LA PATRIA | MANIZALES

Lo que no sirve, que no estorbe, dice el refrán. Pero no parece ser el caso de una vivienda construida con paredes hechas con botellas, techos con tetrapak y pisos de escombros. En el 70% de esta casa se usaron elementos que bien podrían haber pasado a ser parte de la basura y está ubicada en la vereda San José - Penagos, en Marquetalia.

Allí habita el arquitecto Óscar Ocampo Cuervo con su familia, a quien le surgió la idea en el 2017 tras realizar otros proyectos similares. Según sus cálculos, se ahorraron 300 toneladas de dióxido de carbono (CO2) frente a una casa tradicional.

“Adicional a eso, producimos nuestra propia comida, reciclamos el agua lluvia con una planta potabilizadora y esperamos que la generación de energía llegue al 80% con paneles solares”, indica Ocampo.

Para completar la tarea, también contó con la ayuda de ciudadanos voluntarios y de estudiantes de colegios, quienes a cambio recibieron cursos como en educación ambiental y reciclaje.

La idea surgió tras su intención de volver a vivir a su tierra natal y de conformar allí su hogar. En plena pandemia se convirtió en la oficina para su profesión de arquitecto ambiental, que cuenta con integrantes que laboran desde otras regiones.

El concreto usado proviene de la tradicional cancha del parque Risaralda, la que reemplazó el municipio para darle paso a una plazoleta de comidas. Ocampo solicitó al contratista de dicha obra que le permitiera trasladar los escombros al lote donde estaba levantando su vivienda. El piso base está construido con 220 metros cuadrados de las placas que se recogieron.

Los materiales

Con la participación de los colegios durante pandemia, se recolectaron 5 mil 500 botellas PET con los estudiantes y posteriormente con la ayuda de grupos sociales se construyeron muros con estas.

La casa cuenta con cubiertas de tetrapack y en la oficina los muebles están hechos con material reciclado y el cielorraso está hecho con madera de estibas. Este biohogar se diseñó con arquitectura psicoambiental y se siguieron parámetros de sustentabilidad con bioclimática y bioconstrucción.

También hay una huerta en la que se cosecha zanahoria, lechuga, pepino, cilantro, pimientos, tomate, naranja, arazá, limón, guayaba, banano, plátano, yuca y aguacate. También se produce, tuesta y se muele el café para consumo propio.

Esta vivienda y otra que construyó en el desierto de La Tatacoa lograron quedar entre las 14 semifinalistas en el II Premio a la Excelencia en la Arquitectura Sostenible de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, que se realizó el año pasado.

El arquitecto ganó la categoría Acción por el Clima en Destapa Futuro de la Fundación Bavaria en el 2017 por la construcción de la vivienda rural sostenible en medio del desierto, donde utilizó 20 mil botellas PET, 2 mil palos de escoba reciclada y otros materiales de desecho.

Especificaciones

Se adoptaron estrategias de diseño sostenible con control solar por voladizo y techo frío.

• Reutilización de 28 metros cúbicos de escombro para la construcción
• Implementación de tejas de tetrapack
• 5.500 mil botellas PET (botellas de gaseosa y jugo) reutilizadas como mampostería en la pared trasera
• Recolección de mil litros de agua lluvia reutilizada en el riego de las huertas y cuenta con pequeña planta de tratamiento para agua potable
• Equipos de paneles solares en la cubierta y alumbrado exterior
• Implantación de acuerdo a la asoleación y vientos
• Se implementaron huertas caseras que suministran la vivienda y de igual manera plantaciones de café orgánico
• Se cuenta con abono orgánico a partir de lombricultivo

Un hito en el municipio

En el 2008, la Alcaldía de Marquetalia obtuvo de la Presidencia un reconocimiento como mejor proyecto innovador del país por la construcción de los muros del parque de San Cayetano con botellas plásticas. Ocampo era el secretario de Planeación en la administración de Hugo Hernán González.