional el 19 de septiembre de 1973, con 25 años y un bebé de 8 meses esperándola afuera.
“Llegaron a casa de una tía a buscar a mi padre, Pedro Vuskovic, que fue ministro de Economía de Salvador Allende y era uno de los 10 nombres más buscados por la dictadura, según el diario El Mercurio de entonces. No encontraron a mi padre y me llevaron a mí como rehén”, añadió.