La salud
Señor director:

Mientras discuten y hablan de coaliciones y compraventa de votos en el congreso nadie nos cuenta en realidad qué es lo que se discute. Le he dado una mirada transversal. Básicamente es el modelo. 
Cuando todos asumimos que el Gobierno es el administrador más pésimo, lo que hizo que se acabaran el ISS y Cajanal (quienes las padecimos sabemos lo que fueron), la reforma dispone regresar a un sistema esencialmente ESTATAL. 
Todos nos tendríamos que afiliar obligatoriamente a una especie de centros de salud, burocracia para los políticos, sin derecho a escoger. Ese centro, manejado por el Ministerio de Salud, es decir -de nuevo- por los políticos, resolverá todo. 
Lo digo sin sesgos, es lo que dice la reforma que tratan de aprobar.
Que no haya un hospital para tratar el cáncer en alguna vereda del Vaupés, o en Guacas aquí cerca,  o un especialista disponible en cualquier momento y lugar, no se arregla -ni se puede arreglar- por decreto. Ni aquí ni en Cafarnaúm.
Lo que hay seguramente admite arreglos y los necesita. Pero no es el primer día de la creación, lo que funciona bien debe dejarse funcionar bien. Y sobre todo: la libertad de que cada uno se afilie a lo que quiera y si quiere y puede pagar lo haga o no.  No tener libertad es lo peor. Los colombianos deberíamos poder discutir y conocer muy bien lo que proponen, pues van a convocar a la CALLE por apoyos, solo porque es lo que quiere la ideología de fulano o zutano. 
Con eso no se juega. Hay que tener cuidado con lo que se apoya.
Luis Fernando Gutiérrez-Cardona

Panamá y Centroamérica
Señor director:

Que el canciller se haya referido a Panamá como “departamento” y se haya dirigido a la ministra panameña de Exteriores con el tratamiento de “niña” es una protesta por el latrocinio cometido por los gringos en 1903, cuando nos quitaron a la fuerza el departamento de Panamá. Y una protesta contra los panameños (no todos) que se prestaron a ese robo. Entre paréntesis, robo y abuso y compra leonina fue lo que hizo USA con Méjico cuando le arrebató la mitad o más del territorio. No obstante, el doctor Leyva no tiene exccusa.
Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala no tendrán futuro a menos que se unan para formar una república federal, como lo fue antaño. Si lo hacen, dejarán de recibir los motes de repúblicas bananeras, republiquitas o republiquetas, y pesarán en el concierto americano y en el mundo entero. Nota: de los calificativos despectivos se salva Costa Rica.
Atentamente,
Don Cecilio

Reformas?  Conditio sine qua non
Señor director:

La actual reforma a la salud pretende que los dineros para la concreción de este derecho fundamental de la dignidad humana sean manejados por entidades gubernamentales en las que están lógicamente funcionarios públicos, la mayoría,  por no decir todos,  políticos. Y se me viene a la mente ahí mismo el doloroso tema de las marionetas, con un protagonista político caldense, pero que logró extender su veneno de corrupción por otros muchos departamentos de Colombia. Creo que hay una gran desconfianza en el pueblo colombiano hacia políticos y funcionarios públicos, como para quedar uno tranquilo que esta reforma a la salud, aprobada también por políticos, ponga los dineros de la salud en subasta politiquera. Y es que creo que falta algo fundamental antes de cualquier reforma. Es lo que he denominado en latín “conditio sine qua non” “condición sin la cual no” se podría gestionar una reforma como la de la salud. Y es la reforma de la ética pública. No quiero denominar eso como reforma anticorrupción, o sea no corrupción, porque cuando se  quiere luchar contra algo que no se desea, ese algo persiste y se restablece. No es contra, es a favor de la honradez. “No luches contra la oscuridad, simplemente prende la luz”. No luches contra la corrupción, promueve la honradez. Y no me he dado cuenta que en el actual gobierno de Petro haya un proyecto, una acción gubernamental seria y responsable que favorezca la honradez de los funcionarios públicos y de los políticos. Es análogo este planteamiento a la reforma tributaria que parecía tener como “conditio sine que non”, una reforma del congreso en varios aspectos, entre ellos, los sueldos de los congresistas y sus anexos económicos que sería de por sí una gran reforma tributaria. 
Pero a esto no se le paró bolas simplemente porque “en casa de herrero cuchillo de palo”.  Falta en los políticos el sentido de lo que su nombre significa “la búsqueda del bien común”. Polis, ciudad, conjunto de habitantes y su bien común. “Papá, si matamos a todos los ladrones, quedamos solo los buenos?. No mijo, solo quedamos los asesinos. Porque esta solución no es con la violencia, sino con educación”. Hace falta en colegios y universidades la ética pública, la verdadera formación política como conciencia y acción hacia el logro del bien común en toda clase de comunidad. Hace falta funcionarios públicos y políticos con sus cuentas bancarias abiertas a la luz pública. Hace falta la no repitencia de cargos públicos y hace falta la presunción de culpabilidad cuando un funcionario público sea investigado por corrupción. Y lógicamente sanciones para los corruptos e indemnización a la sociedad víctima de estos engaños. No lo dudemos: la reforma a la salud, tal como está concebida tiene una condición sin la cual no se puede aprobar: reforma de la honradez de políticos y funcionarios públicos.
Alirio De Los Ríos Flórez.

Información sobre un tour
Señor Director:

Ciudades, pueblos y veredas se esfuerzan por mostrarles a propios y extraños aquellos sitios y monumentos que puedan motivar el turismo, fuente de riqueza y progreso de las regiones, en nuestro caso el centro caldense que cuenta con muchísimos lugares que extranjeros y nacionales quisieran conocer, por ejemplo: el Parque Natural Nacional de los Nevados, la Catedral Basílica Metropolitana de Nuestra Señora de  Manizales, el Paisaje Cultural Cafetero,  para citar sólo algunos de los más emblemáticos.
Pero hoy me voy a referir a una zona de los municipios de Chinchiná y Palestina que no todos los caldenses conocen. Se trata de un destino turístico que la gobernación del departamento, la alcaldía del Municipio Cafetero,  la Chec, el Sena  y las comunidades de las veredas de La Esmeralda y Santa Elena, encabezadas por sus respectivas Juntas de Acción Comunal,  están tratando de impulsar denominado “La Ruta Eléctrica”, y que consiste en el recorrido desde la cabecera municipal de Chinchiná hasta el corregimiento de Arauca, en un primer tramo por muy buena carretera hasta la planta de San Francisco, punto llamado “El Infierno” por su alta temperatura a orillas del  río Cauca, desde donde se prosigue la marcha en las llamadas “marranitas” que no son más que unos pequeños y artesanales coches de madera impulsados por viejas motocicletas que se deslizan sobre los  rieles del antiguo  ferrocarril de Caldas por toda la orilla del río hasta arribar al centro poblado de Arauca donde se encuentran buenos restaurantes y cafeterías; se complementa el emocionante tour con el regreso hasta “El Infierno”; de trata de  una experiencia inolvidable cual es  la rememoración de vagones, locomotoras y autoferros  que los más viejos conocimos y de los cuales muchos jóvenes no tienen noticia, moviéndose por entre la manigua bajo la vigilancia del majestuoso  afluente del Magdalena. Sorpresa y adrenalina para quienes se aventuran por primera vez. Ayuda económica para las pobres gentes que derivan el sustento de esta humilde labor, y que han constituido su microempresa “Ecorrieles”.  La Chec está interesada en el programa drenando y ampliando el hermoso lago de La Esmeralda para adecuarlo a la pesca deportiva, los deportes náuticos, etc., construyendo cabañas para turistas entre el bosque para el avistamiento de aves, micos,  guatines y otras especies de la fauna regional, pero, ante todo, manteniendo en muy buenas condiciones la carretera de la llamada “Ruta Eléctrica”. Una invitación a todos para que visiten las impresionantes cascadas que existen en el sector y para que vivan momentos inolvidables en lugares un tanto exóticos con sus amigos y familiares. Eso sí, no sobra que se provean por lo menos de agua o líquidos refrescantes mientras llegan a la población de Arauca.  
Atentamente, 
Manuel Galindo A.

Presidente vs. Fiscal
Señor director: 

O los vinos que bebió en España, o que dejó mostrar su ego autoritario, una de dos, llevó al doctor Petro a declarar que es el jefe del Fiscal General.
La Fiscalía pertenece a la rama judicial del poder público. Hay que votar un acto legislativo reformatorio de la Constitución para definir o delimitar bien los campos: que la Corte Constitucional, la Corte Suprema y el Consejo de Estado configuren la terna, y que una asamblea de los integrantes de esas tres altas cortes escojan, de entre la terna, al Fiscal General.
Otra solución es el modelo estadounidense: que el Ministro de Justicia desempeñe las funciones de Fiscal General. O que haya ministerio de Justicia y Fiscalía General, de la rama ejecutiva, cuyas cabezas sean elegidas por el Presidente.
Atentamente,
Ciudadano

¿Y el alcalde qué?
Señor director: 

Soy un ciudadano del común, que vengo de tiempo atrás observando los acontecimientos de la ciudad y me atreví a escribir esta columna motivado por la tristeza, el dolor, la rabia y lo que es peor, la desesperanza de ver a nuestra ciudad en un desamparo total y sin un destino claro.
La ciudad ha estado por más de tres años y medio sin un líder, un dirigente, una persona consciente que responda con profesionalismo y sentido de pertenencia por los destinos de la ciudad. La pregunta que surge es, ¿y el alcalde qué?
Lamentablemente tenemos un alcalde, indolente, irresponsable, simple, inmaduro, sin el más mínimo conocimiento de cómo se gestiona la acción administrativa de una ciudad. Todo lo anterior, producto de la inexperiencia, lo que conlleva a la improvisación y al desgreño administrativo que padecemos todos los ciudadanos.
Pero adicional a la pregunta ¿y el alcalde qué? aparecen como complemento, ¿dónde esta el gabinete municipal?, ¿dónde están los asesores? Y lo más grave, ¿dónde está el Concejo de la ciudad? Porque que falte una cabeza pensante, sensata, hasta podría suceder, ¿y el resto?
Una administración que no conoce de planeación, control, autoridad es lo que consecuentemente hace que tengamos hoy una ciudad totalmente abandonada, con obras de alto impacto como el intercambiador de Los Cedros o el Coliseo Menor, que por la mala planeación de la contratación, con temas sin definir como la gestión predial y diseños de obras han hecho que los retrasos y perjuicios sean para la ciudad.
De otro lado, el incumplimiento de los cronogramas de obra como en la PTAR de Los Cámbulos, la línea tres del cable, el bulevar de la 19 conlleva a prorrogas y sobrecostos, como lo fue en el bulevar de la 48, con seis prorrogas y sobrecostos superiores a los trescientos millones de pesos.
Un alcalde con respuestas desacertadas, como que el Aeropuerto del Café es para unas élites, declaración que en nada ayuda al desarrollo de la obra, pero que sí logró congraciarse con el presidente de la República. Una ciudad con más del 70% de sus paredes rayadas, con fachadas deterioradas, con la mayoría de las calles y avenidas rotas. Una ciudad donde la gente se parquea donde le da la gana, con la principal avenida con una banda antitécnica para ciclistas, que es más utilizada por motociclistas y con un alto riesgo de accidentalidad.
Una ciudad donde su segundo centro, el sector de El Cable, notable por la torre del mismo nombre; la Facultad de Arquitectura; el edificio Siglo XXI donde funciona Casa Lúker, una empresa manizaleña de talla internacional; el Parque Médico, entre otras, con un entorno enrarecido, con una cantidad excesiva de establecimientos públicos (bares, fondas, discotecas) cuya actividad económica principal consiste en la venta al público de bebidas alcohólicas sin respetar a los residentes del sector, la presencia de dos universidades, un politécnico, una clínica y un hogar geriátrico.
Como si fuera poco, la movilidad de los peatones es difícil ya que varios establecimientos públicos hicieron ampliaciones invadiendo los andenes, y la cantidad de vendedores ambulantes ubicados sobre los mismos (carros de dulces, venta de lotería, carnes, arepas chorizos, frutas, etc) ha conllevado al deterioro del sector por la falta de planeación y de control de las autoridades municipales.
Se suma que el Servicio Geológico Colombiano cambió el nivel de actividad a naranja en el volcán Nevado del Ruiz por una posible erupción y el primero en abandonar la ciudad fue el alcalde, estando notificado de semejante evento, dejando la ciudad tirada para ejercer el derecho de sus vacaciones porque estaba muy cansado, desconociendo que por ejercer sus funciones le pagan y peor aún la necesidad del servicio. Finalmente, saca un comunicado aduciendo que no podía regresar porque los tiquetes aéreos estaban muy costosos, que tal eso. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar?
Rubén Darío Velásquez
 

Sacerdocio y celibato
Señor director: 

Existen temas bien complejos de tratar, uno en particular es el de los credos religiosos, quizás el más difícil de socializar, pues  no hay la posibilidad de analizar con criterios científicos los diferentes conceptos en los cuales se fundamenta una religión, respaldados, en el nada más ni menos criterio llamado: el dogma, y, para ello se acude a su vez  a la condición o principio irrefutable: La Fé. EL tema central, aquí y ahora, es el celibato, en razón al reconocimiento que hacen las jerarquías de la religión Católica, incluido el Papa Francisco, del  abuso y violaciones de algunos sacerdotes a niños, adolescentes y también a personas adultas, como ha quedado expreso en un noticiero televisivo el día 10 de febrero del año en curso. Manifiesta monseñor Luis José Rueda Aparicio, Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, su mucha preocupación e indignación ‘pidiendo perdón’ por la conducta sexual de unos sacerdotes colombianos, lo que ha sido penalizado de acuerdo con los criterios que para ello tiene el Vaticano y también la justicia colombiana. En términos sexológicos esa conducta se llama “función erótica”, bien estudiada por el científico Helí Alzate en las últimas décadas del siglo pasado en la universidad de Caldas. Si bien el celibato consiste en permanecer soltero, es decir, no contraer matrimonio, requisito para ejercer como sacerdote, en la realidad es practicar la castidad que está prohibiendo implícitamente la actividad con el objetivo de no tener hijos, ‘fin necesario para mantener el poder económico del Vaticano, impidiendo que sus bienes se dispersen al ser heredados’. El ejercicio de la sexualidad humana es un fenómeno somato-fisiológico tan natural al ser humano como respirar o hacer la digestión; entonces, para cualquiera de los dos fines que tiene: ‘la reproducción y el erotismo’, es perfectamente lícita y no debe ser cohibida, estigmatizada, ni penalizada, siempre y cuando cumpla con los parámetros de un concepto de importancia superlativa denominado “Normalidad sexual” (Alzate, H., 1992). Obligar a un ser humano a que no ejerza la función sexual es antinatural -va contra natura-, de allí que es pertinente que el Vaticano revise la regla del celibato como obligatoria para pertenecer al clero. De lo contrario, seguirán existiendo sacerdotes que infrinjan la norma, con sus consabidas consecuencias, lo que siempre ha sucedido en todas las épocas. El Papa Francisco ha demostrado ser un jerarca de avanzada que ha intervenido para hacer transformaciones puntuales en la organización de la iglesia Católica, a lo mejor se empodera de tan necesario cambio, en aras del bienestar de unas personas que eligen la profesión del sacerdocio y se ven mutilados en el disfrute del placer sexual; latu sensu, el erotismo en las dimensiones que le corresponden y sus beneficios psicosomáticos que generan.
Frase: “La libertad es el valor superlativo que sustancia al ser humano socialmente” A.A.
Rigoberto escudero Osorio   

Votos o renuncias 
Señor director: 

«La democracia»  es una, igual, simple, homogénea;  la democracia no nace del postulado teórico ni se reduce al cálculo de mayorías sino que comienza por asegurar el derecho a pensar lo que se dice, diga quien lo diga, y el derecho a decir lo que se piensa, es decir, asegurar el pensar’. Democracia no es apoyar al déspota en lo que desee sin cambiarle una coma. El pueblo elige dentro de las reglas y una de esas reglas es nombrar  presidente no  tirano. El talante se nota, el facismo de derecha o izquierda añora a Stalin. En Cuba el presidente es nombrado con el voto a favor del 98% y la apoyan como democracia, el presidente del Perú se declara dictador y lo llaman demócrata. Pagar el voto, dádivas o amenazas son iguales, no es democracia.
Luis Fernando Gutiérrez Cardona

-- La Unidad Nacional --
Señor director:

“El Presidente de la República simboliza la unidad nacional y al jurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos.”
Artículo 188. 
La Constitución la tenemos que respetar todos. No podemos vivir bajo el desorden.
Interesante es recordar que cada uno de los 2 candidatos a la Presidencia obtuvo votaciones muy equilibradas, lo que implica que el ganador no puede desconocer tal hecho, lo que entrega el mandato de buscar acuerdos y consensos: Gustavo Petro 50,44 % No. Votos 11.281.013. Rodolfo Hernández 47,31 % No. Votos 10.580.412.
Es de recordar aquí, sentencia de notable candidato a la Presidencia 2022 - 2026: “Hoy Colombia no está para discusiones de izquierda, derecha o centro.
El centro que le importa a la gente es el centro de la mesa: que estén ahí las tres comidas al día”. La hostilidad entre los connacionales no es el camino. Al país hay que quererlo. La unidad nacional debe predominar.
Rogelio Vallejo Obando

Oficio sobre memoria histórica del festival nacional del pasillo colombiano
Señor director:

Soy Maria Doralba Arias Orozco, maestra aguadeña, pensionada, y por supuesto retirada, con cerca de 74 años de edad, 52 de los cuales, me he consagrado a la sublime misión educadora, y además, a la promoción del civismo y la cultura en mi pueblo, como gestora, organizadora, animadora y presentadora de galas culturales, eventos y certámenes en múltiples espacios.
Para entrar en materia, quiero ponerlo al tanto, del certamen, ícono de Aguadas, de Caldas y de Colombia, EL FESTIVAL NACIONAL DEL PASILLO COLOMBIANO, que celebramos cada año, en el municipio desde hace 32 años, en homenaje a unos músicos aguadeños: Héctor, Gonzalo y Francisco Hernández, “Los Hermanos Hernández”, quienes, durante las primeras décadas del pasado siglo, recorrieron a Colombia y además, 30 países del mundo, como primeros embajadores de la música colombiana en el exterior.  En el año 2018, usted doctor restrepo, con su señora esposa y la doctora Elvira, su mamá, pudieron vivir de cerca acá en Aguadas, la magnitud de nuestro certamen, el cual fue declarado Patrimonio Cultural de la nación por la ley 983 del 12 de agosto de 2005, emanada del honorable Congreso de la República.
En el 2012 fue distinguido con EL PREMIO GRANADA DE LA CULTURA, en la categoría “desarrollo cultural y patrimonio”, galardón que confiere la gobernación del depto de Caldas, a los más destacados exponentes de la cultura en sus diferentes manifestaciones.
Igual que en el anterior, en el 2013, el Festival Nacional del Pasillo Colombiano, fue reconocido en el marco de la Cuadragésima versión del FESTIVAL INTERNACIONAL DE  CULTURA DE BOYACÁ, importante certamen en el cual la gobernación de dicho depto, rinde homenaje a artistas nacionales internacionales, y a entidades que lideran en Colombia los grandes eventos y festivales, en pos de fortalecer y dinamizar el arte y la cultura.   
En 2014, el proyecto Festival del Pasillo, fue convocado y seleccionado por el Ministerio de Cultura, (entre alrededor de 1800 proyectos culturales del país), para formar parte del BANCO DE EXPERIENCIAS SIGNIFICATIVAS (EN CULTURA), habiendo entrado a formar parte de dicho Banco, con 44 proyectos más; fueron 45 en total, entre ellos nuestro FESTIVAL NACIONAL DEL PASILLO COLOMBIANO; por encargo de la alcaldesa, me correspondió sustentar y defender (el proyecto) personalmente en la ciudad de Bogotá, durante varios meses.
Pero, he aquí, el meollo del asunto: resulta doctor Nicolás, que, hasta ahora, nadie había recogido la memoria histórica de nuestro certamen; los archivos se encuentran atomizados, por no decir que perdidos, lo cual, la verdad, para mi es muy penoso, máxime cuando muchos de los asistentes cada año a esta “cita amable con el folclor de la patria”, estudiantes universitarios, académicos entre otros, reclaman las memorias escritas, musicales y audiovisuales.
Por lo anteriormente expuesto, hace más de tres años me he dado a la tarea de investigar hasta la saciedad, recogiendo la oralidad de personas mayores claves para mi propósito; recopilando recortes de la prensa escrita durante estas tres décadas, así como fotografías, partituras, videos y otros materiales, visitando las hemerotecas en Manizales y Medellín, y los archivos de La Patria, con el fin de ESCRIBIR UN LIBRO que acabo de terminar, titulado:
Entre acordes y tradiciones
FESTIVAL NACIONAL DEL PASILLO COLOMBIANO. AGUADAS Historias, anécdotas e imágenes
A propósito, doctor, tengo para manifestarle que el diario La Patria que Usted acertadamente dirige, HA ESCRITO LA HISTORIA DE NUESTRO CERTAMEN desde su misma génesis, hace 33 años, motivo por el cual asistí a la hemeroteca del Banco de la República en Manizales, donde reposan los archivos de La patria, así como a los archivos de La Patria, durante más de año y medio, consultando los registros del Festival por más de tres décadas, y créame, ha sido la principal fuente de consulta para mi obra.
Con las premisas expuestas, me complace extenderle LA MÁS CORDIAL INVITACIÓN, al acto de lanzamiento de mi obra, el día 20 de mayo del año en curso, a las 5:00 p.m. en el teatro Bicentenario del municipio de Aguadas, y posterior ágape en el restaurante Milagros Gourmet.
Respetuosamente le solicito confirmar su asistencia, de la cual me sentiré muy honrada. Email: [email protected]  Celular: 310 822 34 33
Maria Doralba Arias Orozco

 

Por una política cultural
Señor director:

El pasado 6 de abril, el editorial del periódico La Patria se tituló “Una historia de poca Cultura” para referirse a un tema recurrente y el cual a medida que se acercan las elecciones regionales, toma importancia y no es para menos: El Tema de la Cultura es para dar y convidar. Veamos: Como Ustedes lo afirmaron en el editorial referido, entre otras, la actividad cultural es un asunto de menudencia política y cicatería presupuestal y  no existen claridades acerca de una política cultural que sea transversal a los otros ejes fundamentales institucionales y de la vida social (economía, turismo, medio ambiente, educación, etc.) . Al respecto, resalto además que la Cultura es tratada como un renglón menor de la gestión estatal en todos los ámbitos de la vida de los entes territoriales. Cada cuatro años, empezamos a oír los consabidos discursos de candidatos y candidatas neófitos en el tema y que aupados por “Gestores, artistas, intelectuales, políticos de carrera y demás expertos”, dan cartilla en foros y manifestaciones públicas acerca de lo que debe ser lo correcto en el campo del Arte y la Cultura en los entes territoriales, llámense municipio, Departamento o Nación. Cuando se hace referencia a Política Cultural, el primer referente es el de un gran documento que por regla general tiene un estatus, pues su formulación se origina en el encumbramiento, la pericia técnica y académica, que en el papel vuelven la Cultura un asunto tan confuso, que estos documentos terminan siempre en el cuarto de san alejo y sólo son utilizados para justificar lo que nunca ha sucedido en la realidad. Pero en lenguaje sencillo, la Política Cultural es la intención Institucional y social con toda su capacidad de trabajar en conjunto de manera armónica y decidida con el fin de obtener transformaciones mediante las artes y las manifestaciones culturales. Su finalidad es ayudar a elevar los niveles de la calidad de vida y entornos de convivencia de ciudadanías libres y comprometidas con gran sentido de sensibilidad y apropiación. Al respecto, vemos como nuestra ciudad por ejemplo se etiqueta para cada campaña con pomposos títulos heredados: Ciudad de las Puertas abiertas, Ciudad Universitaria, Ciudad Educadora, en un etcétera interminable pero que no generan impactos y transformaciones reales y menos en un período de cuatro años de gobierno. Vale la pena recordar que las discusiones desde los años noventa y ahora mucho más consisten en cómo obtener un equilibrio entre la mirada de desregulación del Estado y su capacidad para garantizar bienestar con equidad a toda la población, lo cual exige mayor organización y protagonismo de la sociedad civil y sus organizaciones y actores. Y aquí está el meollo del asunto. En el caso de la Cultura en Manizales, aún en su dirigencia oficial y privada no hay la plena convicción de que invertir en la calidad de la gente resulta una actividad productiva; por su parte la sociedad civil y sus organizaciones le dan poca credibilidad a estos mecanismos y liderazgos institucionales, dando como resultado el afianzamiento de prácticas nefastas consistentes en amiguismos y roscas, fuentes de todo tipo de corrupción y acciones turbias. Y esto precisamente es la realidad actual, según las denuncias que sobre los manejos de la Cultura se vienen dando en Manizales y que dejan un escenario lleno de baches y dudas referentes a la transparencia y honestidad en los procederes públicos e intereses de particulares que saben tomar su botín en nombre del Arte y la Cultura.
Seguramente, los funcionarios de la actual administración tendrán también la oportunidad de explicar sus logros y acciones en el contexto de su plan de gobierno: “Manizales una ciudad muchos mundos”, específicamente en el tema de la Cultura y el Arte. En todo caso existen nubarrones de manejos turbios del sector cultural desde tiempo atrás, pues como ya lo he enunciado, no hemos superado los vicios conventuales y de parroquia, como los amiguismos y las roscas a la manera renacentista que otorgaban  patente y reconocimiento como élites a los abyectos y aduladores, estando lejos aún de pensar la cultura con sentido crítico y transformador. En todo caso, como doliente y actor del sector cultural, sigo apostándole a que las manifestaciones culturales y artísticas puedan tener un circuito cultural más organizado desde los procesos de planeación, participación, gestión, creación e investigación, difusión y distribución, creación de públicos, disfrute y consumo, fortalecimiento de actores culturales y capacitación, administración, gestión y aplicación de recursos económicos, todo ello en procura de una oferta cultural y artística de calidad y acorde a los retos de una realidad que exige convivencia sana y desarrollo simbólico a través del Arte y los valores culturales que nos hagan dialogantes con los  retos de una ciudad del siglo XXI.
Considero, finalmente, como una feliz oportunidad  que la próxima administración municipal , asuma con toda decisión la implementación y funcionamiento de la Secretaría Municipal de Cultura y  Civismo, pues será  el espacio institucional preponderante para fortalecer la participación de artistas y actores culturales y demás grupos poblacionales, teniendo en cuenta que el territorio va más allá de los entornos geográficos  y que es allí donde vivimos las cotidianidades, la historia y  la cultura, con sus diálogos necesarios de tradición y progreso.
Javier Humberto Arias Ospina

Hay que predicar con el ejemplo…
Señor director:

A partir de su larga carrera como congresista y activista político, que se remonta a más de 30 años, el presidente Petro se presentó a elecciones con una imagen de honestidad y coherencia ideológica; y desde su llegada al poder prometió un cambio radical en la forma de hacer política en Colombia.
Sin embargo, la realidad ha resultado muy diferente porque, a pesar de sus promesas de cambio, se observa que como presidente está haciendo exactamente lo mismo que criticó en el pasado cuando se desempeñaba como congresista, causando preocupación ante las inconsistencias que se ven en su comportamiento.
Y, específicamente, me refiero a la falta de coherencia entre sus acciones actuales y las palabras del pasado. ¿Entonces?
Por ejemplo, como bien lo sabe, el actual gobierno expidió recientemente un decreto de austeridad del gasto que busca reducir costos en la administración del Estado, pero al mismo tiempo estoy viendo que malgasta recursos en reuniones para dar a conocer los proyectos de ley que presentará al Congreso, lo cual no parece tener un impacto significativo en la gestión del país.
Es necesario predicar con el ejemplo y asegurarse de que todas las decisiones estén alineadas con los principios de austeridad y eficiencia.
En el pasado, el presidente Petro cuestionaba la forma en que se hacían los nombramientos diplomáticos con base en politiquería y nepotismo, sin embargo, ahora estamos viendo que el gobierno lo está haciendo igual, sin cumplir con los requisitos necesarios.
También fue un crítico implacable de la forma en que los gobiernos negociaban el trámite de las leyes en el Congreso a cambio de burocracia, pero ahora estamos viendo que el gobierno del cambio está haciendo exactamente lo mismo con los proyectos de reforma a la salud, pensión y trabajo.
Es importante que el presidente Petro sea coherente con lo mismo que predicaba cuando era congresista. Sus acciones deben estar alineadas con sus principios y valores para que sea un líder respetado y creíble, porque actuando de manera inconsistente erosiona la credibilidad y capacidad para liderar de manera eficiente al país.
Hay que llamar las cosas por su nombre. Resulta incomprensible ver cómo el presidente Petro, una vez que llegó al poder, olvidó sus convicciones ideológicas y su discurso de campaña. ¿Dónde quedaron sus promesas de austeridad y eficiencia en el uso de los recursos públicos? ¿Dónde está su compromiso con la transparencia y la justicia?
Por lo tanto, de manera respetuosa, invito al presidente Petro para que revise sus acciones. Siempre es importante que un líder predique con el ejemplo y que le demuestre al pueblo que es posible liderar con integridad y coherencia como valores fundamentales de la sociedad. Un político no debe decir una cosa como candidato y hacer lo contrario una vez que llega al poder.
Luís Alonso Colmenares Rodríguez

Cuando subestimamos el significado de un símbolo
Señor director:

 Los actos vandálicos vividos en la ciudad por un mal resultado de fútbol deben ser rechazados y castigados. Infortunadamente la violencia es el pan cotidiano de nuestra sociedad de la cual no se logra sustraer a las juventudes máxime cuando pertenecen a grupos sociales vulnerables y vulnerados por una sociedad inequitativa. Pero esta condición social no puede justificar las formas violentas de expresión, pese a que ya se han convertido en la principal herramienta para lograr la atención de los grupos de poder incluyendo las autoridades.
Sin embargo, al escuchar tantas voces que opinan sobre cómo castigar o controlar estos desmanes ocasionados por revoltosos barristas, sólo oímos soluciones construidas desde las perspectivas del fútbol y del orden público, guías conceptuales que solo conducen a soluciones de fuerza y de castigo. Claro que hay que imponer la autoridad y el orden ante la violencia, pero quizás esta cultura de represión ha evitado reflexionar en torno a la pregunta de si estos desafueros hubiese sido posible evitarlos.  Ensayar una respuesta a este interrogante nos lleva, entre varias opciones, a adoptar una perspectiva más. sociológica, más próxima al entendimiento de los detonantes de un movimiento social que, mayoritariamente conformado por jóvenes, expresa una identidad común, manifiesta un sentimiento de pertenencia colectiva alrededor de un icono, moviliza un imaginario de sueños y pasiones que gira en torno a un símbolo, el cual sirve de aglutinante y de catalizador de propósitos, frustraciones, éxitos y fracasos.  
Estos jóvenes que las más de las veces han heredado su apego al símbolo, llámese Once Caldas, quieren vivir los rituales y exigen el respeto por su símbolo, al igual que lo vive un militar cuando manipula elegantemente la bandera patria o cuando un feligrés entra respetuosamente a un templo. Son códigos de conducta que deben ser visibles ante los símbolos que adopta una sociedad.
Pero el ritual no es la violencia, esta surge cuando se percibe amenaza e irrespeto al símbolo. Infortunadamente hemos banalizado este significado simbólico de un equipo de fútbol insertado en la tradición de una comunidad, por tres causas: en primer lugar el estallido de violencia que impide oír otras voces más reflexivas, en segundo lugar la narrativa superficial que acompaña el análisis de estos estos movimientos sociales y en tercer lugar la ausencia de conocimiento en comentaristas, analistas y tomadores de decisiones respecto a las variables sociológicas influyentes que tantos estudios académicos han difundido sobre las barras bravas.
Los equipos de fútbol son organizaciones privadas, pero quienes rigen sus destinos y hacen parte de su organización (dirigentes, entrenadores, jugadores) deben entender que uno de los principales costos sociales de participar en este sector es el de saber reconocer que su esfuerzo empresarial implica también   administrar un símbolo social que moviliza un amplo colectivo de hinchas y barristas.  
Este significado implica para todos los estamentos relacionados al futbol asumir responsabilidades que visibilicen los esfuerzos por proteger y respetar el símbolo. A los jugadores se les pide entrega y sacrificio, a los jueces se les pide no vulnerar los esfuerzos propiciando el uso de las herramientas desleales, a los comentaristas y periodistas se les pide incentivar la cultura de respeto al símbolo. A los entrenadores que corrijan estrategias contrarias al florecimiento del símbolo, a los dirigentes que intensifiquen la conservación de un ADN competitivo que hoy existe en el imaginario colectivo y las autoridades deben propiciar los escenarios de diálogo que fortalezcan la cultura del respeto al símbolo y a quienes han asumido la tarea empresarial por engrandecerlo.
Hay un gran compromiso y una gran responsabilidad en los dirigentes barristas para controlar los brotes de violencia, por explicar razonadamente sus factores de descontento y por buscar escenarios de entendimiento que calmen el descontento de sus huestes. Aquí hemos vivido infortunadamente un proceso de deterioro que simplemente se dejó progresar atendido exclusivamente bajo la perspectiva de un juego fútbol, desconociendo que, más que el juego, los grupos sociales más radicales lo han percibido  como una amenaza a la permanencia de su símbolo.
Ello obliga a una seria reflexión y a la consolidación de un escenario de diálogo que evite ratificar esa dura sentencia de Borges cuando dijo “el fútbol es popular porque la estupidez humana es popular”.
Oscar Correa Marín