El conflicto penitenciario
Señor director:

Es unánime la condena por el vil asesinato del coronel en retiro Élmer Fernández , director de la cárcel modelo, en Bogotá;  ahora todos esperamos que este acontecimiento sirva para corregir los males que abundan en el sistema carcelario. El asesinato del director de la cárcel modelo es un hecho que amerita acciones claras, efectivas y contundentes; además que sean inmediatas. Concretamente, con relación al asesinato del director de la modelo, es lamentable que por trámites administrativos él no tuviera asignado el esquema de seguridad que debía tener desde el mismo momento de su posesión en un cargo de alto riesgo como lo es la dirección de una cárcel.
La población colombiana sabe perfectamente que las cárceles no son centros de rehabilitación; allí por el contrario los delincuentes continúan operando, el conflicto por el hacinamiento es lamentable, la inmoralidad por parte de algunos guardias contribuye a que se presenten casos de extorsión y estafas, mediante llamadas con celulares. Solucionar el caos carcelario y actualizar el código penal, son medidas que se deben tomar inmediatamente.
Jorge Giraldo Acevedo 
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La Plaza de Mercado de Manizales
Señor director:

Deberían convertir la Plaza de Mercado de Manizales en un sitio turístico de la ciudad.
Diego Ramírez Lema

Tengo un sueño
Señor director:

Basta con frotar un poco nuestro barniz de civilización para que aparezca, con toda su fiereza, el protagonismo del hombre en actos de barbarie que tienen su origen en el fundamentalismo, el sectarismo, el racismo o la intolerancia. Tales episodios indeseables contradicen la naturaleza humana y atentan contra nuestros semejantes. Grandes líderes mundiales han sido acribillados por su discurso pacifista en la plaza pública, y por estar a favor de personas que por su humildad, pobreza e ignorancia son presa fácil de criminales sin escrúpulos. Es probable que estos sujetos carezcan de la empatía necesaria para comprender lo que podrían sentir si estuvieran en una situación semejante, o están enfermos de poder y egoísmo, manipulan la realidad y se consideran con derecho de esclavizar a otros, torturarlos, aniquilarlos y convertirlos en cualquier cosa.
El magnicidio de Jesucristo, cuyo legado dio origen al cristianismo y quien, con su palabra y obra, partió en dos la historia de la humanidad, es un ejemplo vívido. Durante su corta y humilde vida pública, Jesús propuso un estilo de vida centrado en el amor, la justicia y el perdón. En todas sus apariciones abogaba por la igualdad, la solidaridad, el respeto por la vida, la equidad, los derechos de las minorías y el arrepentimiento. Este mensaje alertó al gobierno dictatorial del Imperio romano, que sintió amenazado su poderío y, como una clara advertencia, lo sometió al escarnio público, a la tortura y a la muerte en la cruz.
En otros escenarios de la Tierra, en los que nuestro planeta se ha convertido en un mundo oscuro y hostil, las eternas guerras entre países -dos mundiales- no son la excepción. Ellas han sido gestadas y convocadas por terroristas con intereses expansionistas. Hoy, las desiguales contiendas entre Rusia y Ucrania, y entre Israel y Palestina, patrocinadas por salvajes de cuello blanco, arrasan sin discriminación a víctimas inocentes que quedan tendidas en las calles o bajo los escombros de los pueblos demolidos por un arsenal armamentista que aterroriza a los pueblos, manipulado por soldados que obedecen a ciegas las órdenes de los opresores.
Además de estos actos de barbarie y mezquindad arraigados en la condición humana, este milenio enfrenta un coctel tóxico de consumismo y tecnología digital que rompe los frágiles hilos del tejido social. La emergente e inédita generación llegó para quedarse, y no solo está secuestrada por la virtualidad y los dispositivos electrónicos, sino que se encuentra huérfana de padres vivos, inundada por las drogas y atrapada por los hermosos productos terminados de los centros comerciales, y que despiertan el apetito consumista de las personas. Este entorno manipulador, con un terreno abonado, está penetrando hasta las entrañas mismas de los niños y jóvenes con el propósito de acorralarlos y esclavizarlos. Por esta razón, hoy abandonan la escuela, carecen de ambiciones, llevan una vida sedentaria, se alimentan mal y, en no pocas ocasiones, acuden al suicidio para escapar de sus vidas sin sentido.
Ante estas transformaciones en nuestro mundo, y encendidas las alarmas con este extraño comportamiento del antes y el ahora, es esencial reconocer que la base de la sociedad está en la familia. El Vaticano, consciente de esta realidad, se animó para que este año la Semana Mayor se focalizara en enviar un mensaje de fortalecimiento al núcleo familiar y, de este modo, contribuir a evitar su desplome. No obstante, evitar la caída es responsabilidad de todos. ¡Ojalá nos comprometamos! Y este es mi sueño, parafraseando respetuosamente a Martin Luther King.
Orlando Salgado Ramírez, docente

Breves

Señor director: 

Cambios necesarios

Si no cambiamos, nada cambia. Dicen los que saben que los cambios empiezan por cada uno de nosotros. Queremos cambios, pero sin cambiar, queremos que haya renovación, pero que todo siga lo mismo. Tal es la alharaca con la tauromaquia, que para muchos es una pasión, quizás una tauromanìa de acuerdo con sus inclinaciones, afectos e intereses, pero… para la mayoría es una diversión bastante cruenta, violenta y consecuente con el dolor de los animales, que también lloran y sienten el maltrato de los humanos. Que la Feria pierde su encanto si se acaban las corridas de toros y, entonces, ¿qué decimos quienes también la disfrutamos sin asistir a esos espectáculos? ¿Dónde está la imaginación, la renovación y la creatividad de quienes renuevan y organizan? Hay muchos espectáculos más atractivos, agradables, divertidos, educativos y amables de los cuales podríamos disfrutar sin ese coctel de violencia en una ciudad que de verdad es la meca de la hidalguía y las buenas costumbres. Por algo los países que han practicado esta “salvaje diversión” han ido acabando con ella para dar paso a algo más civilizado y esté más acorde con despertar juventudes más refinadas que no sigan la tradición de mezclar violencia con la muerte. Hay muchos espectáculos que podrían llenar de jolgorio la Feria para fortalecer una cultura más amable y educativa. ¿Cuáles? Es tarea de los organizadores, pensar para mejorar.

Ah..., las dietas

La buena y nutritiva alimentación empieza con una buena educación y con dinero. Que hay que consumir: verduras, hortalizas, frutas, pescado, huevos, leche, y…, muchas cosas más. Cómo es de fácil hablar, “del dicho al hecho hay mucho trecho“. Una dieta balanceada es inalcanzable para la mayoría de las familias colombianas que no tienen ingresos y viven del rebusque. ¿Cuándo será que nuestros dirigentes se dan cuenta de cómo subsisten las clases populares en un país con tanta inequidad, injusticia, marginamiento, y todo lo demás que todos sabemos? Bien sabemos que la sociedad está constituida por clases y cada una tiene su propia identidad y sus propias costumbres. Sì, es cierto, todos tenemos derecho a alimentarnos bien, pero, “del dicho al hecho hay mucho trecho”.

Garrapatas humanas

Se ha dicho hasta la saciedad que no existen razones para que los funcionarios se aferren a sus puestos después de un largo tiempo de permanecer en ellos en forma vitalicia, sin pensar en dejarlos o al menos cambiar de instituciones. Todo basado o justificado en el “sentido de pertenencia”, sofisma que es fácilmente desvirtuado por razones de peso que explican la verdad y que son evidentes como: creer que son irremplazables, que quieren mucho la institución, que si se van éstas se acaban, que si han crecido ha sido por sus aportes, por razones de gratitud, por motivos sentimentales, por antigüedades y muchas otras que para ellos son completamente válidas. Era el caso del exrector designado para la Universidad Nacional, José Ismael Peña, que lleva 40 años y no entendía que ya era tiempo de irse y de terminar con el caos que generó el descontento con su presencia.

Elceario de J. Arias Aristizábal

Sobre dos gaiteros

Señor director:

Manuel Antonio García Caro, 94 años, último gaitero de San Jacinto, intérprete de “La hamaca grande”; autor, Adolfo Pacheco (ya fallecido). Omar Antonio Geles Suárez, 57 años, “Los caminos de la vida”. Ambos bolivarenses.

El camino de la muerte es un solo. Manuel Antonio García Caro, nacido un 20 de enero. Último juglar de los Gaiteros de Jacinto, Bolivar, grupo icónico del folclor caribeño en Colombia partió a sus 94 años. El mismo día; con pocas horas de diferencia ascendió Omar Antonio Geles Suárez, de 57 años. Mayo 21 2024. Dejan como folcloristas en diferentes modalidades la impronta de la poesía campesina local y universal a través de sus versos inolvidables, traducidos en parrandas eternas. Citar en esta nota sus éxitos es casi imposible. Dos generaciones brillantes, símbolos caribeños ejemplares e inolvidables cada uno en “El camino de la vida” y en “La hamaca grande” de Adolfo Pacheco (+) compositor e intérprete respectivamente. Ambos trascendieron con la luz de las estrellas.

Helena Manrique Romero

Una pérdida para la Chec, ¿una ganancia para la región?

Señor director:

Conocí al doctor Santiago Villegas Yepes, con quien tuve oportunidad de dialogar en una cita institucional que le solicité y me concedió con una prontitud no habitual en empresas a las cuales procuramos acercarnos desde el sector cultural. Recuerdo su especial amabilidad e interés genuino por el desarrollo cultural y social de la ciudad y la región. Me sorprendió su amable disposición a escuchar con atención ideas e inquietudes sobre diversos temas, más allá de los referentes al arte y la cultura, al punto de que una audiencia, inicialmente concedida para una duración de 20 minutos de acuerdo con su secretaria, se prolongó por cerca de dos horas. Cuando abandoné su despacho tuve clara la dimensión profesional y humana de un alto directivo empresarial que me resultó estimulante.

Comparto esta anécdota para destacar que si bien su salida de la Chec es un lamentable hecho (¿motivos políticos?) para la empresa y el Grupo EPM, no me cabe duda de que al doctor Villegas Yepes le esperan mejores y más altos destinos y que -ojalá- éstos se den contando con su permanencia en nuestra ciudad y región, ámbitos territoriales a cuyo desarrollo este excelente profesional y ser humano tiene mucho para aportar.

PD. Es plausible que nuestro gobernador, doctor Henry Gutiérrez Ángel, haya estado en desacuerdo con la decisión de marginar al doctor Santiago Villegas Yepes de la gerencia de la Chec.

Efraín Góngora GIraldo, gestor cultural.

Petro y el leviatán: la corrupción del centralismo

Señor director:

En el Antiguo Testamento, el Leviatán es descrito como una criatura colosal y poderosa que habita en las profundidades del océano. Este monstruo, que se asemeja a un enorme dragón marino, es tan formidable que su mera visión infunde temor. “De su boca salen hachones de fuego; centellas de fuego proceden. De sus narices sale humo, como de una olla o caldero que hierve. Su aliento enciende los carbones, y de su boca sale llama”. Job 41:19-22.

Thomas Hobbes se inspiró en esta poderosa criatura para su obra Leviatán, en la que argumenta que, en el estado de naturaleza, los seres humanos están destinados a luchar entre sí, creando un estado de anarquía total. Para poner fin a esta violencia es necesario establecer un pacto social en el cual todos los individuos cedan parte de su soberanía a una entidad con poder absoluto. Esa entidad, que tendría autoridad sobre los hombres, es lo que Hobbes compara con el gigantesco monstruo bíblico conocido como Leviatán. El Leviatán de Hobbes describe un estado omnipotente necesario para evitar la anarquía. Sin embargo, este poder absoluto, en el que no pueden funcionar los controles adecuados, lleva indefectiblemente a la corrupción, como se ve en el centralismo presidencialista, capaz de torcer la voluntad de los otros órganos del poder, que en teoría son independientes.

En la política colombiana, el leviatán no solo representa el poder estatal absoluto, sino también la centralización de ese poder. Gustavo Petro, al asumir la presidencia, pregonando banderas muy distintas de asumir el desafío de desmantelar al monstruo, lo ha alimentado de manera prolija y aunque su mandato promete cambio, equidad y cero corrupción, vemos con preocupación nacer una forma mutada y letal del mismo leviatán. El centralismo, con su concentración de poder en un núcleo central, está demostrado que alienta en gran manera el aumento de la corrupción. Esto se debe a que reduce la transparencia, la rendición de cuentas y el número de trámites innecesarios, creando así un ambiente en el cual las prácticas corruptas pueden florecer sin ser detectadas y más aún auspiciadas desde su más alto nivel de acuerdo a las veleidades del monstruo leviatán. La descentralización y mucho mejor la autonomía de las entidades territoriales distribuye el ejercicio del poder y permite un mayor escrutinio público, potencialmente reduciendo la corrupción.

La presidencia de Gustavo Petro se enfrenta al desafío de transformar el leviatán de la política colombiana, un símbolo del poder estatal absoluto y centralizado. A pesar de las promesas de cambio, algunos críticos sostienen que Petro encarna el mismo leviatán que prometió reformar. La corrupción, que ha plagado su Gobierno, es vista como una consecuencia directa de este centralismo. La Constitución de 1991 de Colombia establece un modelo de Estado unitario con autonomía política, administrativa y financiera para sus entidades territoriales. Esta autonomía es esencial para la gestión de sus intereses y se manifiesta en el derecho a gobernarse por autoridades propias, ejercer competencias propias, administrar recursos y participar en las rentas nacionales. La distribución del poder y la concesión de autonomía a las entidades territoriales son fundamentales para combatir la corrupción del centralismo. Al descentralizar el poder y distribuirlo, se promueve la transparencia y la rendición de cuentas, se reduce la posibilidad de prácticas corruptas y se fomenta una mayor participación ciudadana en la gestión pública.

La descentralización y la autonomía territorial, tal como lo ordena la Constitución Nacional, ofrecen un camino prometedor hacia la erradicación de la corrupción asociada al centralismo. Casi nadie cree ya que Petro en este empeño vaya a ser recordado por haber domado al leviatán, sino por haber sido devorado y convertido en parte de él.

Luis Rubiel Alzate Usma

La desigualdad al servicio de la desigualdad

Señor director: 

El motor de la actividad política entre los populistas del tercer mundo es la denuncia de la desigualdad. Pero detrás de ella se esconden desigualdades que muchos denunciantes usan con perversa habilidad para ponerlas al servicio de cuestionables motivaciones personales: ambiciones económicas y de poder; narcisismos, megalomanías o soberbias; sed de venganza, odios etc. Así lo prueban declaraciones públicas de muchos de los líderes de estos denunciantes. El mapa político mundial también lo ilustra con figuras como Maduro, Trump, Ortega, AMLO, Putin, Kim Jong-un y otros muy cercanos a nosotros.

La denuncia tercermundista de la desigualdad distingue dos bandos. Uno conformado por grandes propietarios y ejecutivos, acusado de valerse de los gobiernos para concentrar privilegios. Este bando es el más desnudado y atacado. El otro bando es el de los denunciantes que, amparados en la nobilísima causa de la justicia social, responsabilizan al primero de todos los males habidos y por haber.

Los adalides de la lucha por la igualdad social, en particular los del segundo bando, que dicen ser los únicos legítimos portadores de la bandera de la justicia, la verdad y la corrección, están obligados por sus propias pretensiones a ser transparentemente coherentes en todas sus acciones. No pueden usar irresponsable y engañosamente las desigualdades que a ellos les favorecen. ¿De qué hablamos? En una sociedad desigual, el acceso al conocimiento científico, a las humanidades y al arte es también desigual. Siendo así, los profesores universitarios y del bachillerato no deben aprovecharse de la desigualdad en que se encuentran sus estudiantes para inducirlos a profesar ideologías que les hacen creer en mundos que no podrán existir en las condiciones objetivas del mundo real. Debemos soñar, sí, pero mejor si lo hacemos fundamentados en una sólida formación académica.

Un o una docente está en el derecho de ser simpatizante o, si se quiere, apasionado/a seguidor/a (o víctima) de una ideología; pero la responsabilidad social y profesional de su ejercicio le exige estar en condiciones de permitir que sus alumnos puedan diferenciar cuándo enseña desde el saber y las exigencias propias de la ciencia, de las humanidades o del arte, y cuándo lo hace desde sus subjetivas y tal vez caprichosas e irracionales inclinaciones ideológicas. Obviamente, para poder hacerlo, él o ella tendrán que saber diferenciar esas formas de conocimiento y ser decididamente autocríticos/as.

Jorge O. López Villa.

Dr. César Montoya Ocampo

In Memóriam

Señor director: 

Indiscutiblemente la nostalgia sigue vigente cuando ya pasaron cinco años, ante la ausencia de las páginas de LA PATRIA y de Eje XXI del distinguido hombre de leyes y escritor, César Montoya Ocampo fallecido el 3 de mayo de 2019. Leer sus columnas dejaba tareas perentorias para cumplirle a la permanente ilustración y al estudio de circunstancias sucedidas en Colombia y en el orbe, con sus pensadores y políticos de distinción: su pluma era mágica y sabia. En su legado de hombre estudioso e intelectual puro hay dos principios para la vida, que los ciudadanos no deberíamos olvidar, extractados de una de sus columnas, señeras por demás por su lenguaje Greco-Caldense:

  • “Vivir es contender con un sino desconocido, estar en el vaivén de circunstancias imprevistas, bordear abismos y con arrojo acaballarse sobre las olas de un mar picado”.
  • “Todos los fracasos son transitorios y la diaria resurrección para buscar el sendero de la tierra prometida hacen de la vida una noble epopeya”.

De recordar por siempre la respuesta a una pregunta del periodista Evelio Giraldo Ospina, fallecido el 29 agosto del 2022: ¿Usted qué hace ahora? “Existo. Me autojubilé. Soy pobre pero nada me falta. Le aseguro que Luis Carlos Sarmiento no vive mejor que yo. No vivo pendiente de la bolsa, me importa un pito el valor del petróleo, no sufro por los veranos o los inviernos. Me volví un hombre elemental. Leo ocho horas diarias, escribo pendejadas, políticamente acompañaré a Ómar Yepes hasta la muerte. Y lo demás…, lo demás es la voluntad de Dios”.

Para mí es grato revivir la nota que le envié en el año 2018, cuando intensos y desubicados lo maltrataron feamente:

Realmente el ilustre Dr. César Montoya Ocampo es mayúsculo en su lenguaje. Superlativo como nadie. Con él se comprueba diáfanamente que “en el principio fue el verbo ...”. Es de esperar que los maestros de literatura, historia y filosofía compartan con su alumnado sus valiosas páginas. Las deben diseccionar.

Rogelio Vallejo Obando

 

Las  equivocaciones del presidente Petro

Señor director: 

La principal y primera equivocación  del presidente es no cumplir a cabalidad lo que ordena la Constitución Política de Colombia, tal y como juró, aceptó y prometió ejecutar el día de su posesión. Además continuamente rechaza y critica las decisiones de las cortes. Otra equivocación de Gustavo Petro es sobre la convocatoria de una constituyente, sin cumplir los pasos para este procedimiento, tal y como lo señala la Carta Magna. El mandatario tiene la obsesión del golpe blando y esa situación, en realidad, no existe. El verdadero golpe lo está gestando él con la cantidad de equívocos en sus decisiones. Otros errores garrafales son los numerosos hechos de inmoralidad administrativa, la cantidad excesiva de gastos suntuarios; el fracaso, hasta ahora, del proceso de paz con los diferentes grupos de la guerrilla. Sus planteamientos en general contribuyen a la estigmatización que tanto daño está haciendo en todo el país. También se equivoca en su proyecto de modificar la “regla fiscal” que procura asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, de tal forma que no se supere el límite de deuda. Se cierra esta serie de equivocaciones del presidente, Gustavo Petro, con la falta absoluta de experiencia y que su proyecto de un Gobierno de cambio no se ve por ninguna parte.

Jorge Giraldo Acevedo

La CREG y la ley de Servicios Públicos

Señor director: 

En días pasados, el Consejo de Estado le ordenó al presidente, Gustavo Petro, que nombrara en propiedad a los seis comisionados de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg). Este fallo, que ratificó la sentencia del Tribunal de Cundinamarca, había sido impugnado por el Dapre. Sin embargo, ahora quedó en firme y el Gobierno debe acatarla. De esta manera se espera ponerle fin a la interinidad, que ha sido perjudicial para la entidad y el sector.

Y es que no podemos olvidar que la CREG no sólo regula las tarifas, sino que también permite que el mercado sea competitivo. En caso contrario los servicios públicos tendrían oscilaciones de precio que los usuarios no podrían pagar. Infortunadamente, esa interinidad ha retrasado decisiones y acciones técnicas, que son  vitales en materia energética.

En efecto, la Procuraduría General también había advertido el impacto por la falta de nombramientos en propiedad, ya que esto evidenciaba una descoordinación institucional y ponía en riesgo la política pública energética. Incluso señaló que la CREG había sesionado menos veces, que en años anteriores. A esta voz se sumó la Anif. Este importante centro de estudios señaló que en los dos últimos años se habían reducido las resoluciones emitidas por la CREG. De 136 resoluciones, en 2021, se pasó a 70 en 2023.

Pero esto no es lo único que preocupa. Con la intención del Gobierno de radicar la Ley de Servicios Públicos es importante que haya claridad en materia regulatoria; porque ninguna reforma al régimen de los servicios públicos se puede hacer sin esta garantía.

En consecuencia, Andesco lanzó una alerta porque en dicha ley el presidente de la República pasaría a ser el directo regulador, lo cual perjudicaría la prestación de servicios públicos. Es decir, las decisiones técnicas de las comisiones se reemplazarían por prioridades políticas, lo cual generaría inseguridad jurídica y desestimularía la inversión.

La regulación requiere de técnicos que analicen los impactos en la cadena de valor; así como la formulación de los cambios tarifarios de acuerdo con el mercado y en condiciones controladas. Con esta claridad, los entes reguladores deben ser independientes a las presiones del Gobierno y a los intereses de la industria. La prioridad es que se pueda generar seguridad, confianza e inversión, en beneficio de los ciudadanos y el sistema productivo del país.

Ingrid Sogamoso Alfonso, representante a la Cámara por Boyacá

El primer explorador fue africano
Señor director: 

El ‘negro Estevanillo’ es el primer explorador del oeste de lo que ahora es EE.UU., antes que Francisco Vázquez de Coronado al que la historia acredita el hecho. Nace alrededor de 1500 y vive en Azemmour (Marruecos) de 1513 a 1514. Estevanillo fue vendido como esclavo en África al explorador español Andrés Dorantes de Carranza que lo lleva en la expedición de Pánfilo de Narváez, que naufraga en las costas de La Florida en 1528. De 300 hombres sobreviven Estevanillo, Dorantes de Carranza, Cabeza de Vaca y Alonso de Castillo.
Los cuatro luego son cautivos ocho años de los indios Pananarivo, costa del Golfo de México, y sobreviven gracias a los conocimientos médicos y magia curandera de Cabeza de Vaca. Siguen el curso del Río Grande y encuentran indios cazadores de bisontes con los que conviven. Oyen de la posible existencia de ciudades del oro más al norte. En el río Sinaloa se encuentran con unos españoles cazadores de esclavos que les señalan el camino a Culiacán… y ciudad de México a la que llegan en 1536 para impresionar con su inverosímil aventura.
Enterado de las posibles ciudades de oro, el virrey, Antonio de Mendoza, apronta una expedición de la que rehúsan ser guía los españoles que trajeron la noticia. Pero venden a Estevanillo al Virrey que lo utiliza como guía de la futura exploración y en 1539, Estevanillo guía al religioso y explorador, Fray Marcos de Nisa, en pos de las mentadas “ciudades de oro”. Salen el 7 de marzo de 1539 para adentrarse en territorio de lo que hoy es Arizona y Nuevo México.
A mediados de mayo se acercan a las Montañas Blancas de Arizona, cuando Marcos recibe el mensaje de que Estevanillo había sido ultimado por los indios Pueblo cerca de lo que hoy es Zuni, Nuevo México. Lo mataron por haber utilizado con piedras una vasija que a los indios curanderos servía de sonajera sagrada. Al enterarse, Fray Marcos regresa a México y, basado en lo de Estevanillo, dice al virrey que era muy probable que las mentadas ciudades de oro existiesen al norte de lo explorado.
El explorador Francisco Vázquez de Coronado emprende la gran expedición del norte un año más tarde que no produce oro, pero sí gran conocimiento de la geografía y la gente del suroeste de lo que ahora es EE.UU.
Pero es Estevanillo el que entró primero en esos territorios y habló de “ciudades de oro” que a él interesaba seguir buscando porque en la aventura de la búsqueda seguramente encontraba lo más precioso del ser humano: la libertad de acción, expresión, aventura y placer que la esclavitud le había negado en la civilización europeo-religiosa.
Jorge V. Ordenes-Lavadenz

No es una novedad, Mancuso nombrado por Petro como gestor de paz
Señor director: 

¿Cuál es la novedad de nombrar a una persona al margen de la ley cómo gestora de paz? Ninguna. En su momento, el ahora expresidente Álvaro Uribe Vélez lo hizo con los temibles: Rodrigo Granda Escobar, alias Ricardo Téllez, conocido como el canciller de las Farc-Ep, y con Elda Neys Mosquera García, alias Karina, la temible desertora de las Farc.
En este 2024 el presidente Gustavo Petro nombró a Salvatore Mancuso , exparamilitar -quien pagó 16 años de cárcel en Estados Unidos por narcotráfico-, también como gestor de paz. No hay diferencia alguna, quien sigue preso en la cárcel La Picota de Bogotá. Mancuso aún no ha pagado por sus crímenes como paramilitar en Colombia. La JEP (Justicia Especial para la Paz) tendrá la última palabra.
Helena Manrique Romero

El desorden público está en la agenda del día
Señor director: 

Cuando se ve a esa serie fatídica de desalmados destruyendo patrimonio público y privado, acabando con todo lo que encuentran a su paso, piensa uno que fuerzas muy oscuras están infiltrándose en las manifestaciones para provocar caos.
Se entiende que los que le están causando graves daños al sistema de transporte público: Transmilenio, son delincuentes terroristas. Se impone un serio y drástico plan de seguridad en Bogotá. El alcalde debe llenarse de valor cívico y democrático, para parar en seco a los bárbaros, que le hacen tanto daño al patrimonio público, afectando gravemente el bienestar de las familias.
Al observar esta marea terrorista me viene a la mente sentencia, del distinguido economista y líder cívico del Valle del Cauca, Alfredo Carvajal Sinisterra: “Acordémonos que el mayor problema no es la gente que alberga el mal en su corazón, sino la gente que por miedo, falta de carácter, o por pura ingenuidad, deja que ellos triunfen”.
Los estados tienen que ser pragmáticos en la neutralización de los diferentes tipos de violencia, porque en el fondo todas hacen invivibles las repúblicas, a las que hay que defender sus democracias. A los exaltados violentos hay que aplicarles la ley, porque la Constitución tiene que ser respetada. El artículo 95 constitucional no puede seguir estando de bonito. Hay que hacerlo cumplir a rajatabla.
“La violencia no puede ser el mecanismo de resolución de los problemas y tensiones sociales. Y lo que es más importante, no podemos dejar que la violencia rompa los lazos de confianza y tejido social. Esto sería un daño sociológico de mucho calado, que nos puede llevar a abismos muy complicados y aún a situaciones de muy difícil retorno. Por ello, hay que ser muy claros sobre el rechazo de la violencia, y no caer en el timo de cabalgar en sus trampas mortales.
Muy importante que tengamos un horizonte común de sociedad, pues nos da una clave de lectura de trabajo común, y eso fue precisamente lo que hizo la Constitución del 91, como Carta de derechos, pero no debemos olvidar también la otra cara, la de los deberes”: como con excelencia y sabiduría lo expresó Luis Felipe Gómez Restrepo en su columna de LA PATRIA 03/05/2021.
Finalizo la Nota Cívica reiterando que los estados tienen que ser pragmáticos en la neutralización de los diferentes tipos de violencia, porque en el fondo todas hacen invivibles las repúblicas. 
Rogelio Vallejo Obando


La restauración de la juventud
Señor director: 

En la época que estamos viviendo, con la pérdida de valores, es imperativo que el Estado implemente programas pedagógicos que conlleven a fortalecer las familias como el núcleo central de la sociedad. Se debe crear conciencia de la responsabilidad tan grande que es procrear hijos, pues la descomposición social es producto de los hogares descompuestos y destruidos, en los que miles de jóvenes no tienen una formación integral que les permita enfrentarse a los compromisos y desafíos durante su vida.
A los colegios tienen que regresar materias tan importantes como urbanidad, cívica, comportamiento y salud, religión, ética, y una nueva, a mi consideración, que sería autoestima. Los valores que nos enseñaron fueron los pilares trascendentales que nos permitieron escalar, lográndonos ubicar como personas de bien.
No interesa la condición social que se tenga, ni el nivel económico, ni la raza, ni el credo; como tampoco el arte, profesión u oficio. Hay que fortalecer la autoestima en los jóvenes, apoyarlos en sus metas y sueños, como también en la obediencia y el respeto por sus padres, maestros y sus semejantes. Hacer que tengan mayor sentido de pertenencia y amor  propio y por lo que hacen, hacerles saber que son imprescindibles para el mañana, que su vida y su presencia es valiosa.
Álvaro Alzate Ussma