La cotización del dólar superó ayer por primera vez en Colombia la barrera de los 5.000 pesos y la tasa de cambio cerró a 5.014 pesos, producto de las turbulencias internacionales y de las presiones internas.
La moneda estadounidense, que desde mediados de año mantiene una fuerte tendencia al alza en Colombia, abrió a $4.905 y llegó a ser negociada a un mínimo de $4.886 y un máximo de $5.017, según datos del mercado.
En el cierre, la cotización del billete verde se detuvo en los $5.014 , todo un récord en el país, con un promedio para el día de $4.975.
Según el Banco de la República (autoridad monetaria), la Tasa Representativa del Mercado (TRM), que se calcula diariamente con base en las operaciones registradas el día anterior, es decir que no incluye aún la de ayer, la devaluación del peso en el año corrido es del 23,05% y la del año completo es aún mayor, del 29,44%.
Analistas financieros atribuyen esta situación a la presión internacional sobre las monedas emergentes pero también a factores internos como el desequilibrio en las cuentas externas del país, al déficit en la balanza comercial y a la incertidumbre sobre el futuro de la industria petrolera, que es el mayor generador de divisas para Colombia.
"Cuando se ponen en duda los ingresos del sector petrolero hacia adelante eso empieza a hacer mella en los inversionistas extranjeros", afirmó recientemente el jefe de investigaciones Económicas para la Región Andina del BTG Pactual, Munir Jalil.
Las dudas sobre el sector petrolero tienen que ver con la intención del Gobierno colombiano de poner freno a la producción de hidrocarburos por razones ambientales ante la crisis climática mundial.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, y su ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, aseguran que no se van a firmar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos, una decisión que, en caso de concretarse, afectará los ingresos de divisas ya que el crudo es el principal producto de exportación del país.
Según analistas, la capacidad de pago de la deuda está medida por la generación de ingresos y si éstos bajan, como puede pasar si se frena la industria de los hidrocarburos, el país tendrá menos margen de maniobra para hacer frente a sus obligaciones internacionales, lo que acabará afectando la confianza de los inversores y debilitando aún más a la moneda nacional.