Foto | Tomada de https://peacekeeping.un.org/ | LA PATRIA Consejo de Seguridad de la ONU.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá para votar una resolución ad hoc que dé a la Misión de Verificación del proceso de paz en Colombia un mandato suplementario para verificar el alto el fuego en los distintos procesos de paz abiertos en el país.
En la sesión trimestral dedicada a evaluar el proceso de paz en Colombia, la embajadora británica, Barbara Woodward, explicó este miércoles que el Consejo tiene en cuenta la petición de Colombia, formulada el pasado abril y apoyada luego por el secretario general de la ONU, António Guterres, y tratará el tema con una resolución específica que su país presentará "en los próximos días".
El Gobierno colombiano pidió que la misión se encargue de verificar "los ceses el fuego acordados en el marco de la política de paz total", señalaba específicamente la misiva entregada al Consejo el 10 de abril.
No cabe duda de que el Consejo aprobará esa ampliación de las funciones de la misión, pues hoy fue apoyada con distintos matices por todos los miembros del Consejo, por lo que los nueve votos necesarios están asegurados y no parece que vaya a haber oposición de ningún miembro permanente.
Curiosamente, el único país que hoy expresó algunas reticencias al respecto fue Estados Unidos: su representante, Jeffrey DeLaurentis, dijo que la petición colombiana "debe tomarse en consideración muy cuidadosamente" y que para ello tienen que verse progresos en las negociaciones en curso y verificarse que los grupos armados "cesan toda actividad criminal".
Todos los demás representantes, incluidos Rusia y China -que últimamente suelen oponerse a la opinión de los países occidentales- apoyaron con más o menos énfasis esas nuevas funciones de la misión en Colombia, convirtiendo la sesión trimestral en una rara muestra de práctica unanimidad de la comunidad internacional.
Por lo demás, se escucharon elogios al reciente acuerdo de alto el fuego del gobierno con el Ejército de Liberación Nacional -que echa a andar el próximo 3 de agosto- y exhortaciones a abrir nuevas negociaciones con los grupos aún alzados en armas.
Pero al mismo tiempo, los países participantes advirtieron sobre los altos niveles de violencia que aún se registran sobre defensores de derechos humanos y excombatientes -en particular los de etnias indígenas y los que reclaman tierras-, así como la necesidad de incorporar una perspectiva de género en todas las negociaciones, y no solo sobre el papel sino también en la práctica.
El último en intervernir fue el canciller colombiano, Álvaro Leyva, quien dijo ver al Consejo como "aliado y garante en el firme propósito de alcanzar la paz en Colombia", y dijo que no le molesta, más bien al contrario, comparecer cada tres meses ante este Consejo si con ello consigue "no ya cien años de soledad, sino cien años de convivencia y paz".