LA PATRIA | MANIZALES

La vereda Cuchilla del Salado es quizá la única en Manizales con cementerio propio, según Jonathan Orozco Tamayo. Sostiene que hay 300 personas sepultadas, siendo su bisabuelo el primer fallecido enterrado allí en los años 50.

Sin embargo, desde el 2002 el lugar no alberga más cuerpos, pues perdió su importancia una vez las personas empezaron a enterrar a sus familiares en los cementerios de las aseguradoras.

A sus 14 años, él se afilió a la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda. Durante una sesión en el 2013, el descuido de ese espacio llevó a crear un comité procementerio, que actualmente preside Jonathan. En ese entonces, el espacio estaba descuidado, era objeto de vandalismo y había profanación de tumbas.

La finalidad era restaurarlo por ser considerado parte del patrimonio histórico y cultural de la comunidad. Entre las primeras tareas figuraron pintar un templete y comprar una poda utilizar en el cementerio cada uno o dos meses.

"Con el tema del Paisaje Cultural Cafetero de la Unesco nace también esa identificación de los atractivos turísticos de la vereda. El cementerio estaba dentro de ellos. Por ello, empezamos a trabajar en toda esa recuperación investigando su historia, que está escrita en el libro Al filo de la montaña, historia de la Cuchilla del Salado".

Foto | Archivo | LA PATRIA

Así se veía el cementerio antes de la intervención de la JAC y del comité procementerio.

Fuera del conflicto

Según Jonathan, entre los años 2022 y 2023, durante el acuerdo de paz y desde la JEP, el capítulo de víctimas y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) hablan de que los cementerios rurales eran los sitios de preferencia para los enterramientos de personas desaparecidas por grupos armados, especialmente por paramilitares.

"Desde el Ministerio del Interior solicitaron a todos los entes territoriales que hicieran un informe sobre los cementerios rurales, independientemente de que fueran una zona afectada por el conflicto o no. Asimismo, hubo un requerimiento de la oficina de asuntos religiosos de la Alcaldía de Manizales junto con la Fiscalía, la Secretaría de Salud, la inspectora rural y la Secretaría de Gobierno para inspeccionar el cementerio encontrando algunas vallas y tumbas deterioradas, por lo que llegaron a cerrarlo e, incluso, se pensó en trasladar los restos, lo que molestó a la gente".

Relata Jonathan que esa intención no prosperó porque al ser abogado, haber trabajado en la UBPD y conocer la parte jurídica pudo explicarles a las autoridades que este cementerio no representaba complicaciones, ya que los restos humanos no tenían problema desde el punto de vista de salubridad y, además, la zona no fue sitio de conflicto armado, por lo que no había posibilidades de tener personas desaparecidas.

Las bóvedas aún no han sido restauradas en su totalidad.

Requisitos

Ante la explicación, la "Alcaldía frenó el tema y nos indicó que debíamos garantizarles varias cosas. Primero, cerrar el cementerio para que no hubiera más vandalismo y protegerlo adecuadamente; segundo, hacer un proceso de reforestación para colaborar con las autoridades ambientales; tercero, identificar a todas las personas enterradas, y, cuarto, tener una persona responsable en caso de algún requerimiento. En este último decidimos que fuera la JAC por tener personería jurídica".

Esta es una valla instalada en una parte del cementerio para evitar que las personas ingresaran a él y lo vandalizaran.

Lo hecho hasta ahora

Añade que, una vez cumplieron con los requerimientos, reactivaron las labores de restauración por lo que se empezó a recolectar plata vendiendo rifas, empanadas y haciendo bingos hasta conseguir aproximadamente $25 millones. Asimismo, reforestaron a través de árboles comprados y donados, cercaron una parte del cementerio con una valla perimetral e instalaron un techo, acorde con el Paisaje Cultural Cafetero, en la parte de las bóvedas para que la lluvia no las siguiera deteriorando y evitar que colapsaran.

"El hecho de embellecer el cementerio y restaurarlo es la forma de presentar nuestro respeto a nuestros antepasados y familiares. Esto también cumple un fin social y la idea es abrirlo en algún momento, una vez sea restaurado del todo, pero tendríamos que definir cómo sería esa apertura para que sea visitado por todos, con el debido respeto que merece este lugar. Eso implica hacerlo con regularidad, establecer reglas y definir responsables", concluye Jonathan.

Lo que falta

Actualmente al cementerio le falta restaurar bóvedas e instalar la parte de la valla perimetral que falta.

Este es la parte del cementerio que falta por la valla.