Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA Esto es lo que se conserva de la estación La Esperanza Este del cable aéreo, en la vía al Alto de Letras, que hace 100 años comunicaba a Manizales con Mariquita. LA PATRIA hizo un recorrido por seis estaciones en Caldas y en imágenes mostramos su estado y dónde están ubicadas.
En 1922 llegó a Manizales la primera vagoneta a la estación de La Camelia en el actual sector del Cable. Este medio de transporte transformó la ciudad a principios del siglo XX. Se trataba del más largo del mundo, con 77 kilómetros y 22 estaciones entre Manizales y Mariquita. Su recorrido duraba ocho horas. Este recorrido llegó a tener hasta 500 trabajadores.
LA PATRIA visitó las estaciones, guiados por Gabriel Gallego, quien lidera el Proyecto Misión Científico Social 100 años del Cable Aéreo Mariquita – Manizales.
Gabriel, actual decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas, es nieto de Elías Antonio Montes que durante 30 años trabajó en el cable aéreo como aceitador, vigilante, carrero y empalmador, hasta conseguir su pensión.
Cuenta Gabriel “El abuelo Elías empezó trabajando en 1931 en la estación La Camelia como carrero, recibiendo y empujando las vagonetas, luego lo trasladaron a Torre Doce a una casa de celaduría, ubicada en la parte alta de la Licorera, en esa época el sector se conocía como Saboya".
Continúa su narración: "Después pasó a trabajar en la estación Papal. Entre 1940 y 1945, se empezó a enfermar por el frío y lo trasladaron a la siguiente estación de Miraflores, en la parte alta de Maltería. Allí vivió con su esposa e hijos por 12 años y luego se trasladó a la estación 21 de Buenavista hasta jubilarse”.
Un grupo de personas de las universidades de Caldas y Nacional iniciaron en el 2019 a trabajar en la memoria histórica de los 100 años de haber llegado el cable a Manizales. Recuerdan que para esa época fue una obra faraónica en la década de los 20, lo que significó un paso gigante en la modernización de la ciudad.
El propósito para el próximo año es una apropiación social del conocimiento para construir memoria y defensa del patrimonio alrededor de lo que era el antiguo cable Manizales–Mariquita.
Visibilizar el patrimonio con un inventario de las 22 estaciones, un levantamiento topográfico, georeferrenciación, reconociendo el trazado del cable, por donde iban las correcciones de altura y las estaciones.
Sueñan que a un corto plazo se puedan recuperar algunas estaciones como la de La Esperanza con un gran museo de altura, donde se tenga un café, y los turistas se puedan hospedar. Un sitio turístico donde conozcan la historia del cable aéreo de Manizales.
El proyecto
Surge como un asunto de memoria familiar. Gabriel Gallego indica: “mi abuelo trabajó en el cable y en pandemia se nos ocurrió con unos amigos recuperar la historia del cable y decidimos poner a los abuelos a que nos la contaran”.
Con su mamá y sus tías empezaron a recuperar fotos e hicieron los primeros videos, los subieron a YouTube con el nombre de Memorias de Cuarentena con la Historia, hasta completar nueve videos con la vida cotidiana del cable, pero más que la infraestructura giraron alrededor de la vida de su abuelo Elías Antonio Montes como trabajador del cable.
Pasaron a una iniciativa académica especialmente con la Universidad de Caldas que llamaron Memorias familiares e históricas alrededor del cable aéreo, y junto con el profesor Diego Álvarez, de la Universidad Nacional, comenzaron a hacer senderismo, a recuperar el trazo y descubrir dónde estaban esas 22 estaciones y en qué condiciones se encontraban.
Inicios
* En 1913 se inició la construcción, empezó a operar por tramos, llegó a Manizales a la Estación La Camelia en 1922.
* Construido para transportar carga, pero con el permiso de los ingleses o jefes de estación autorizaba pasajeros, sobre todo para casos de urgencias.
* En el recorrido de las 6:00 a.m. hasta las 4:00 p.m. era común ver mucha carga y una que otra vagoneta que acondicionaron para pasajeros y así poderse movilizar un enfermo o un muerto". Resalta Gabriel Gallego.
Estación Laguneta – Angulo F
Ubicada en Villamaría a 20 minutos de camino del parador La Esperanza. Era la número 17 vía Mariquita–Manizales. Esta estructura se encuentra a puerta cerrada en medio de un cultivo de papa, está dividida a la mitad donde se alojaban dos obreros, uno en cada parte.
Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA
Tenía un mecanismo para que el cable hiciera un ángulo de 40 grados conectando con la estación Cajones en Herveo (Tolima).
La construcción es un sistema de soga pandereta (ladrillo acostado) y el techo en zinc, traído por los ingleses. Aquí hubo un celador, dos carreros, que eran los que ayudaban al empalme de la vagoneta y así pasará de un lado a otro.
Estación La Esperanza Este
Es la número 18. Ubicada en la hacienda La Esperanza a un costado de la carretera que va a Bogotá, la última en el recorrido de Manizales hacia Mariquita.
Tiene dos casas que indican que tenía un buen número de trabajadores que ayudaban en la operación de la máquina.
Tenía cierto nivel de complejidad porque ayudaba a que el cable en su trazado jalonara las vagonetas que venían de abajo de la estación La Esperanza Oeste Papal y a su vez conectará con la estación Laguneta.
La Esperanza Oeste Papal
La número 19 era donde terminaba un tramo haciendo un retorno para continuar con el recorrido hacia Mariquita, aquí vivieron los ingleses. Habitaron en cuatro estaciones del recorrido: La Camelia, Papal, Frutillo y Mariquita. La complejidad del funcionamiento de estación requería más trabajadores y tenían que cumplir muchas más funciones como mantenimiento y obras de construcción.
Aquí quedan en pie dos casas abandonadas, una de ellas sirve de establo improvisado.
Una de las tres casas que existió en esta estación está en ruinas, deja al descubierto una chimenea en medio de un cultivo de papa que aún se resiste.
Los muros donde se ubicaban las torres son el marco de las dos casas que aún se conservan.
Estación Miraflores
La número 20. Es la única estación que se encuentra habitada. Allí viven siete personas: Martha García con su esposo, Fernando Ceballos. Hace siete años llegaron al lugar. Tiene seis habitaciones; baño; cocina; fogón de leña, donde funcionó un baño en la época del cable y el ordeñadero, al lado de un muro que sostenía la torre que servía de soporte al cable.
Elías y María Concepción López con su familia vivieron allí 12 años. "Aquí criaron sus ocho hijos, estudiaban en la escuela de Maltería, en la década de los 50. Luego pasó a la estación Buenavista donde terminó jubilándose en 1960", cuenta Gabriel Gallego.
“Me da mucho pesar no haber podido ver funcionando el cable en esta estación. Cuando estaba muy pequeña lo veía pasar por esas montañas del sector de Cerro Bravo y uno se preguntaba cómo hará la gente para montarse ahí si es para carga", dice Martha García mientras prepara el tinto en la cocina que en la época del cable fue una bodega.
Son dos casas con techo alto y ladrillo acostado que dan fe de que si son del mismo diseño de las estaciones del antiguo cable. “... porque las casas campesinas de la zona son bajitas”, reflexiona Martha al tiempo que camina por un lado de los pilotes de la antigua torre, de la mano de su nieto Emmanuel Valencia Ceballos.
Estación Buenavista
Es la número 21, la segunda estación del recorrido del cable saliendo desde Manizales, con una complejidad constructiva que es muy única en las 22 estaciones del cable.
Allí se encuentran dos excavaciones de 4 metros de profundidad, únicas entre todas las estaciones. Para los investigadores esto es muestra de la gran complejidad de la obra. Además, tenía un sistema de máquinas particular, a lo que se suma la caldera.
Está ubicada en la vereda Buenavista a 500 metros de la vía que conduce del Cerro de Oro al sector de la Puerta.
Estación La Camelia
La estación terminal y la número 22, ubicada en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional en el sector del Cable.
Fue una estación donde más operarios se tuvo, resalta su construcción en madera.