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Guillermo Barrera comandó durante cuatro décadas la rotativa de LA PATRIA.
LA PATRIA | MANIZALES
La magia de la impresión nunca dejó de sorprender a Guillermo Barrera, o al menos eso dice este manizaleño luego de 45 años como trabajador y jefe de la máquina rotativa de LA PATRIA que llegaron a su fin el pasado 30 de noviembre, con motivo de su jubilación.
"Ver un papel blanco llenarse de colores en segundos es bellísimo. Siempre me maravilló eso", asevera sonriente, en medio de una silenciosa sala que contrasta con el incesante ruido de la rotativa que deja atrás, a sus 62 años.
Aunque la camisa blanca que porta el día de la entrevista le da un aspecto serio, Barrera expresa sus ideas con tintes jocosos y amables.
Guillermo Barrera posa con la portada conmemorativa con la que lo despidieron sus compañeros de trabajo.
Compañero
Calmado pero exigente: ese es el carácter con el que lo recuerdan sus compañeros de la planta de impresión, a quienes les llueven ideas cuando se les pide una palabra para expresar las virtudes de Barrera y se quedan pensativos si se les pregunta qué defectos tiene.
"Es demasiado perfeccionista", responde Jhon Fredy Ramírez Vargas, ayudante de impresión, desde el recinto en el que compartió 25 años con Barrera.
Jorge Enrique Ríos, el nuevo jefe de la máquina rotativa, coincide en que mencionar solo una virtud de su antecesor, a quien conoce desde hace 35 años, es difícil. "Es una persona que da todo por su trabajo y labor. Fue intachable. Todo lo que sé es gracias a él, no solo en cuanto a máquinas, también como trabajador", destaca mientras imprime sus aprendizajes en el mantenimiento del aparato.
Si bien entre sus colegas predominan las palabras de gratitud, la única crítica a Barrera viene de él mismo. "Yo era más temperamental, pero los años le dan madurez a uno y entendí que los equipos funcionan mejor con buena planeación", reflexiona.
Mirada familiar
“Para verlo ofuscado, se necesita. Cuando algo le choca, se queda callado”, explica Zohé Ospina, esposa de Guillermo Barrera, sobre él, con quien cumplirá 44 años de relación en enero. Ella lo define como un hombre tan responsable como terco.
A pesar de que reconoce que las jornadas nocturnas de su esposo lo privaron de compartir momentos especiales como familia, Ospina resalta el empeño de él: “A mí nunca se me olvida lo que Guillermo decía siempre: ‘Me voy a trabajar como si fuera el primer día’ ”.
El balance de la esposa y los tres hijos de Barrera frente a LA PATRIA, entonces, es de agradecimiento. En parte, gracias a la labor de él en el periódico, Juan Guillermo, Andrea y María Laura pudieron acceder a estudios profesionales.
"Mis tres hijos son la prolongación de mi vida. Creo que mi labor quedó bien hecha”, declara el padre.
Inicios
En 1978, Barrera llegó a LA PATRIA, siendo bachiller, para ensamblar la revista Nuevo Estadio. Sus ganancias, en ese momento, las destinaba a salir con sus amigos.
Al pasar un año, y aunque en sus planes no estaba quedarse en el periódico, aceptó un puesto como aseador, que inició siendo temporal y se prolongó. Sin embargo, la máquina rotativa ya lo había impresionado.
"Hice el aseo por casi un año, pero me di cuenta de que esa máquina de la rotativa era lo mío, por lo que empecé a ayudar ahí", asegura.
De los 102 años de vida de LA PATRIA, cerca de la mitad fueron de la mano de Barrera, quien asegura que el progreso del diario y su crecimiento personal estuvieron engranados.
Casi cuatro años después de su acercamiento a la rotativa, en los que inició limpiando la máquina, el ayudante se convirtió en el jefe de las siguientes cuatro décadas.
Desde ese puesto, Barrera empezó a capacitarse en artes gráficas, lo que, sumado a su pasión por la imprenta, lo llevó a tomar una decisión definitiva: "Aquí me quedo".
A la digitalidad
Dentro de la evolución conjunta que vivió con LA PATRIA, Barrera recuerda el paso "de una preprensa manual al computador" como uno de los símbolos de la mejora compartida, en la que cada día se esforzó como el primero, afirma.
"Así como progresó la empresa, yo progresé con ella hasta la rotativa Goss de hoy, traída por Nicolás Restrepo en el 2009. Eso representó más capacidad y mejor calidad ofrecida a los clientes", relata sobre la transición de lo análogo a lo digital.
“Siempre intenté que este periódico fuera lo mejor”, insiste.
Esmero
A pesar de reconocerse a sí mismo como un mal lector, Barrera asegura que cada día, sin falta, revisó minuciosamente el periódico para comentarlo con sus compañeros de la rotativa y perfeccionar cada detalle plasmado en las hojas.
El equipo de trabajo de la máquina rotativa despide a Barrera, quien llegó en 1978 al diario.
Estampas
En esa rutina, dos ediciones sobresalen por tener una mayor carga emocional para el hoy retirado.
La revista conmemorativa de los 100 años de LA PATRIA, en la que fue mencionado, es su recuerdo más grato al frente de la imprenta.
Cabizbajo, además, confiesa que “fue muy triste imprimir la edición de la muerte de Nicolás Restrepo", a quien le agradece por el impulso que recibió de él y toda su familia.
Despedida
Para despedir a su jefe, los compañeros de Barrera imprimieron una portada del periódico en la que lo homenajearon con mensajes de gratitud individuales. La foto principal lo muestra vestido con indumentaria de ciclismo, una de sus grandes pasiones junto a las caminatas por Manizales con su familia.
Dicha despedida lo acompaña en la entrevista, a la que lleva la página conmemorativa plegada en uno de sus bolsillos, que desdobla para sostener con orgullo, y hasta incredulidad.
"LA PATRIA siempre me dio mucha estabilidad. Me voy con mucha gratitud con la familia Restrepo, con Cecilia y Nicolás", dice, en sus palabras, sin las prisas de lo cotidiano.
Para el periódico será difícil pasar la página de Barrera, quien, como evidencian sus compañeros, dejó una impronta indeleble en sus 45 años de trabajo.
Gustos
- Barrera, amante de los tangos y las baladas, recuerda con cariño una canción dedicada a su pareja: Te propongo, de Sandro.
- Sus programas de televisión favoritos son los que tratan temas de salud.
- Aunque “come de todo”, los platos que más disfruta Barrera son el pescado, el camarón y los espaguetis, según su esposa.
- "Mi carácter más tranquilo se debe al ciclismo, me gusta el contacto con la naturaleza", explica Barrera sobre este deporte que practica desde hace 27 años, por invitación de Jaime Arturo Estrada, compañero suyo en LA PATRIA.
- Sentarse en un parque, mirar el atardecer y recorrer la ciudad con su familia son algunas de las actividades favoritas del homenajeado.