Fotos | Juan Carlos Unda Rocha | LA PATRIA
Los altares están ubicados en varios puntos del barrio Fátima de Manizales.
LA PATRIA | MANIZALES
El barrio Fátima tiene sus pastores de carne y hueso que dan fe y testimonio a través de los altares que han edificado en honor a la patrona religiosa que lleva el mismo nombre. Sanaciones, integraciones comunitarias, obras de misericordia entre los vecinos y actividades religiosas marianas, hacen parte de las expresiones de fervor en mayo, como en los 13 de cada mes, con el rezo del Santo Rosario de La Aurora, por las calles de este barrio de Manizales.
“Recen el Santo Rosario todos los días, es la oración del pueblo de Dios”, es parte del mensaje dado por la Virgen María en una de sus apariciones a los tres niños pastores en Portugal (1917). Esta tradición sigue vigente entre los católicos que residen en el sector o que llegan en peregrinaciones al Santuario.
De la enfermedad a la alabanza
Para Gustavo Gómez Gallego el altar edificado a la Virgen de Fátima, en el sector Plan de Los Cuyos, es el tributo más significativo que da en su vida. “Padecía de artrosis, osteoporosis, presión arterial, no veía por el ojo derecho y estaba afectado en un oído. También tenía un problema de columna y azúcar en la sangre. Gracias a un milagro de la Virgen, me sané de todo y logré mi pensión de invalidez". Otro hecho que agradece es que en esta semana invocó a “la patrona celestial” porque a su hijo le robaron una moto en una estafa y en tres días lograron recuperarla.
Conexión madre e hijo
Patricia Moreno Gómez desde el altar ubicado en el sector Betania, en inmediaciones al Jardín Botánico de la Universidad de Caldas, dice que siente una fuerte conectividad con su hijo Jhonatan, quien está en Australia. Con solo mirar y orarle a la Virgen junto al Divino Niño, según ella, se produce una fe que traspasa esas fronteras, pues su hijo supera una serie de vicisitudes de las cuales quedan enseñanzas. Este altar también es fruto del fervor y resistencia en época de pandemia. En medio de flores y muchas naturaleza se respira allí el rocío de la “Aurora celestial”.
Comunidad congregada
José Libardo Ospina Ramírez lo primero que hace cuando llega al altar en honor a la Virgen de Fátima y sus tres pastorcitos, ubicado por la Escuela Bolivariana de Fátima, es agradecer por cumplir con varios objetivos. El primero es la recuperación de este espacio que fue foco de basuras y de recicladores. El segundo, la integración de la comunidad con el rezo del Santo Rosario. Además, Gloria Marleny Valencia Arboleda, cuidadora del altar, logró recoger $32 mil en monedas, que dejan los devotos en el lugar, para destinarlos a una merienda para habitantes vulnerables del lugar.
Mirador mariano
Integrantes de varias familias del sector de San Luis están más unidos que nunca por el rezo del Santo Rosario y con varios motivos de alabanza. Entre ellos, recuperación del sector en la parte social y como atractivo paisajístico. La escultura de la Virgen de la Medalla de la Milagrosa, enmarcada por arreglos florales y ornamentales, es el símbolo de la unión, la fe y el esfuerzo de los habitantes de ese sector, cercano al barrio San Fernando. Si se habla de La Milagrosa, tanto Gloria como Edilia (foto) dan fe de la recuperación rápida sin cirugía, de una de sus vecinas, quien sufrió una fractura a causa de una accidente doméstico. Ella también asiste a las plegarias.