Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA A finales del año pasado Chec compró la finca Azufrales, de 340 hectáreas y ubicada a 3.600 msnm. Tenía ganado y cultivos de papa, que ocupaban predios del Parque Nacional Natural Los Nevados. Este semestre su uso se transformará en área de conservación y se unirá a los predios Romeral II y La Cabaña, que la empresa adquirió en el 2013 y el 2016. Allí se implementan estrategias de restauración y reforestación, acciones que impactan en la cuenca del río Chinchiná, que abastece al Centrosur de Caldas.
LA PATRIA | Manizales
Allá arriba en aquel alto donde nace la quebrada
Había un monte muy bonito y el agua nunca faltaba
Entre los 3.800 y 4.000 metros sobre el nivel del mar (msnm), cerca del cráter Olleta del volcán Nevado del Ruiz, desde la zona de Aguacerales dentro del Parque Nacional Natural Los Nevados (PNNN) fluye la quebrada Azufrales, que unos metros más adelante alimenta al río Chinchiná, que nace en los 3.600 msnm en Laguna Negra, a unos 5,4 km en línea recta. El paisaje es de frailejones, pajonales y pequeños arbustos, a una temperatura promedio de 7.º C.
Pero un hombre irresponsable, tumbó el monte y lo quemó
Ya no hay pájaros ni leña, la cañada se secó
Hace 11 años por ese cañón, desde el que en los días despejados se alcanza a divisar Manizales, predominaban fincas lecheras y de producción de papa, que cruzaban las fronteras del PNNN y su zona amortiguadora. Vacas y cultivos fueron borrando la vegetación de páramo y desplazando la fauna silvestre, vital para la cuenca del río Chinchiná, que abastece a cerca de 560 mil habitantes de la región Centrosur de Caldas (Manizales, Villamaría, Chinchiná, Palestina y Neira), casi el 60% de la población del departamento.
La gente al verse sin agua, matas de monte sembró
Volvieron los pajaritos y el agua también volvió
En el 2011, la temporada invernal azotó a Manizales, los derrumbes en la vía al Magdalena eran constantes. El 13 de abril ocurrió la tragedia del bus de la empresa Expreso Bolivariano, con 19 pasajeros y dos conductores, que fue arrastrado a un abismo por una avalancha en la quebrada La Mula, nadie sobrevivió. El 19 de octubre, la ciudad se quedó sin agua durante 17 días, un derrumbe frente a la planta de tratamiento Luis Prieto generó una avalancha y a su paso por el río Chinchiná arrasó con los tubos madre que surtían de agua a la capital de Caldas.
Estos hechos motivaron a 25 instituciones a sincronizar sus agendas de recuperación, conservación y sostenibilidad del territorio y en mayo del 2012 firmaron el acuerdo Pactos por la Cuenca del río Chinchiná, y luego se implementó el Plan de Ordenación y Manejo de Cuenca Hidrográfica (Pomca). En el 2013 activaron la estrategia de compra de predios y la Gobernación y la Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec) adquirieron Romeral I y II, aledaños a la quebrada Azufral. Desde ese momento iniciaron programas de reforestación.
11 años después lo que eran potreros se está poblando poco a poco con frailejones y árboles de chilca. Los ecosistemas de páramo son delicados, explica el líder socioambiental de Chec, Luis Miguel Alzate Restrepo: “En su mayoría son fauna y flora endémica, no puedes traer frailejones de otro lugar, deben ser de la zona. La recuperación y reconversión de uso de suelos tarda muchos años, más a esa altura, donde hay menos disponibilidad de oxígeno y mayor radiación solar, los procesos de reproducción de las plantas son más lentos”.
Cambio de uso de suelo: de ganadería a conservación
Chec continuó con la compra de predios en esa y otras zonas alrededor del PNNN y el año pasado adquirió la finca Azufrales por cerca de $1.700 millones. Esta se compone por dos lotes de unas 340 hectáreas (ha), de las cuales 258 se encuentran al interior del área protegida.
“En la última década hemos adquirido alrededor de 1.800 hectáreas que antes estaban dedicadas a la ganadería. Las hemos ido transformando a rastrojos para que luego evolucionen a bosques secundarios y así generar dinámicas naturales, biológicas, ecosistémicas. A partir de ahí generar potencial de aprovechamiento turístico para atraer otro tipo de actividades, y seguir perfilando a esta región como un santuario de biodiversidad, como un tremendo oasis en este país”, apunta el gerente de Chec, Santiago Villegas Yepes.
Agrega que la conservación y la protección de la cuenca del río Chinchiná, más en un contexto de crisis climática, es una labor que se logra con educación y en equipo. “El Objetivo de Desarrollo Sostenible que más nos gusta es el número 17: alianzas para conseguir los objetivos. Es una expresión clara de la convicción que tenemos de que solos no lo vamos a lograr”, apunta el gerente.
Fondo de agua Vivo Cuenca
Por eso destaca el Pacto y la posterior creación del fondo de agua Vivo Cuenca en noviembre del 2017, con Aguas de Manizales, Emas, Chec y Corpocaldas, como aportantes permanentes, luego se unió Efigás; e iniciaron con una bolsa de $13 mil millones. Además gestionan alianzas con organismos de cooperación nacional e internacional y se integra a los otros seis fondos de agua que hay en el país.
La directora ejecutiva de Vivo Cuenca, Olga Galindo Ruiz, señala que el Centrosur es un territorio que ha contado con una oferta de agua permanente y de buena calidad, pero enfatiza que esto es resultado de esos procesos de conservación de años atrás, que han garantizado que se protejan esas zonas altas; además del trabajo reciente con los productores para que implementen sistemas agroforestales, sostenibles, orgánicos, amigables con el medioambiente; procesos de educación y divulgación con las comunidades; y estrategias monitoreo, evaluación y seguimiento de las acciones implementadas.
“La invitación es a que pensemos que no es un recurso inacabable, que debemos ahorrar y utilizarlo de manera adecuada; y ser conscientes de que hay una institucionalidad que desarrolla una serie de acciones que hoy están garantizando que tengamos esa oferta permanente”, concluye Galindo Ruiz.
Como en la canción de Las aventuras del profesor Yarumo, las acciones que se hagan en la parte alta de la cuenca pueden traer consecuencias aguas abajo.
Sostenibilidad y conservación, en el ADN de Chec
La Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec) cumple hoy 80 años, se constituyó el 26 de febrero de 1944. Desde sus orígenes incluyeron en su ADN la protección de sus cuencas abastecedoras para la generación de energía, comenzaron con la compra de predios en la parte alta de los ríos Chinchiná, Campoalegre y San Francisco.
En la actualidad como parte del grupo empresarial EPM han incluido en sus metas estratégicas el Índice de Protección Hídrica (IPH), que se complementa con sus acciones ante el cambio climático. Para el 2026 esperan implementar acciones de conservación, restauración y reforestación, prácticas de uso sostenible, compensación y adquisición de áreas en 28.050 hectáreas (ha). Desde el 2016 a la actualidad suman 20.672 ha impactadas.
Hoy la empresa posee un total de 7.040 ha dedicadas a la conservación, de las cuales 6.000 se localizan sobre la cuenca alta del río Chinchiná. Estos bosques hacen parte del Sistema Departamental de Áreas Protegidas y están integradas a las reservas forestales Río Blanco, Torre 4 y La Marina, al Distrito de Manejo Especial Sabinas y al Parque Nacional Natural Los Nevados.
Predios que Chec ha adquirido en su historia para la conservación:
- 1960: Bosques en Tolda Fría y Buen Retiro, 1.368,7 hectáreas (ha)
- 1961: Gallinazo, 600 ha
- 1968: El Recuerdo, 28,2 ha
- 1980: 13 predios del Incora, 1.024,27 ha; Romeral, 700 ha; y La Travesía, 226 ha
- 1991: El Topacio, 31 ha
- 1992: El Aliso, 62,2 ha y El Cerezo, 100,1 ha
- 2002: 3893,34 ha compradas hasta ese año fueron declaradas el 2 de julio como Reserva Forestal Protectora Bosques Chec, a través del Acuerdo No. 009 por Corpocaldas.
- 2013: Romeral II, 437 ha
- 2014: Potosí II Sur, 382 ha
- 2015: Camargal, 244 ha
- 2016: La Cabaña, 122 ha
- 2017: El Edén, 300 ha
- 2023: Azufrales, 340 ha